lunes, 30 de diciembre de 2013

Rescate bancario encubierto

El pasado mes de noviembre el EURIBOR a tres meses cerró a un tipo del 0,23%. Es decir, este es el valor medio al que se prestaron el dinero los bancos europeos entre sí. Este es un dato relevante para las economías domésticas porque es el valor de referencia para calcular el importe de las hipotecas. Si sube el EURIBOR sube nuestro recibo mensual de la hipoteca y si baja consecuentemente debería bajar también nuestro recibo. Pero lamentablemente el mecanismo no funciona de forma tan automática.

Cuando firmamos un préstamo con una entidad bancaria para adquirir una vivienda es habitual referir el precio del préstamo al índice EURIBOR, al que se le añade un diferencial. Pongamos por ejemplo, el 0,5 o el 0,9 o por ponernos en lo peor, el 1 por ciento. Es decir, deberemos pagar al banco por nuestro préstamo hipotecario el valor del EURIBOR + 1, por ejemplo.

Para un préstamo contratado en estas condiciones, si nuestra hipoteca se revisase el 1 de diciembre de este año 2013, la cuota que deberíamos pagar sería de 0,23+1; o lo que es lo mismo, el 1,23% de interés. La sorpresa de muchos hogares españoles se produce cuando se solicita en el registro de la propiedad las condiciones de su hipoteca y se observa atónito que el contrato firmado (generalmente consecuencia de una subrrogación) tiene una cláusula suelo y otra techo. La techo, generalmente roza la usura, del orden del 12%, la cláusula suelo se fija normalmente en el 2,5%. Esto significa que ocurra lo que ocurra y fluctúen como fluctúen los tipos de interés, el banco se garantiza una rentabilidad mínima del 2,5%. Si sube el EURIBOR, miel sobre hojuelas, más ganancia para el banco que se lleva su diferencial. Y si baja, miel sobre hojuelas también, porque la entidad bancaria tiene blindado su porcentaje de interés.

A simple vista parece que el banco juega con las cartas marcadas y que el riesgo de sus operaciones con los clientes más modestos es mínimo. Alguien podría decir que esto no es del todo cierto porque la entidad de crédito asume el riesgo del impago de la hipoteca. Pero esto es verdad sólo en alguna medida, porque en un elevado número de operaciones los bancos han obligado a sus clientes a suscribir un póliza de seguros que garantice el pago de la hipoteca en caso de fallecimiento del afectado y de otras circunstancias personales. Es decir, cinturón y tirantes.

A pesar de todo, especialmente del abuso de las entidades bancarias a la hora de fijar las condiciones de los contratos, en una negociación siempre basada en "lo tomas o lo dejas" y de la burda manipulación del EURIBOR detectada por las autoridades europeas, la indecente gestión que durante los últimos años han realizado los gestores de las entidades bancarias las ha llevado casi a la quiebra. Por esta razón han precisado el rescate económico que debemos ahora pagar todos los contribuyentes. También los que tienen una cláusula suelo en su contrato de hipoteca.

Alguien puede pensar que supuro por la herida. Pues es cierto, así es; pero no porque me afecten directamente las fluctuaciones del EURIBOR al recibo mensual de mi crédito hipotecario, porque en realidad no me afectan tan directamente. El interés que aplica la entidad bancaria a mi crédito no depende (solo) del valor del EURIBOR, sino que es una decisión que adopta libremente el Consejo de Ministros mediante un decreto. La indignación me embarga al comprobar que el Gobierno, arbitrariamente, para mayor gloria de las entidades bancarias (y mayor beneficio), en contra de los intereses de los ciudadanos a los que debería proteger, ha fijado el tipo de interés en el 3%. ¡¡¡Eso sí que es cláusula suelo!!! o si se quiere decir de otro modo, ha procurado a las entidades financieras un DOBLE RESCATE BANCARIO. Lo dicho: cinturón y tirantes.

martes, 17 de diciembre de 2013

Un nuevo fantasma recorre nuestros pueblos

A mediados de los años 80 un fantasma recorrió los salones donde celebraban las sesiones plenarias los ayuntamientos. Se multiplicaron las declaraciones institucionales que reflejaban un profundo rechazo a la Energía Nuclear. Recuerdo cuando en aquellos años nos desplazábamos desde Ponferrada al próximo ayuntamiento de Cacabelos. A la entrada del pueblo, la corporación local ordenó la instalación de un flamante cartel que anunciaba: "Cacabelos, municipio desnuclearizado". Que nadie se llame a engaño, en esta bonita localidad berciana, bañada por el río Cúa, los usuarios de la sanidad pública seguían recibiendo sesiones de rayos x para determinar el alcance de algunas lesiones, los sistemas de detección de incendios seguían empleando Americio radiactivo 245 y a los habitantes de esta localidad poco o nada les importaba la procedencia de la energía eléctrica que consumían, ya fuera de central hidroeléctrica, térmica o nuclear. Lo que en realidad ese cartel quería manifestar es que la corporación municipal, y debemos entender que la ciudadanía, en ningún caso estarían dispuestos a acoger en su término municipal una instalación de producción de energía eléctrica con combustible radioactivo. Es decir, se oponían a la instalación de una central nuclear, industria que, por otro lado nadie les había ofrecido. Así que la declaración institucional en sí no entrañaba ninguna consecuencia, era fácil de mantener y resultaba electoralmente conveniente y "barata". No había inversiones en juego, no afectaba a puestos de trabajo, tan necesarios en aquellos años 80 como hoy mismo. En fin, un brindis al Sol. Pero mientras con una mano se firmaba la declaración antinuclear, con la otra se recibían los beneficios de esta tecnología. Nunca supe de un vecino de Cacabelos o de otra localidad al que se le negara la prescripción médica de una radiografía con el argumento de proceder de un municipio desnuclearizado, ni colegio público o edificio oficial que no contara con una protección contra los rayos o se prescindiera de la protección contraincendios por resultar su ubicación afectada por la solemne declaración municipal. En definitiva se estaba dispuesto a recibir los beneficios del conocimiento científico y técnico en materia nuclear; pero, en ningún modo se estaba dispuesto a asumir los riesgos que comportaba su investigación. Porque, digo yo, en algún sitio habría que disponer de tecnología operativa a escala industrial para poder investigar sobre ella.

Desde entonces, en mi opinión, el debate nuclear se desenvuelve en un ambiente de enorme cinismo y confusión. Se convierte la energía nuclear en una opción de la derecha política y a los que la defiende se les califica como seguidores de esta conservadora ideología. Para algunos esto simplifica y ayuda mucho a las nuevas generaciones a fijar su posicionamiento ideológico. Si estás a favor eres de derechas y si estás en contra, de izquierdas. ¡Sencillo, no! Sin embargo, el Gobierno que más centrales nucleares autorizó y construyó fue el de Felipe González. El descubrimiento de este hecho perturba un poco las bases o los cimientos de la izquierda; pero rápidamente se rehace al recodar que también fue Felipe González el que estableció una moratoria a su desarrollo. Del mismo modo es la izquierda la que de forma insistente clama por la necesidad de dotar partidas presupuestarias para la investigación científica, en todos los ámbitos del conocimiento, también en el nuclear y de forma expresa se han manifestado significativos dirigentes de la izquierda a favor de la investigación en tecnologías de fusión nuclear. Pero de obtener los fondos necesarios para ello, ¿dónde (en qué instalación), cómo y en qué lugar piensan hacerlo? Un nuevo brindis al Sol, igual de barato que el anterior y que reporta beneficios en forma de votos, porque tanto la derecha como la izquierda sólo manifiestan su posición favorable a la energía nuclear cuando están en el Gobierno (por las consecuencias sociales que conlleva el cierre de las instalaciones) y sólo expresan su oposición cuando no lo están. Del mismo modo, la reivindicación de inversión en investigación sólo se reactiva cuando se está en la oposición. En el Gobierno impera el mal llamado "realismo". Mientras tanto, hasta que esto se aclare, o lo que es lo mismos, hasta que "ellos" se aclaren, España sigue comprando a las potencias extranjeras tecnología y los beneficios de los resultados de la investigación. Mientras tanto convertimos a España en un país dependiente tecnológicamente y, consiguientemente, reducimos nuestro grado de autonomía hasta unos límites insospechados. Creo que en el debate nuclear, a los españoles el discurso nos lo han hecho las potencias extranjeras.

Ahora, en estos días, nos visita un nuevo fantasma: el de la fractura hidráulica. Se trata, en su versión más innovadora, de una tecnología que permite la extracción de hidrocarburos no convencionales, mediante la inyección de agua a presión que favorece la liberación del hidrocarburo. En España todavía no existe ninguna planta en explotación, a pesar de las posibilidades que ofrece este nuevo recurso. Los proyectos existentes (todos ellos, por cierto, fuera de la provincia de León) se limitan a "solicitudes" de autorizaciones de investigación. A pesar de ello, la avanzadilla ideológica se ha apresurado a formalizar declaraciones institucionales contra esta técnica. En la provincia de León, en lugares insospechados, en los que a nadie se le ha ocurrido pedir un permiso de exploración, investigación y ni mucho menos de explotación, se han apresurado a aprobar mociones que declaran el municipio "libre de fraking". En estos municipios no existe debate alguno sobre la cuestión. No hay ningún posicionamiento al respecto. No se informa a la población en qué consiste esta técnica. No hay debate. Simplemente se aprueba una declaración, cuyo mensaje se puede resumir en: "Nosotros los políticos que nos ocupamos por tu bienestar hemos aprobado una moción que es buena para ti". No hay que dar más datos. No es necesario. El acuerdo cuenta con la complicidad de la improbabilidad de que alguien solicite un permiso de investigación en estos lugares. ¿Quién está dispuesto a perder su tiempo en analizar de forma seria los beneficios o los perjuicios que esta tecnología pueda traer a un ayuntamiento en el que ni por asomo está previsto su instalación? Es un nuevo brindis al Sol. Pero, por supuesto, esta declaración no significa que en estos municipios se prohíba la ejecución de sondeos para el aprovechamiento geotérmico que emplean esta tecnología, que se consideran ecológicos y que por supuesto pagan sus tasas municipales, o la extracción de biogás en capas de carbón, que minimizan riesgos de explosión de grisú ni que se opongan a que una tecnología similar se emplee en la consolidación de terrenos y laderas con riesgos de corrimiento, o en grandes obras de infraestructura, que la divina providencia quiera que nos lleguen. No, todas esas cosas son buenas para la comunidad: crean empleo, desarrollo, fijan población, etc.; pero el brindis al Sol también lo es. Significa un empujoncito, un guiño a las jóvenes generaciones de cara a las próximas elecciones, para que vean que estamos puestos al día. Para que sepan que estamos en "onda" con ellos. Para que se den cuenta de quién defiende los intereses de los ciudadanos. Por todo eso y más, sin saber en qué coño consiste eso del fraking, se oponen a ello. ¡Hay que ver qué tropa nos gobierna, señor!

domingo, 1 de diciembre de 2013

Gracias a ti...


"Gracias a ti...cada uno de mis días es un mundo limpio y perfumado que huele a melón..."

Nâzim Hikmet

jueves, 28 de noviembre de 2013

Pasear contigo en soledad perfecta...

Pasear contigo en soledad perfecta
fondo azul de colinas y a los lados
árboles comprensivos y vigilantes
el doble paso caprichoso y lento.

Pasear contigo en soledad callada
al través de un  silencio transparente
la frente levantada al sol que sube
orgulloso del brío de su vuelo.

Pasear contigo por la superficie
de redondez suave de la tierra
con lentitud perseverante y noble...
contigo y tu recuerdo y tu esperanza.

                                   (Poema de Pedro Garfias)

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Un amigo, un libro y una piedra. Ése es el orden

Si quisiera expresarlo en cifra, garabatearía 50. Si quisiera expresarlo en letra escribiría: cincuenta, así como suena. Para definirlo podría utilizar el término MEDIO CENTENAR o media centena o también podría referirme a ese número como diez lustros. Pero a pesar de las múltiples formas que existen de expresarlo, en todas ellas se reúne poca información. Podría decir que no es un número cardinal, sino ordinal, entonces debo corregir las anteriores expresiones y sustituírlas por estas más afortunadas: 50º o, en su caso, quincuagésimo. De estas dos últimas expresiones surge inmediatamente una pregunta: ¿50º o quincuagésimo, qué? Si lo que se pretende es dar un orden, dígase qué es lo que se ordena. Si sólo se pretende aportar una cifra dígase también, y póngase 50 o media centena o diez lustros, y con eso basta.

A estas alturas del escrito todavía no sé que es lo que pretendo numerar porque tampoco sé las consecuencias que se puedan derivar de ello.

Si pretendiese decir que tengo cincuenta huevos en una cesta, carecería de sentido emplear un ordinal, y bastaría con anotar la fría cifra: 50. Si lo que pretendiese es comunicar el orden en el que puso el último de ellos la gallina, parece más acertado expresar el 50º o el quincuagésimo.

Para andarme sin rodeos, yo lo que quiero decir es que hoy he cumplido cincuenta años. Y no sé qué es lo que más me interesa: si referirme a ese hecho aislado, el de cumplir uno más, concretamente el quincuagésimo año, lo que, al limitar temporalmente el acontecimiento, me facilitaría la labor de explicar lo que siento (que más bien es poco, teniendo en cuenta que mi vida no deja de ser, hasta cierto punto, una sucesión de acontecimientos aburridos aliñados con algún que otro sobresalto) o si por el contrario resulta más interesante tener en cuenta el conjunto de elementos que define la cifra 50 o el medio centenar o los diez lustros. En este último caso la cifra me abruma. Los recuerdos se agolpan. Llegar hasta aquí ha sido una maravillosa aventura, no exenta de dificultades; pero llena de alegrías. Mantengo conmigo prácticamente a todos los seres queridos, en un número que con el tiempo se ha ido incrementando. He crecido intelectualmente (permítaseme la boutade). El paso del tiempo me ha dado más que me ha quitado. Son más los que me acompañan que los que me han abandonado. Todo un lujo para los tiempos de ajustes y recortes que corren.

Podría experasarlo de otro modo parafraseando al erudito demógrafo Thomas Robert Malthus y diría que mientras mi edad ha crecido aritméticamente, mis amigos, mis seres queridos, descontandas las bajas propias del quehacer biológico, y las aptitudes que me forman como persona han crecido geométricamente.

A lo largo de estos cincuenta años he sido muy celeso en el empeño de mantener el compromiso de retener e incrementar el número de amigos que la providencia me regalaba, como también lo he sido con mis libros o mis piedras. He procurado en todo momento disfrutar lentamente, casi paladeándolo, del placer de saberme querido por los míos; pero no he retenido este placer sólo para mi. Lo he repartido con todos los que me he encontrado en el camino con la misma generosidad que me lo han entregado. Esto me ha permitido conocer algo de la grandeza de la fraternidad.

Tengo que contradecir a León Felipe, cuando en el epígrafe de su poema "pie para el niño de Vallecas de Velázquez" dice: "bacía, yelmo, halo, éste es el orden, Sancho". La verdad de las cosas, en estos últimos cincuenta años, que son de los que yo respondo, me ha revelado que la felicidad es posible para todos siempre y cuando se luche sin desmayo, día a día, por ella y se asuma el compromiso de actuar dentro de un movimiento colectivo que no distingue ni privilegia a nadie.

Un amigo, un libro y una piedra. Ese es el orden, mi querido León Felipe.

martes, 26 de noviembre de 2013

Las nuevas tecnologías y la violencia de género

Algún día habrá que reflexionar detenidamente sobre esta cuestión. En un periódico de la provincia de León, he podido leer el siguiente titular: "Las nuevas tecnologías se convierten en el vivero de la violencia de género". La frase la pronunció el Delegado del Gobierno en la Comunidad de Castilla y León, en uno de los actos celebrados en el Día internacional contra la violencia de género. Pero no es al único al que se la he oído. En la radio y en la televisión también se la he escuchado a numeros tertulianos, es como un mantra que se repite de medio en medio.

Cuando se escucha esta frase, todo el mundo sabe a qué se refiere. Porque todos tenemos hijos en edad escolar o conocidos que los tienen o, simplemente, nos imaginamos que eso puede suceder así. De forma que asumimos que nuestros jóvenes pueden estar presionados, ser extorsionados o sometidos a violencia machista a través de las múltiples plataformas digitales existentes. ¿Quién podría dudarlo? Yo desde luego, no.

Sin embargo, donde yo quiero poner el acento no es en la aplicación de las nuevas tecnologías, porque no es ahí donde residen lo valores machistas. La aplicación de internet o de la telefonía móvil o de las múltiples aplicaciones informáticas que nos conectan socialmente no es la causante de la violencia. La violencia la ejercen personas contra otras personas. El instrumento no es lo más relevante. El machista, el violento siempre ha aprovechado y utilizado los instrumentos a su alcance para ejercer su violencia. El problema no está en el instrumento que se emplea, sino en los valores de la persona que los utiliza.

Como digo, me gustaría reflexionar más detenidamente sobre esta cuestión. Pero así, a bote pronto, lo que me parece peligroso es asociar tecnología y violencia, descuidando el factor fundamental de esta ecuación que es la EDUCACIÓN. Los comportamientos violentos, la violencia machista se combate en todos los frentes; pero la mejor arma es la PREVENCIÓN y esa se obtiene a través de la EDUCACIÓN. Más educación, más educación, más educación: en casa, en la escuela, en los espacios públicos, etc. A mi me parece que ese es el quiz de la cuestión y lo demás son escusas de mal pagador.

Por supuesto que soy partidario de formar a los jóvenes para que hagan un uso racional de las tecnologías. Por supuesto que soy partidario de que las autoridades vigilen comportamientos impropios en la red y por supuesto que soy partidario de que cuando se detectan actitudes de este tipo se debe intervenir inmediatamente; pero lo otro, corregir el comportamiento violento, la violencia machista, en el origen, en la formación de nuestros jóvenes en las edades tempranas me parece fundamental.

lunes, 18 de noviembre de 2013

España también espió al Reino Unido

Dicho así, en abstracto, no parece gran cosa. Todo el mundo sabe, y si no lo supone, que España, como cualquier otro país civilizado, espía a sus vecinos. La noticia sólo adquiere tintes dramáticos cuando quien lo publica es un periódico alemán y hace alusión a no sé qué archivos secretos de un ex funcionario de la CIA. Hasta entonces todos estábamos muy tranquilos. A partir de ese descubrimiento. De la constatación del hecho ni más ni menos de la persona que lo perpetraba todos nos echamos las manos a la cabeza.

Esta historia de espías me recuerda a otra, también real, que tuvo lugar allá por los años finiseculares del XVIII, aproximadamente, en la década de 1780.

La España ilustrada de Carlos III estaba muy preocupada por la superioridad de la armada inglesa. La diferencia la marcaba un material metálico con el que construían un pequeño cañón de corto alcance; pero muy efectivo, que originaba unos impresionantes destrozos en los buques enemigos. Esta letal arma se fabricaba en la localidad inglesa de Carron, de ahí el nombre con el que se conocía al pequeño cañón: carronada.

El Rey reclutó para una secreta misión a dos individuos de características peculiares. El primero debía ser un hombre práctico capaz de colarse en la fábrica de cañones, aprender el oficio y ser capaz de reproducirlo en España. El otro debía ser un hombre de ciencia, un sabio que pudiera memorizar planos y procesos, copiar e imitar la tecnología de la potencia extranjera. Para que la misión resultara creíble los dos españolitos debían actuar con disimulo. No debían confesar su verdadera misión y para mayor seguridad antes de dirigirse a la ciudad inglesa debían hacer un recorrido por Europa central, aprendiendo en las mejores academias de minas de Europa el arte de la docimasia.

Pero en ningún caso los espías españoles debían olvidar que su verdadera misión era sustraer de los ingleses el secreto de la producción del acero con el que fabricaban sus potentes y certeros cañones.

Quiso la casualidad que en ese período España le declarase la guerra a Inglaterra, por la independencia de Estados Unidos y nuestros compatriotas no pudieron pasar a la isla. España centró todos sus esfuerzos bélicos en ganar una guerra junto con sus aliados franceses. Y se olvidó de la misión. Ordenó al científico español su inmediata vuelta a casa.

No lo he dicho; pero el espía no era otro que Juan José Elhuyar. Un eminente científico cuyo fracaso en la secreta misión le permitió ampliar estudios en las Escuelas y Academias de Minas más famosas del Mundo, en Francia, Hungría, Alemania, Suecia, etc. Y recibir formación de los hombres de ciencia más prestigiosos del mundo.

A su vuelta a España, cuando ya no existía una misión que completar, en expectativa de destino, se entregó junto con su hermano Fausto a la investigación de la composición de una "piedra pesada", que Juan José se había traído de Uppsala (Suecia). Los trabajos de investigación se desarrollaron íntegramente en el Real Seminario de Vergara, en el País Vasco. Y gracias a su inteligencia y tesón, en un tiempo récord, consiguieron descifrar la composición de la piedra denominada wolfran, consiguiendo descubrir un nuevo elemento químico al que bautizaron con el nombre WOLFRAMIO.

Paradógicamente, se pude decir que el descubrimiento del WOLFRAMIO fue la historia del fracaso de una misión de espionaje.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Los estudios universitarios en el Bierzo

Recibí una carta del abogado berciano Tomás González Cubero. En ella me expresaba su deseo de que en la próxima reunión del Claustro de la Universidad de León, apoyara con mi voto la propuesta que había realizado para que el Bierzo dispusiera de un Campus universitario en el que se impartieran algunas carreras universitarias. Esta carta me la enviaba en calidad de presidente de un Patronato que promovía la iniciativa y yo la recibía en calidad de miembro del Claustro universitario en representación de los alumnos.

Instantes previos al inicio de la reunión del Claustro, cuando sus componentes todavía estaban tomando sus asientos, solicité el permiso del Rector para grabar la sesión. Era un favor que me había pedido el periodista Ignacio Linares para la emisora que Luis del Olmo tenía en Ponferrada. El Rector, Santoyo, un individuo del que algún día diré alguna cosa, me lo denegó. Además, dio instrucciones para que un ordenanza vigilara a partir de entonces mis movimientos. Consciente de ello, le pasé la grabadora a mi amigo César Mourín, quien se colocó inmediatamente debajo de uno de los altavoces de la sala y consiguió grabar toda la sesión.

Iniciado el asunto, el Rector abrió un turno para que los asistentes solicitaran la palabra. La peculiar forma de dirigir los debates de aquél señor exigía que los intervinientes manifestaran por adelantado si su intervención se realizaba a favor o en contra de las propuestas. De esta manera podía mover su artillería a su antojo, en función del nivel y calado de los intervinientes.

Terminado el plazo, anunció públicamente la existencia de cinco peticiones de palabra y todas ellas para oponerse a la iniciativa. Es decir, todos los que iban a intervenir se opondrían a la creación del Campus Universitario del Bierzo. Ante este panorama, me acerqué a él y le solicité que me apuntara en el turno de palabras. Con una actitud despectiva me indicó que el turno ya estaba cerrado y que por tanto no podría intervenir. Le dije que hablaría a favor de la propuesta y como no había solicitada ninguna palabra para ello, me parecía justo que se me concediese. El Rector, con cierta sorna, y tras preguntarme si estaba seguro de querer hacer una intervención a favor, asintió y me indicó que me permitiría hablar.

Fui el último de los intervinientes. Todos los que me precedieron en el uso de la palabra cumplieron con su papel. Se opusieron con contundencia a la idea de que se pudiera crear un Campus en Ponferrada. Yo inicié mi intervención mostrando la extrañeza por el hecho de que no se hubiese invitado a ninguno de los miembros del patronato que impulsaban la iniciativa para defenderla, de la misma manera que no había ninguna institución del Bierzo, ni siquiera un representante del Ayuntamiento de Ponferrada o del Claustro de profesores de la escuela universitaria de relaciones laborales que ya se impartía en el Bierzo, etc. Por otro lado, me sorprendí de que las sesudas intervenciones de los profesores que se oponían a la propuesta no hubieran aportado ni un sólo argumento de carácter económico, social o académico, ni un solo dato, etc. que avalara su oposición. Todas las intervenciones que me habían precedido, según mi opinión, adolecían de una absoluta falta de rigor académico. Se armó la marimorena. Se montó un revuelo impresionante. De inmediato percibí la comprensión y el apoyo mayoritario del resto del claustro al que tampoco le había gustado las estratagemas del equipo de Gobierno para quitarse el asunto de encima. Lo que disgustaba a los claustrales de aquél asunto eran más bien las formas más que el fondo. Todos ellos hubieran votado en contra de la propuesta, si las cosas se hubieran hecho bien y no aquella pretendida chapuza. El pusilánime Rector se percató de que se le escapaba el control, se imaginó los titulares de prensa del día siguiente, y accedió a aceptar mi propuesta de suspender la votación y analizar más detenidamente y con más argumentos el asunto en otra ocasión.

Mi sorpresa se produjo al recibir el acta del Claustro. Ni rastro de mi intervención. Literalmente, se me había aniquilado. Aunque sí constaba una propuesta de un doctor en veterinaria, que por cierto no había intervenido, en la que solicitaba se pospusiera la votación del asunto. Es decir, aunque no mis argumentos, sí mi propuesta se había adjudicado a otro individuo, que por supuesto no era alumno como yo, sino un reputado profesor. Me dirigí inmediatamente al secretario General de la Universidad, un doctorzuelo, licenciado en derecho, que todavía transita en esta Institución. Le exigí una rectificación inmediata. El caradura negaba recordar el que yo hubiese intervenido y menos en esos términos en los que yo me manifestaba. El Claustro Universitario estaba formado por más de 100 miembros, cómo era posible que un fedatario público negara tal evidencia. Yo era un alumno; pero en ningún caso un imbécil. Entones le aseguré que había grabado mi intervención y que incluso había sido reproducida por una emisora berciana. Esta nueva revelación lo dejó paralizado. Aún sin creerse del todo que fuera cierto que mi intervención hubiese sido grabada, por si acaso se avino a incluir mi intervención en el acta, con la insólita pretensión de que pactáramos un texto "más ajustado". Me negué. Le exigí que recogiera mi intervención en el turno "a favor" y, además, como único interviniente. Se opuso terminantemente a ello. No quiso reflejar mi intervención en los términos en los que se había producido. Al final, falseando lo ocurrido, con el beneplácito del equipo de Gobierno, recogió en el acta su particular versión (y, si no recuerdo mal, mantuvo la del profesor que no había intervenido).

Por otras razones, aquél equipo rectoral, con el magnífico Santoyo a la cabeza se vio obligado a dimitir. Es una pena que nadie se haya dedicado a estudiar detenidamente la gestión de aquellos prebostes durante casi mandato y medio. En mi opinión fue tan nefasta que la actual situación crítica que vive nuestra Universidad leonesa está relacionada directamente con las decisiones adoptadas en aquélla época por esos individuos. Y el decadente estado del Campus Universitario de Ponferrada también está relacionado con los frágiles cimientos que en su día se pusieron.

No, no. Que nadie se lleve a engaño y piense que mi intervención sirvió de algo para que se autorizarse la constitución del Campus de Ponferrada. Lo narrado no pasa de ser una mera anécdota. El hecho determinante fue una entrevista del periodista Luis del Olmo al ministro de Educación de la época, en la que se comprometió a impulsarlo. Entones el Rector de la Universidad de León se reconvirtió, acogió el proyecto como propio y se hizo un ferviente devoto de la iniciativa. Esta fue la historia.

jueves, 7 de noviembre de 2013

La importancia de los carroñeros en la política

Un cualificado militante del Partido de los Unos, PU, convivía cómodamente en los aledaños de la política que desde hacía décadas realizaba el gobernante Partido de los Otros, PO. Después de tantos años ya se había acostumbrado a ella. había que ser un avezado observador para diferenciar a este conspicuo militante del partido de los "Unos" de otro del partido de los "Otros". Eran como dos gotas de agua. Había conseguido mimetizarse. De repente, empezó a crecer su incomodidad, a la vez que su crítica hacia el partido rival. Y a la vez que iba en aumento esta crítica, su implicación en su partido crecía también. El sistema funcionaba como un mecanismo: biela-manivela. Todo esto, no hay que ocultarlo, se producía a medida que se vislumbraba la posibilidad de la alternancia en el poder municipal. Hasta entonces, su relación con el gobernante partido de los Otros era buena. Incluso, muy buena. Los casuales encuentros en esa Gran Superficie Comercial unieron mucho, se aprovechaban para felicitarse las fiestas, para interesarse por la familia y de paso pedir algún favorcito. Una papelera para el barrio, la retirada de un contenedor ubicado próximo al portal de su casa, la mediación en una multa de aparcamiento en zona ora, etc., etc. Es decir, lo habitual. Pero ahora las cosas habían cambiado. La perspectiva de que su partido ganara las elecciones y entrara en el Gobierno de la cosa pública había distanciado a nuestro cualificado militante del partido adversario. El líder había sentenciado que ahora, ante la opinión pública era necesario escenificar ese distanciamiento. ¡No todos somos iguales!, se proclamaba y se enfatizaba ante unos desconcertados votantes que asistían impávidos a la representación teatral del calculado distanciamiento. No obstante, el contacto con esos votantes se hacía en el lugar habitual: en esa Gran Superficie Comercial, cuna de la democracia, que nos hace a todos iguales. Todo no era más que un artificio de cálculo político.

Es verdad que no engañaron a nadie. Todos conocían el juego. Pero la alternacia política es buena porque oxigena las instituciones. Ante la falta de otras alternativas el sufrido votante opta por alguna de las que se le ofrecen. Otro escenario, el de la abstención mayoritaria, sólo es posible en una ficción como la llevada a cabo por Saramago en su novela. Llegada la ocasión la papeleta elegida mayoritariamente iba a cambiar de color político del que sujetaba las riendas del poder. El recuento final así lo confirmó.

Nuestro militante ya estaba preparado para el asalto. Como hemos dicho, en las últimas décadas había estado distanciado de su partido; pero durante el último año, cuando el viento de las encuestas soplaba a favor, se había volcado.¡Por fín, después de tantos años, vamos a tocar el poder!, se decía a sí mismo. Si algo caracteriza a los individuos de esta calaña es el olfato. Es por lo que se guían (aparte del estómago, claro).

"El primer objetivo es instalarnos en él" (en el poder). "Que se note que venimos para quedarnos". Lo segundo es rodearse de los nuestros, para ello, incluso es necesario incorporar a la administración gobernada nuevos trabajadores, mediante oposiciones (convenientemente preparadas), de esta manera no habrá fisuras internas. Incluso, se promueven oleadas de nuevos ingresos mediante contratos amañados. Los que ya estaban no son de fiar. Sirvieron al Partido de los Otros. Partido por otro lado, que al bajarse del pedestal ya no está tan unido como inicialmente parecía. El nuestro, sin embargo, sí. Ahora está más Unido que nunca.

Ante las primeras denuncias "internas" de tráfico de influencias, de enchufismo, de alejamiento del programa y del votante, se tira de manual. "Ellos (los otros) también lo hicieron antes", "debemos estar más unidos que nunca", "primero los nuestros, y después ya veremos", etc. etc. De poco valen estas tretas. Al poco tiempo el malestar ya está en la calle. Y nuevamente se abre el manual: "nos lo han dejado todo muy mal", "no podemos resolver todos los problemas en un día y de un plumazo", "no podemos desarrollar nuestro programa porque las circunstancias no lo permiten". "Necesitamos, al menos, un par de mandatos más".

En realidad la ocupación de estos políticos carroñeros y sus adláteres es copar todos los puestos de representación de la administración, en todos los escalones, consejos de administración de empresas participadas, etc. y lo que es muy importante, escalar en el organigrama del Partido de los Unos. Esto último es muy importante, porque es lo que permitirá perpetuarse en el poder. Estos políticos están tan ocupados en lo "suyo" que se olvidan y desatienden lo de los demás y esto les lleva necesariamente, primero al conflicto interno y después al desapego de la sociedad que les dio el encargo de gobernar para todos.

Llega un momento en el que los tejemanejes empiezan a conocerse públicamente. Los medios se hacen eco de las fantasías de los gobernantes: viajes, dietas, enchufes, etc. La desafección con su propia militancia empieza a sentirse. Y todo esto forma una losa que pesa mucho. Mientras tanto, el Partido de los Otros ya ha iniciado su recomposición. Cambia de líder y denuncia las maniobras arteras del neófito partido gobernate. Finalmente la ciudadanía, a los Unos, les da la espalda y los desaloja del poder. ¿Pero qué ha ocurrido con nuestro cualificado e ilustre militante? Pues que durante todo el mandato ha formado parte de la cúpula del poder, se ha servido de su influencia, se ha amparado en él para obtener dádivas y beneficios varios, ha escalado a puestos elevados del partido; pero, en esta justa hora, en la que los vientos de las encuestas soplan en dirección contraria, se ha "desencantado". Por fin aparece de nuevo la palabra mágica. La llave que le permitirá desentenderse de todo lo que ha hecho y no asumir sus consecuencias. Nuestro querido militante dice: "me he desencantado". Vuelve al consabido arquetipo: "todos son iguales". Es el primero (la primera rata) en abandonar el barco. Es lo que en geología llamaríamos un testigo guía. Es el que nos permite medir el grado de corrupción de sus actuaciones. Es el primero que contacta con el futuro partido de los otros para ofrecerle toda su colaboración, y de paso delatar a algunos de los suyos. Mientras tanto, a los sufridores votantes les lanza el mensaje de sus desencanto, reafirmándose en que esa es la verdadera razón de su retirada a los cuarteles de invierno. 

No hay que despreciar a estos personajes, aunque en realidad sean despreciables, porque gracias a ellos, como he dicho, podemos hacernos una idea del grado de corrupción. Los tribunales de justicia, más tarde se encargarán de cuantificarla en detalle.

Pasará algún tiempo hasta que se repita la historia, mientras tanto nuestro cualificado militante está preparando a la siguiente generación que le sustituirá en esta noble función. Sus familiares más directos, sus hijos, son los destinatarios de su magisterio, el mismo magisterio que de entrada ya les ha permitido disfrutar de un trabajo bien remunerado. De su primera oportunidad laboral. Los hijos... los hijos..., qué no sería capaz uno de hacer por ellos. Qué menos que un puesto de director de la empresa pública, en un laboratorio de ideas.

Nuestro ilustre militante del Partido de los Unos no para. Vuelve por sus fueros. Restablece las cordiales relaciones que siempre presidieron su relación con los militantes del Partido de los Otros y se acomoda agazapado esperando a que cambie nuevamente la dirección de los vientos, confiando una vez más en su olfato. Viento fresco que le hará renacer, reverdecer y encontrar una nueva razón para incorporarse a las altas instancias del poder, que con su gran experiencia y presencia contribuirá de manera notable a que nuevamente se convierta la política en un lodazal.

lunes, 28 de octubre de 2013

Lettre prioritaire

A veces quiero escribir un nuevo post en este blog y no me es posible porque aparece un llamativo símbolo amarillo, indicativo de que se ha producido un "error" en la página. Las primeras veces que esto ocurría, me alarmaba. No es que tenga que comunicar nada importante o con urgencia. Más bien es el fastidio de no disponer ya de aquello que nos hemos acostumbrado a disfrutar. Con el tiempo, cuando esto ocurre, me consuelo pensando: "probablemente lo que pensaba comunicar carezca de relevancia" o "este no es el momento apropiado para decirlo".

A veces la técnica, aunque no lo parezca, es nuestra aliada, y en su infinita sabiduría nos ayuda a no cometer más excesos de los debidos.

He contado en alguna ocasión, que hace algunos años tuve la imperiosa necesidad de comunicarme con el escritor portugués José Saramago. Es uno de los escritores más admirados por mí. Supuse que estaría muy ocupado atendiendo a sus cosas; pero me pareció que yo debía resolver mis dudas sobre algunos de los personajes de un libro que acababa de publicar. Yo sabía dónde había fijado su residencia desde 1993 y recordaba de memoria la localidad. Escribí una cuartilla con mis impresiones, las introduje en un sobre, puse la dirección postal, y confié su envío a la oficina postal, correo urgente, entrega en mano.

Al reseñar la dirección, cometí algunos errores: denominé incorrectamente la localidad: "Las tías", en vez de Tías de Fajardo. Me equivoqué de isla, envié la misiva a Tenerife en lugar de Lanzarote y en lo único que parece ser que acerté fue en el nombre del ilustre destinatario.

Cuando fui consciente del error llamé abochornado a la empresa de correos para intentar enmendarlo, paralizar el envío, que me devolvieran la carta; pero ya era demasiado tarde: la carta había llegado finalmente a su destinario, que no a su destino. Es decir, el operario de la oficina de correos encargado de clasificar la correspondencia conocía al personaje a quien iba dirigida y, por algúna extraña razón, decidió enmendar al errado (sin h y con ella) remitente y dirigirla a su correcto destino. Lo sé porque Saramago me contestó.

Hoy he sido yo el que he recibido una carta, en un sobre del que, por su forma y tamaño, podría adivinar su procedencia: "Lettre Prioritaire. Internacionale. La Poste. France. IP 0,80€". En el lugar del sobre reservado al destinatario figura mi nombre, precedido por la expresión, Señor, que hace inconfundible para mi el remitente. El resto de la dirección postal, incluido el código postal contiene errores, menores; pero al fin y al cabo, en España no es lo mismo el código postal 26004 que el 24006 que debería figurar. Una vez más el servicio postal de correos se ha aplicado, y se ha apiadado de mí, y el cartero ha hecho puntual entrega del encargo que desde la distancia le confiaron. Impresiona la fidelidad de estos funcionarios para con su deber. ¡Para que después digan que los servicios públicos funcionan mal!
La carta ha llegado, y me ha alegrado tanto...
  

lunes, 14 de octubre de 2013

Contranatura

Ayer acompañé en el tanatorio a unos amigos en la última despedida de su hijo. Poco importan las causas del deceso. Un hijo siempre debe sobrevivir a sus padres. Me parece que eso es lo natural y lo contrario va contra las leyes de la naturaleza. Cuando es el padre el que fallece, es una vida la que se extingue. A partir de ese momento cesa cualquier actividad. Uno, simplemente, ha dejado de existir. ¿Qué se le va a hacer? Pero cuando es un hijo el que se va, con él desaparecen, al menos, otras dos personas más: el padre y la madre. No solamente deja de existir el hijo, sino todo aquello por lo que sus padres habían sufrido y luchado tanto, porque los padres siempre sufren y siempre luchan por sus hijos. Los padres son sus hijos, sin ellos no tiene sentido su existencia. Definitivamente con el fallecimiento de un hijo también fallece una parte muy importante de los padres, cuando no todo su ser.

No puede ser. Tenía que existir una ley que lo prohibiese. En ningún caso es aceptable que un hijo fallezca antes que su padre. Son cosas que son difíciles de verbalizar, pero todos los padres lo sabemos. Es contranatura. Lo contrario, lo natural, lo que impone la ley de la decencia es que los hijos sobrevivan a sus padres. Esto es lo razonable. Ellos son la única razón de nuestra existencia. Sin ellos, los padres no somos los mismos. E incluso, a veces, no somos nada. Nosotros les damos la vida y ellos nos hacen vivir. Ellos nos modelan y nos construyen. Lo padres con el tiempo nos terminamos pareciendo a nuestros hijos. Cuando ellos nos faltan estamos perdidos.

Sin embargo, hoy no es el mejor día para contarlo. Hoy hay que reinventarse. Hoy hay que buscar razones adicionales para vivir y ser capaces de trasmitir esas ganas a unos padres destrozados. ¡Cómo me gustaría encontrar las palabras adecuadas! Cruzar la mirada cómplice, estrechar con los brazos al amigo. Trasmitirle nuestro caluroso afecto, nuestra fuerza y nuestro ánimo para que mañana, cuando se levanten, encuentren una valiosa razón para seguir luchando.

jueves, 10 de octubre de 2013

Caídos del Olimpo

¡Qué miedo me dan estos empresarios agoreros que padecemos en España! En la provincia de León, por ejemplo, hoy hay algún importante empresario que ha sido embargado en varias ocasiones por no devolver el dinero que una entidad bancaria que él mismo presidía le había prestado. Construía edificios, financiaba las obras con los préstamos de la entidad bancaria que presidía. Los compradores de sus viviendas debían subrogarse de las hipotecas en las condiciones por él pactadas con su entidad bancaria, es decir consigo mismo. ¡Todo un negocio! Todos los poderes le rendían pleitesía, especialmente el político. En eso los dos grandes partidos se pusieron rápidamente de acuerdo. Eran los buenos momentos económicos. Vivíamos el milagro español. Pero también hubo quien desconfió. Y hubo quien denunció la acumulación de tanto poder en una solas manos. ¡Más del 70% del suelo urbanizable de la ciudad estaba en manos de este ejemplar empresario y el acceso al crédito, también! Las denuncias llegaron a sede judicial. Ahora recuerdo con tristeza el resultado de todas aquellas quejas. El juzgado no sólo absolvió al empresario, sino que condenó a su denunciante a indemnizarle con un euro. Para morirse de risa.

No muchos años después, lo que ha ocurrido es que este empresario ha dejado de ser ejemplar, ha sido expulsado del Olimpo de los dioses económicos, ha sido embargado y no hay político alguno que acepte tomarse en público un café con él. Da mala imagen. Los mismos medios que antes alababan su talento ahora lo denostan.

Yo debo reconocer que en aquellos momentos no fui muy valiente. Por razones que no vienen al caso contar, le interpuse una querella criminal. No acepté las recomendaciones de los gerifaltes políticos para retirarla. El éxito económico, la orgía en la que se vivía era de tal calibre que mi denuncia resultaba "inoportuna". Digo que no compartí todos estos argumentos, lo que me hizo ser poco simpático para algunos. ¿Pero qué es lo que ocurrió? Pues que llegado el momento, me acojoné. Me superó la situación y no ratifiqué la denuncia. Así son las cosas. A veces no sirve tener razón sino que, además, es necesario tener el valor necesario para defenderla.

domingo, 29 de septiembre de 2013

La [clandestina] Universidad de Valladolid

Dediqué el sábado a buscar el Campus universitario, Miguel Delibes, que está ubicado en algún lugar recóndito y escondido de Valladolid. En principio a esta actividad sólo quería dedicarle la mañana. Como máximo quedarnos a comer y volver inmediatamente para casa. Sin embargo, esto fue del todo imposible. Las previsiones no se cumplieron. Como consecuencia de ello, dediqué toda la mañana y parte de la tarde en buscar el Campus Universitario.

Los que me conocen bien saben que atesoro algunas cualidades que hacen más que previsible que no se pudieran cumplir mis previsiones iniciales: la primera es mi proverbial falta de orientación, la segunda mi nula habilidad al volante y la tercera, y no menor, la mala costumbre de no planificar adecuadamente las salidas.

Pero en este caso, descontando las razones que me pudieran ser imputables a mis despistes, se dieron circunstancias que me dejaron perplejo. Es cierto que no consulté previamente ningún mapa o plano de ubicación; pero la ciudad de Valladolid no me es del todo extraña. La he visitado en innumerables ocasiones. Por tanto, debería resultarme sencillo ubicarme en ella y con unas simples indicaciones localizar cualquier lugar. Eso, al menos, pensaba yo al principio.

Cuando llegué a Valladolid, sin entrar al centro de la ciudad, me dirigí por la circunvalación o ronda interior a casi el otro extremo de la ciudad. Yo entro por el Norte y la noción que tenía de la ubicación del campus universitario era que se encontraba al Este. Fácil de encontar, entonces. Sólo debía estar atento a las salidas de la ronda que anunciaran las instalaciones universitarias.

Primera decepción: no sé cuantas veces recorrí la puñetera ronda de norte a sur, esperando inútilmente un indicador que anunciase la salida al Campus Universitario. Llegado el momento, cambio la estrategia: me adentro en la ciudad y pregunto. Después de varias idas y venidas en direcciones contrarias, el desánimo nos embargó y consideramos que había llegado el momento de abandonar y buscar un lugar en el que reponer fuerzas. Por ejemplo, en la Plaza Mayor. Allí nos dirigimos, paseamos bajo los soportales para refugiarnos de la lluvia, elegimos una tasca y nos zampamos una hamburguesa, de la que todavía hoy mi estómago no se ha recuperado.

Después de la sobremesa, consultamos un plano de la ciudad y solicitamos la ayuda de varios lugareños para garantizarnos esta vez el éxito en la misión. ¡Qué desastre! A pesar de que el plano era suficientemente clarificador, cada uno nos daba una indicación contrapuesta. En algún caso, un joven nos dijo: "¿Campus Universitario? No tengo ni idea, yo no soy universitario". En otro caso, otro joven nos aseguró: ¿En este barrio un campus Universitario: no lo creo? Nuestra sorpresa iba en aumento, porque nosotros sabíamos que no podía estar muy lejos. El mapa lo situaba en esa zona y no era posible que esos vecinos no lo supieran. Finalmente, cuando el desánimo nos hacía abandonar, circulando por una calle avistamos un edificio que lucía un expléndido cartel que decía: "Campus Universitario Miguel Delibes". Por fin. Llegamos al Campus de casualidad y en ningún lugar ni a la entrada de la ciudad, ni a la salida, ni cuando circulábamos por ella, ni cuando consultamos un plano encontramos una sola indicación con la denominación y ubicación de estas instalaciones Universitarias. ¡Increíble, pensamos!

Cuando volvíamos de regreso, reflexionábamos sobre esta situación. La cantidad de personas a las que habíamos consultado y la cantidad de indicaciones erróneas que nos habían dado. Sin duda ponían de manifiesto las horas bajas que vive nuestra Universidad, que a pesar de la "majestuosidad" de sus edificios, pasan desapercibidos para la ciudadanía. Una clara metáfora de lo que ocurre también dentro de ellos: a nadie le interesa.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Regeneración democrática

La crisis económica ha puesto al descubierto las vergüenzas del sistema democrático español. El edificio que creíamos se había construido con sólidos ademes, ahora resulta que tiene carcoma. O dicho de otra manera, la corrupción amenaza con ruina. Los múltiples casos de corrupción, que llenan páginas y páginas de la prensa diaria y que abren todos los informativos televisados, nos han mostrado el lado más feo de nuestra democracia, el lado más oscuro del Gobierno de los elegidos por el pueblo.

Algunos medios ha elaborado un tan sencillo como peligroso argumentario. La culpa es de los partidos políticos y de todo lo que los rodea. Una parte de la sociedad, ayudada por determinados medios de comunicación, culpabiliza de la situación a los dirigentes políticos y en última instancia a los mismos partidos políticos. Se dice, Bárcenas es un pillo; pero un pillo ayudado por su propio partido. Los ERES de Andalucía fueron el sustento de un aparentemente nutrido grupo de aprovechados. Todos ellos con sede en algún partido o sindicato. El caso Urdangarín fue posible por la colaboración necesaria de Matas o de otros dirigentes políticos locales o regionales. Todos estos argumentos son ciertos sólo a medias, ahí reside justamente su peligrosidad. Lo que me preocupa es la insistencia de algunos en hacernos creer que eso es todo y a eso se circunscribe el problema. Pretende que no miremos más allá. El problema, dicen, consiste en un grupo de personas corruptas que coinciden en un partido político. Ya está. Eso es todo. La solución del problema pasa por dos posibilidades: o aniquilamos TODOS los partidos políticos, auténticas madrigueras de corruptos y con ello, de paso, nos cargamos el sistema democrático o los regeneramos, lo que es lo mismo darle un lavado de cara. Se trata de elegir entre lo malo o lo peor.

Sí, yo soy de los que pienso que es necesario abrir las ventanas de las sedes de los partidos, de los sindicatos, de las asociaciones profesionales, etc., para que entre aire fresco. Pero no hay que engañarse, el problema es más profundo. Los partidos, los sindicatos, la patronal no son más que un reflejo de lo que hay en la sociedad. Por eso hay que dejar de poner el énfasis en lo que ocurre en esas sedes y empezar a mirar más cerca de donde nosotros nos encontramos. Debemos permanecer atentos a lo que son nuestros usos y costumbres, porque cuando hay corruptos, cerca suele haber corruptores. Señalamos a los corruptos; pero de igual manera debemos señalar a los corruptores, a aquellos que pretenden mediante la entrega de dádivas obtener pingüis beneficios, enriqueciéndose ilícitamente. Que se digan los nombres, que se señalen a los corruptos; pero que también se digan los nombres y se señalen a los corruptores, esos que pasan a nuestro lado con un flamante traje de encargo, hecho a mano y a medida. Que se sepa quiénes son. Sólo cuando destapemos ese cajón bien perfumado empezaremos de verdad a regenerar la democracia y estaremos más cerca del Gobierno que queremos.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Cierre del edificio de la Escuela de Minas de León: una decisión equivocada

El Rector de la Universidad de León ha decidido cerrar la escuela de Minas de León el próximo día 18 de septiembre. No deja de tener gracia la fecha elegida, porque justamente fue también un 18 de septiembre el día que se eligió para su inauguración; pero del año 1962. Es decir, hace 51 años.

No es más que un edificio, carece de sentido expresar sentimentalismos. Sólo se trata de trasladar la docencia que se impartía en las aulas del viejo cascarón de Jesús Rubio a las que deja obligadamente Relaciones Laborales en el Campus. Obligados los estudiantes de minas a abandonar su escuela y obligados los de Relaciones Laborales a abandonar la suya. Todos obligados y ninguno satisfecho. Al equipo rectoral le parece un dispendio dedicar algunos fondos para realizar las obras necesarias en el edificio de Jesús Rubio para que la Escuela cumpla con la legislación.

El edificio donde se trasladan las enseñanzas de Minas no reúne los requisitos mínimos para impartir con un mínimo de dignidad estas enseñanzas. La lucha por disponer de un edificio propio para los estudios de Minas es una lucha que se inició en los mismos inicios de esta titulación en León. Estas enseñanzas tienen unas características de experimetalidad que obliga a disponer de espacios y medios donde impartir docencia de unas características singulares y propias que las diferencia de otras titulaciones.

A alguien esto le puede sonar a música celestial. Ese alguien, por ejemplo, bien pudiera ser nuestro magnífico Rector, que no Rector Magnífico. ¿Experimentalidad?, ¿Qué experimentabilidad, ni qué coño? Bien, creo que resulta innecesario y ocioso explicar el porqué la escuela de Relaciones Laborales no reúne las condiciones para impartir la docencia de Minas. Al que no lo entienda, carece de sentido explicárselo. No merece la pena perder tiempo en ello.

El Rector de la Universidad de León es uno de los que no lo entienden. Por eso, debemos ser prácticos, y, en vez de explicárselo, lo que tiene que hacer es contestar a un par de preguntas. La tasas Universitarias han subido este año más de un 30% (debemos negarnos a aceptar la trampa saducea de la Universidad al calcular el porcentaje de la subida sobre el precio final y no sobre el de origen). El precio de los créditos depende de la experimentalidad de la carrera, por eso el de Medicina es más caro por ejemplo que el de filosofía. Las preguntas que debe contestar el Rector son: ¿a los alumnos de minas les va a reducir las tasas universitarias y ponerlas al mismo nivel que las de Relaciones Laborales, Derecho, etc. o piensa devolver la diferencia? En cualquiera de los dos casos, ¿considera el magnífico Rector que la calidad de enseñanza no se resentirá por este cambio de ubicación sin sentido?

¿Por qué pregunto esto? Pues porque me parece obvio que si el Rector considera que no puede impartirse docencia en el viejo edificio porque no cumple con las condiciones mínimas que exige la legislación eso puede afectar a la calidad de la enseñanzas; pero si el magnífico rector tampoco quiere realizar las inversiones que precisa el nuevo edificio de acogida, porque sus defectos son aún mayores que el que se deja, ¿dónde está la ventaja?

De lo que no hay duda es de que al Rector le importa un pito la Escuela de Minas, la calidad de la enseñanza de esta titulación y la titulación misma. Por eso, debemos oponernos a un traslado absurdo y sin sentido, con el que lo único que se pretende es cubrir el expediente burocrático.

martes, 3 de septiembre de 2013

Uso racional del móvil

Yo sobreviví a la EGB. Si es verdad que somos los que leemos o estudiamos y lo que comemos, pues yo estudié EGB. Por eso también soy de los que, en su día, celebró que se incorporara a la formación de los jóvenes la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Salvando las distancias, yo tuve que estudiar lo que entonces se llamaba Educación Cívico Social. Recuerdo, por ejemplo, cómo el profesor nos inculcaba el comportamiento de respeto que se esperaba y debíamos mantener con nuestros mayores. Nos decía que cuando paseábamos por una acera, debíamos dejar el lado interior a las personas mayores y a los niños más pequeños o dejar el asientos a las personas mayores y embarazadas en el autobús.

No sé muy bien por qué, pero recuerdo vivamente algunos de estos consejos y de las pautas de comportamiento que los profesores de educación cívico social nos enseñaron.

Desconozco si sigue existiendo la asignatura de Educación para la Ciudadanía y desconozco también los contenidos de esta asignatura. Pero lo que creo es que urge disponer de un código de conducta que nos oriente sobre el comportamiento que se espera tengamos del uso "racional" del teléfono móvil. En este mismo espacio ya he dicho alguna cosa al respecto. Nunca me cansaré de insistir en ello.

Cada día soy testigo de más comportamientos incívicos en el uso de los móviles. Ayer mismo contemplé estupefacto cómo un padre hablaba por teléfono mientras su hija de corta edad le pedía que dejase de hacerlo. Desde la cafetería en la que me encontraba, aquella conversación, que en absoluto era de mi interés, me pareció eterna (¡¡¡pobre niña!!!). Era imposible mantenerse ajeno a la misma. El tono de voz elevado del "papá" que parecía charlar distendidamente con un amigo hacía imposible que el resto fuéramos ajenos a su efusivo estado de ánimo.

No sólo a mí sino que creo que a nadie de los que allí nos encontrábamos nos importaba un pito su conversación, ni siquiera a su hija de corta edad le interesaba. Ella con más razones, porque se le iban los ojos al parque de enfrente. Me pregunto cuál sería la importancia del asunto que trataba para dejar desatendida a su propia hija e invadir la intimidad del resto de los presentes en el local. ¿Qué necesidad había de mantener esa larga y tediosa conversación (sobretodo para los que involuntariamente la sufrimos?

Alguien, en algún sitio: en la escuela, en la empresa, donde sea, quizás en la propia tienda de móviles debería proporcionar unas instrucciones básicas de cómo hacer un uso racional del teléfono móvil. Y yo creo que urge disponer de estas instrucciones básicas. Pido algo muy sencillo. Un prospecto con ocho o diez puntos. Algo sencillo. Algo muy sencillo, por favor.

sábado, 31 de agosto de 2013

Sobradamente preparada

Tiene 30 años y está sobradamente preparada. Es licenciada en ciencias ambientales. Hace un par de años sacó el doctorado. Es una investigadora entusiasta. El último año lo ha dedicado a impartir clases en la Universidad. Ha compaginado esta actividad con sus estudios de Derecho. La licenciatura la tiene ya a tiro de piedra. Hoy me dijo que su expediente en Derecho es el segundo mejor de la facultad. Este año terminará la carrera.

Es una chica extraordinaria: estudiosa, entusiasta de todo lo que hace. Investigadora infatigable. Además, es jovial y amable. Me ha ayudado a resolver algunos problemas que se me han presentado. Me enseñó a manejar herramientas informáticas de Sistemas de Información Geográfica. Me descubrió algunos secretos sobre la fermentación aeróbica. Y todo ello lo hizo con una paciencia infinita.

Después de mucho tiempo, hoy he ido a saludarla a su despacho en un Instituto Universitario de Investigación. Me dijo que era su último día de trabajo. En realidad ya estaba de más. Finalizó su beca. Terminó su proyecto de investigación. Ya no le renovarán su contrato de trabajo como profesora. Se acabó. Los recortes presupuestarios se la han llevado por delante. Me lo dice con una sonrisa en el rostro. "Cuando termine este año Derecho, creo que aparecerán más oportunidades de trabajo", me ha dicho. También me ha dicho que probablemente tenga que buscar esas oportunidades fuera de España. Quizás en Chile.

Me quiso invitar a tomar un café. Nos desplazamos a la cafetería más próxima y continuamos nuestra conversación. En realidad éramos tres personas. Tres cafés. Pero a la hora de pagar, recordó que no había cogido dinero y discretamente se lo comunicó a la dueña del establecimiento, comprometiéndose a pasar a saldar la deuda otro día.

No. Que nadie piense ni por un minuto que ante esa situación me hubiera ofrecido a pagar yo los cafés. Ni tampoco hubiera permitido que lo hiciera la tercera persona. No. Quien nos invitó debía saldar la deuda. ¿Por qué? Pensé: si nos vamos sin pagar ¿qué nos puede pasar? ¿que la dueña del establecimiento nos denuncie y que la policía nos retenga? Sería verdaderamente algo extraordinario. El alargar la velada con mi joven amiga hubiera sido para mi todo un honor. Hubiera aprovechado para aprender más cosas. Sobre esto tengo pocas dudas. Lo que no entiendo es por qué la Universidad prescinde del talento de una forma tan zafia. Luego que nadie se extrañe cuando en los ranking de calidad de las Universidades de España, la de León aparece en las últimas posiciones. ¿Por qué será?

lunes, 12 de agosto de 2013

Sara Baartman

Hoy ha sido noticia de actualidad el anuncio de un propietario de un disco-pub, que promocionaba su establecimiento haciendo una oferta de servicios sexuales con la camarera a aquellos clientes que más alcohol consumieran. La gente se ha echado encima del depravado propietario que utilizaba a una de sus trabajadoras como mero objeto y reclamo sexual. Esto me ha recordado una historia tan antigua como moderna.

Se trata de la vida de Sara Baartman. Una mujer que nació en un pequeño pueblecito de Sudáfrica a finales del siglo dieciocho. Un médico británico la compró y se la llevó a Inglaterra. Sara pertenecía a una tribu que exhibía una peculiar característica anatómica: la más prominente, y de fácil visualización, consistía en una acumulación excesiva de grasa en los glúteos. Para los nativos esto era una cosa natural; pero para los europeos era una exótica rareza por la pegaban dinero por contemplar. El médico sacó provecho de la situación y organizó pases circenses para ver a la negra desnuda (contra su voluntad) durante el tiempo que las autoridades se lo permitieron. Posteriormente la vendió a un circo francés, que de la misma manera la exhibía desnuda para regocijo de su concurrencia y agradecido público. Cuando el negocio bajó y dejó de ser rentable, sus “dueños” decidieron prostituirla. Murió en Francia a los 25 años de edad, tan sólo cinco después de que la sacaran de su África natal. Sara murió de frío. Sara murió de hambre. Sara murió debido a la explotación y la humillación a la que fue vilmente sometida. Pero ni aún muerta la dejaron descansar. Las autoridades francesas la exhibieron desnuda durante más de 160 años en diferentes museos.



Dibujo: caricatura de Sara Baartman (siglo XIX)


Nelson Mandela realizó una solicitud formal al entonces presidente francés Francois Mitterrand para que acabara con esta ignominia y autorizara su retirada del museo y facilitara la vuelta a su pueblo. Finalmente, en el año 2002, coincidiendo con el día nacional de la Mujer, Sara fue enterrada en Sudáfrica, en el mismo pueblo en el que había nacido. Hoy es un símbolo nacional.



Foto: Tumba de Sara Baartman en Sudáfrica


Me viene al recuerdo la historia de Sara hoy, cuando no dejan de aparecer en los periódicos noticias sobre comportamientos indeseables, pederastas que por "errores" inexplicables quedan fuera  del alcance de la justicia. Cuando no se sabe muy bien porqué se les da cobijo y amparo a estos indeseables, cuando los padres de las víctimas, los mismos que debería velar por su seguridad, intentan pactar con su maltratador para que se casen con ellas, me pregunto si desde que Sara fue vendida hace más de 200 años al doctor inglés, habremos evolucionado algo.

jueves, 25 de julio de 2013

...La paja en el ojo ajeno

Dice un dicho popular que hay quien "ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio". A lo que yo añado que a veces esta "habilidad" ocular nos hace ser más intolerantes. Ayer mientras me tomaba un café en una terraza de un barrio de León, me sorprendió una familia que se sentaba en la mesa de alado, formada por cuatro miembros: el padre, la madre, un hijo y...un perrito. El can, tipo caniche, se sentaba en la silla como un miembro más de la familia. Las carantoñas y las atenciones que le dispensaban daban buena cuenta de que les unía una íntima amistad. No me voy a meter en el proceloso asunto de las relaciones de los "humanos" con sus mascotas. Allá cada uno como administre sus afectos y cariños.

Lo que quiero decir es que me resultaba imposible abstraerme de la evolución de la familia y su mascota. Los tenía enfrente y por más que pretendiese distraerme, el animalito llamaba continuamente mi atención. Debo confesar que desde el primer momento me sorprendió la actitud de bicho, sentado en una silla, participando de las viandas y de los refrigerios como uno más. Confieso que no me gustó. Pero, por otro lado, pobre animalito, con el calor que hacía también tenía sus necesidades. Y vaya que si las tenía.

Al finalizar la sobremesa, cuando la familia apuró sus consumiciones e iba a abandonar la terraza, se percataron de que el perrito había defecado en la silla, vamos que se había literalmente cagado. Nada de regañina, nada de malas caras. A grandes males, grandes remedios. El padre asumió la responsabilidad. Tomó un par de servilletas de papel y con parte de la cerveza sobrante se puso pacientemente a limpiar la silla. El resultado no es que fuera del otro mundo; pero al menos el buen hombre intentó reparar el daño, ante la atenta mirada del resto de los miembros de la familia (y demás clientes del bar).

En fin, pensé, aunque no esté muy de acuerdo con la idea de compartir mesa y mantel con una mascota, que además llama continuamente la atención, debemos ser tolerantes. Y si la mascota, en algún momento, molesta (que en este caso, en honor a la verdad, debo decir que era perfectamente soportable), también yo puedo molestar con mi tono de voz o con los movimientos de silla. Pensando esto ocupaba yo mi mente cuando se produjo un nuevo acontecimiento inesperado: la dueña del perrito, que es la que se había echo cargo de él, estaba despistada observando la frenética actividad de limpieza de su marido y no vio venir a un ciclista que paseaba con su bici por la acera. Cuando la mascota y su dueña quisieron incorporarse a su paseo por la acera, el ciclista casi se los lleva por delante. Entonces, y aquí viene mi sorpresa, la señora muy afectada recriminó al ciclista su actitud incívica y le recordó que las aceras eran para pasear "personas" y que para las bicicletas existía un hermoso "carril bici" que le señalaba con el dedo índice ostensiblemente en la acera de enfrente.

El joven se llevó una buena reprimenda y la señora con su mascota, ofendidísima, continuó su camino. No sé qué decir, salvo que una vez más cometí la estupidez de buscar al camarero del estabecimiento para abonar la consumición. ¿Cuándo aprenderé?

martes, 9 de julio de 2013

El sistema universitario español

Acaba de darse a conocer el trabajo elaborado por el BBVA sobre la calidad de las Universidades Públicas españolas. El documento se titula Rankings ISSUE (Indicadores Sintéticos del Sistema Universitario Español) 2013. En él se presentan los resultados de las universidades en sus actividades docentes, de investigación y de innovación y desarrollo tecnológico, ofreciendo una ordenación de las instituciones para cada ámbito y para el conjunto de las actividades universitarias. 

La tabla que se inserta un poco más abajo resulta del volumen total de resultados –docentes, de investigación y de innovación y desarrollo tecnológico de las universidades españolas- y, por tanto, el tamaño de la universidad juega un papel en la misma junto con la productividad de cada institución. 

La ordenación de ISSUE-V, agrupando a las universidades por terciles, es la siguiente:

Pos. Universidad Pos. Universidad Pos. Universidad

1

U. Complutense

17

U. de Alicante

33

U. da Coruña
2 U. de Barcelona 18 U. de Castilla-La Mancha 34 U. Rey Juan Carlos
3 U. de València 19 U. de Murcia 35 U. Rovira i Virgili
4 U. Politécnica de Madrid 20 U. de Valladolid 36 U. Jaume I
5 U. Politècnica de València 21 U. de Oviedo 37 U. Miguel Hernández de Elche
6 U. de Granada 22 U. Carlos III 38 U. de Almería
7 U. del País Vasco 23 U. de Córdoba 39 U. de Jaén
8 U. de Sevilla 24 U. de Alcalá de Henares 40 U. de Girona
9 U. Politècnica de Catalunya 25 U. de Vigo 41 U. de León
10 U. Autònoma de Barcelona 26 U. Pompeu Fabra 42 U. Pública de Navarra
11 U. Autónoma de Madrid 27 U. de La Laguna 43 U. Pablo de Olavide
12 UNED 28 U. de Cádiz 44 U. de Lleida
13 U. de Zaragoza 29 U. de Cantabria 45 U. de Huelva
14 U. de Salamanca 30 U. Las Palmas de Gran Canaria 46 U. Politécnica de Cartagena
15 U. de Santiago de Compostela 31 U. de les Illes Balears 47 U. de Burgos
16 U. de Málaga 32 U. de Extremadura 48 U. de La Rioja

Esta clasificación deberíamos armonizarla con la del estudio de Shanghai en el que se recogen ordenadas las 500 mejores universidades del mundo. Si mal no recuerdo, en aquella clasificación sólo aparecían las cuatro primeras universidades que figuran en este ranking español.  

sábado, 22 de junio de 2013

Una calle para el ingeniero Marcelo Jorissen (el Belga), en Ponferrada

Todos los ponferradinos saben que la idea del polígrafo Julio Lazúrtegui de crear «Una nueva Vizcaya corregida y aumentada en el Noroeste de España», expresada de forma lúcida en la Carta Abierta que dirigió en 1914 al Diputado por Ribadeo, Ramón Bustelo, fue un sueño que en parte se materializó en tierras bercianas.

Convertir aquella idea soñada por el bilbaíno en una realidad tangible, que a la postre supuso el mayor impulso sostenido que experimentó el desarrollo industrial del Bierzo y con él el progreso económico de las gentes de la comarca, fue la titánica tarea que emprendió a partir de 1922 el ingeniero de minas, Marcelo Jorissen Braecke, más conocido en las cuencas mineras y en Ponferrada por el apodo de «El belga».

«El Belga» fue el ingeniero más capaz que tuvo la industria minera leonesa en el siglo XX, y una de las personalidades más relevantes del panorama minero español. Fue un hombre dotado de cualidades sobresalientes para la dirección de la empresa. Un hombre laborioso, de inteligencia excepcional, cultura nada común y una voluntad férrea para el trabajo. Se incorporó a la Minero Siderúrgica de Ponferrada en 1922 en calidad de subdirector, posteriormente fue director técnico, director general, vocal del Consejo de Administración y finalmente vicepresidente de la sociedad. Dedicó más de 62 años ininterrumpidos de su vida laboral a aquella empresa.

Ribadeo y Ponferrada han dedicado una calle y una plaza, respectivamente, a quien creyó y apostó por su prosperidad económica. Por eso en estas dos localidad permanece el recuerdo de Julio Lazúrtegui. Sería inconcebible que no se hubiera hecho así. Como también lo sería que ciudades de tradición minera como Mieres, Oviedo o Gijón no hubieran dedicado espacios públicos a esclarecidos ingenieros como Gerónimo Ibrán o Luis Adaro o a Jovellanos o a la familia Felgueroso, verdaderos artífices del desarrollo industrial de Asturias.

Cuando está a punto de cumplirse el treinta aniversario del fallecimiento del ingeniero Jorissen, a la ciudad de Ponferrada se le presenta una buena ocasión para reconocer los méritos de este excepcional hombre y rendirle un merecido tributo; y con él a los miles de ponferradinos que se sienten orgullosos de pertenecer o haber pertenecido a la Minero Siderúrgica de Ponferrada y de haber acompañado al que fuera su distinguido director de forma activa en el camino que ha llevado a Ponferrada a alcanzar las actuales cotas de bienestar. Por ello, esta es una buena ocasión para promover la denominación de una nueva calle de la ciudad con su nombre: Marcelo Jorissen (El Belga) o bien renombrar la existente Vía Nueva, en la que se ubicaban las oficinas de la MSP en las que se encontraba el despacho que ocupó Jorissen durante 34 años, justamente el tiempo que fue Director Técnico de «la Minero».

viernes, 21 de junio de 2013

La brillantina astorgana


Géneros escogidos. De elaboración esmerada. "La Brillantina Astorgana", la gran fábrica de chocolate de Felipe Vizán. Chocolate elaborado a brazo. Eso significa que el proceso no estaba mecanizado. Un día me lío la manta a la cabeza y cuento el esforzado proceso de producción del chocolate astorgano, desde el tueste del cacao sobre un trómel de giro manual, la molienda manual sobre una piedra de granito, la mezcla en proporciones áureas de harina, cacao y azúcar y, finalmente el envoltorio. Aquí presento uno de ellos.


Sé que habrá quien arda en deseos de conocer algo más del maestro chocolatero, Felipe Vizán, alcalde de Astorga entre 1923 y 1924; pero tendrá que esperar.

Diploma a la incompetencia

El presidente de los empresarios ha echado un capote a Blesa. Con relación al procedimiento judicial que se sigue contra él, ha dicho a los periodistas que cualquiera se puede equivocar. Y que desde la responsabilidad uno puede tomar decisiones erróneas; pero que una cosa es equivocarse y otra, bien distinta, robar o prevaricar. Y efectivamente, debemos darle la razón a Rosell y convenir que tomar decisiones equivocadas y robar son acciones que no necesariamente tienen que ser iguales, aunque nadie me negará que "robar" o "prevaricar" son acciones "equivocadas". Blesa se ha movido peligrosamente en ese perímetro difuso que limita unas acciones de las otras. El Juez, como los árbitros, finalmente dirá si la pelota entró o no entró y, en su caso, si hubo o no hubo falta y si ésta fue o no fue intencionada.

Ojalá que Blesa sólo se equivocara. Ojalá que después de las averiguaciones y la investigación que realicen las autoridades en el procedimiento que se sigue contra su actuación al frente de Bankia se concluya que el único problema es que se equivocó en las decisiones que tomó. Eso sería bueno para él, para su familia, para el sistema financiero y para todos nosotros. También sería bueno para el presidente de los empresarios que habría acertado con su defensa al banquero.

Pero también es bueno que la justicia investigue y que determine cuál es el grado de responsabilidad de Blesa en ese fiasco que es caja Madrid-Bankia. Es bueno que sea la justicia la que diga que Blesa sólo se equivocó y que no hubo nada más. Eso nos dejaría a todos más tranquilos.

Pero lamentablemente ahí no acaba el asunto. Si finalmente, como todo el mundo desea, se concluye que Blesa no robó ni prevaricó y "sólo" es un incompetente que ha dirigido de forma temeraria la entidad financiera y que las decisiones que ha tomado la han llevado a su ruina y con ella ha arrastrado al resto del sistema financiero español. Ni más ni menos estamos reconociendo que este incompetente casi nos envía a todos al otro barrio, metafóricamente hablando, claro. Si se diera ese hipotético caso, que sería el mejor de los escenarios posibles, el más optimista, entonces yo pido que se le inhabilite para el ejercicio de esas funciones directivas y que se establezcan medidas que impidan que otros incompetentes como él puedan acceder a puestos similares. Pido que se adopten criterios transparentes de acceso a ciertos puestos directivos o al menos que todos tengamos conocimiento de quién es el que conduce nuestro barco y cuál es su grado de competencia.

En España, hasta ahora, sólo conocíamos un tipo de certificación académica, aquella que acreditaba el haber superado con éxito los exámenes de conocimiento conducentes a la obtención de un título. A la vista de la experiencia que estamos acumulando en estos fatídicos años de crisis, igual deberíamos plantearnos crear un organismos que expidiera, con la misma solemnidad y notoriedad, certificaciones de INCOMPETENCIA, que garantizase que el poseedor de semejante diploma nunca en su vida se cruzará en nuestro camino.

lunes, 27 de mayo de 2013

¡Seis kilómetros a pie para comer!

¿Qué nos está pasando? Hoy el diario El País publica un reportaje de Pilar Almenar espeluznante (uno más). Esta vez se trata de dos niños en Valencia que tienen que recorrer todos los días seis kilómetros para recibir un plato de comida de una institución de caridad. Su lectura se me ha atragantado. Pero creo que no debe esconderse esta realidad. Bien al contrario, es necesario airearla, exponerla, que se conozca para que al menos, si no queremos o no podemos hacer otra cosa, se nos caiga a todos la cara de vergüenza (a quien todavía le quede una poca, claro). 

El artículo de Almenar debe leerse: empieza así:

"Petra, casada, 37 años, ha recogido a mediodía a sus hijos de siete y nueve años del colegio para darles de comer. Desde que se les acabó la beca del comedor tienen que apañárselas fuera del centro. Tampoco lo hacen en casa. Cerca de las dos de la tarde, entran en el edificio de Casa Caridad en el Paseo de la Pechina de Valencia. Han venido caminando desde el barrio de Orriols. Tres kilómetros a pie para comer y otros tres para regresar. Deben darse prisa porque esta tarde los niños tienen clase de nuevo. “El autobús es dinero, tenemos piernas”, explica la madre viendo jugar a los pequeños a su alrededor.


“¡El otro día saqué un sobresaliente!”, dice el mayor de los niños con mirada pícara tras sus redondas gafas de pasta. Hace dos años y medio que Petra y su marido vinieron de la República Checa donde el azote de la crisis tocó y hundió su pequeño negocio de textil. Al principio todo fue bien y Petra ascendió en su empleo en un almacén de hortalizas en Meliana (Valencia). Pero la empresa cerró hace un año y se quedó sin trabajo. Su marido, operado de cervicales, no puede trabajar. La beca de comedor les ha cubierto solo el 70% del curso y en estos últimos dos meses Petra ha tenido que buscar otra salida. “No quiero decir que me da vergüenza, pero me da un poco”, cuenta desviando la mirada de sus ojos azules..."


La noticia contrasta con aquella otra imagen que todos teníamos de la ciudad del mediterráneo, paradigma del desarrollo, llena de luz y opulencia. ¿Recuerdan la comparecencia pública del canoso jefe de la fórmula uno anunciando a bombo y platillo una prueba del mundial en el circuito de Valencia en medio de una campaña electoral? Entonces, a quien fuera le convino que saliera en todos los telediarios. Sin embargo, esta otra noticias mucho me temo que a los mismos que protagonizaron la anterior no les interesa su masiva difusión, y menos a la hora de comer.

Esto cada vez se me hace más insoportable. ¿Cómo se pretende que hagamos compatible este tipo de noticias con las que nos llegan del caso Nóos y otras tramas corruptas? ¿Cómo pretenden que no se nos revuelvan las tripas? ¿Cómo quieren que no nos indignemos? ¿Qué sistema defienden en el que caben estas cosas?¿A qué estamos esperando para hacer algo?