domingo, 15 de septiembre de 2013

Cierre del edificio de la Escuela de Minas de León: una decisión equivocada

El Rector de la Universidad de León ha decidido cerrar la escuela de Minas de León el próximo día 18 de septiembre. No deja de tener gracia la fecha elegida, porque justamente fue también un 18 de septiembre el día que se eligió para su inauguración; pero del año 1962. Es decir, hace 51 años.

No es más que un edificio, carece de sentido expresar sentimentalismos. Sólo se trata de trasladar la docencia que se impartía en las aulas del viejo cascarón de Jesús Rubio a las que deja obligadamente Relaciones Laborales en el Campus. Obligados los estudiantes de minas a abandonar su escuela y obligados los de Relaciones Laborales a abandonar la suya. Todos obligados y ninguno satisfecho. Al equipo rectoral le parece un dispendio dedicar algunos fondos para realizar las obras necesarias en el edificio de Jesús Rubio para que la Escuela cumpla con la legislación.

El edificio donde se trasladan las enseñanzas de Minas no reúne los requisitos mínimos para impartir con un mínimo de dignidad estas enseñanzas. La lucha por disponer de un edificio propio para los estudios de Minas es una lucha que se inició en los mismos inicios de esta titulación en León. Estas enseñanzas tienen unas características de experimetalidad que obliga a disponer de espacios y medios donde impartir docencia de unas características singulares y propias que las diferencia de otras titulaciones.

A alguien esto le puede sonar a música celestial. Ese alguien, por ejemplo, bien pudiera ser nuestro magnífico Rector, que no Rector Magnífico. ¿Experimentalidad?, ¿Qué experimentabilidad, ni qué coño? Bien, creo que resulta innecesario y ocioso explicar el porqué la escuela de Relaciones Laborales no reúne las condiciones para impartir la docencia de Minas. Al que no lo entienda, carece de sentido explicárselo. No merece la pena perder tiempo en ello.

El Rector de la Universidad de León es uno de los que no lo entienden. Por eso, debemos ser prácticos, y, en vez de explicárselo, lo que tiene que hacer es contestar a un par de preguntas. La tasas Universitarias han subido este año más de un 30% (debemos negarnos a aceptar la trampa saducea de la Universidad al calcular el porcentaje de la subida sobre el precio final y no sobre el de origen). El precio de los créditos depende de la experimentalidad de la carrera, por eso el de Medicina es más caro por ejemplo que el de filosofía. Las preguntas que debe contestar el Rector son: ¿a los alumnos de minas les va a reducir las tasas universitarias y ponerlas al mismo nivel que las de Relaciones Laborales, Derecho, etc. o piensa devolver la diferencia? En cualquiera de los dos casos, ¿considera el magnífico Rector que la calidad de enseñanza no se resentirá por este cambio de ubicación sin sentido?

¿Por qué pregunto esto? Pues porque me parece obvio que si el Rector considera que no puede impartirse docencia en el viejo edificio porque no cumple con las condiciones mínimas que exige la legislación eso puede afectar a la calidad de la enseñanzas; pero si el magnífico rector tampoco quiere realizar las inversiones que precisa el nuevo edificio de acogida, porque sus defectos son aún mayores que el que se deja, ¿dónde está la ventaja?

De lo que no hay duda es de que al Rector le importa un pito la Escuela de Minas, la calidad de la enseñanza de esta titulación y la titulación misma. Por eso, debemos oponernos a un traslado absurdo y sin sentido, con el que lo único que se pretende es cubrir el expediente burocrático.

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