sábado, 22 de junio de 2013

Una calle para el ingeniero Marcelo Jorissen (el Belga), en Ponferrada

Todos los ponferradinos saben que la idea del polígrafo Julio Lazúrtegui de crear «Una nueva Vizcaya corregida y aumentada en el Noroeste de España», expresada de forma lúcida en la Carta Abierta que dirigió en 1914 al Diputado por Ribadeo, Ramón Bustelo, fue un sueño que en parte se materializó en tierras bercianas.

Convertir aquella idea soñada por el bilbaíno en una realidad tangible, que a la postre supuso el mayor impulso sostenido que experimentó el desarrollo industrial del Bierzo y con él el progreso económico de las gentes de la comarca, fue la titánica tarea que emprendió a partir de 1922 el ingeniero de minas, Marcelo Jorissen Braecke, más conocido en las cuencas mineras y en Ponferrada por el apodo de «El belga».

«El Belga» fue el ingeniero más capaz que tuvo la industria minera leonesa en el siglo XX, y una de las personalidades más relevantes del panorama minero español. Fue un hombre dotado de cualidades sobresalientes para la dirección de la empresa. Un hombre laborioso, de inteligencia excepcional, cultura nada común y una voluntad férrea para el trabajo. Se incorporó a la Minero Siderúrgica de Ponferrada en 1922 en calidad de subdirector, posteriormente fue director técnico, director general, vocal del Consejo de Administración y finalmente vicepresidente de la sociedad. Dedicó más de 62 años ininterrumpidos de su vida laboral a aquella empresa.

Ribadeo y Ponferrada han dedicado una calle y una plaza, respectivamente, a quien creyó y apostó por su prosperidad económica. Por eso en estas dos localidad permanece el recuerdo de Julio Lazúrtegui. Sería inconcebible que no se hubiera hecho así. Como también lo sería que ciudades de tradición minera como Mieres, Oviedo o Gijón no hubieran dedicado espacios públicos a esclarecidos ingenieros como Gerónimo Ibrán o Luis Adaro o a Jovellanos o a la familia Felgueroso, verdaderos artífices del desarrollo industrial de Asturias.

Cuando está a punto de cumplirse el treinta aniversario del fallecimiento del ingeniero Jorissen, a la ciudad de Ponferrada se le presenta una buena ocasión para reconocer los méritos de este excepcional hombre y rendirle un merecido tributo; y con él a los miles de ponferradinos que se sienten orgullosos de pertenecer o haber pertenecido a la Minero Siderúrgica de Ponferrada y de haber acompañado al que fuera su distinguido director de forma activa en el camino que ha llevado a Ponferrada a alcanzar las actuales cotas de bienestar. Por ello, esta es una buena ocasión para promover la denominación de una nueva calle de la ciudad con su nombre: Marcelo Jorissen (El Belga) o bien renombrar la existente Vía Nueva, en la que se ubicaban las oficinas de la MSP en las que se encontraba el despacho que ocupó Jorissen durante 34 años, justamente el tiempo que fue Director Técnico de «la Minero».

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