jueves, 30 de junio de 2011

Razones para la indignación

Hoy por la mañana concluyó el debate del Estado de la Nación que anualmente se celebra en el Congreso de los Diputados. Este encuentro, promovido por Felipe González, sirve para que Gobierno y oposición ventilen sus diferencias y el resto de los ciudadanos nos acerquemos al menos una vez al año al estado de la Cosa Pública. Pero este año el debate ha estado de más. Sobraba. No es que se deba prescindir de él. No. Lo que ocurre es que desde el 9 de mayo de 2010 no ha pasado ni un sólo día que uno no esté atento a todas y cada uno de las noticias de alcance económico, se produzcan donde se produzcan: deuda soberana, prima de riesgo, agencias de calificación, ultractividad, Portugal, Grecia, Ángela Merkel y sus ocurrencias, etc. La situación económica lo ocupa todo. La razón no es que de repente haya nacido en nosotros un inusitado interés por leer la prensa económica. La razón es que todos, en la medida que nos toca, sufrimos las consecuencias económicas. Cuando se habla de deuda soberana y de prima de riesgo todos pensamos en nuestras hipotecas o en la imposibilidad de obtener crédico para tenerla o del coste que nos va a suponer obtenerlo.

El debate de ideas está muy bien. Los reproches partidistas, cuando la economía es favorable, nos pueden resultar graciosos y ocurrentes; pero en la situación actual no parece lo más edificante ver tirarse los trastos los unos a los otros. A la mayor parte de parados, de damnificados por esta crisis, a estas alturas de partido poco les importa quién tenga la culpa. Lo que exigen es una pronta recuperación. Una solución. Y esta sólo puede salir del consenso.

Resulta bochornoso observar cómo en Grecia, a punto de entrar en banca rota, si no lo está ya, los políticos de la oposición, los que en su día gobernaban y maquillaron las cuentas y mintieron con descaro sobre la situación de su contabilidad, ahora desde los bancos de enfrente se oponen a cualquier medida que viabilice la salida económica del país. ¿Con qué objeto? Con el de que caiga el Gobierno. Igual sucedió en Portugal.

Grecia, Islandia, Portugal... ¿Italia? Por si no fuera poco hoy Barak Obama ha anunciado que si el Congreso de los Estados Unidos no amplia la capacidad de endeudamiento de las cuentas públicas, por primera vez en la historia, este país se podría ver abocado a la suspensión de pagos. La oposición de Obama le da una alternativa para desbloquear la situación y autorizar los préstamos necesarios. Los Republicanos exigen reducir los costes en prestaciones sanitarias. Los Estados Unidos no es una nación que destaque justamente por la cobertura sanitaria a sus ciudadanos, pero a pesar de ello los republicanos exigen rebajarla. Hay que recortar gasto sanitario, dicen los que mandan en el Congreso americano, sabedores de que la apuesta de Obama ante su electorado fue justamente la mejora del sistema público de sanidad. Es decir, hay que darle donde más le duele. ¿Finalidad de la propuesta? Sin duda, alejarlo de sus seguidores y deteriorar su imagen y espectativas electorales ante los próximos comicios.

Los analistas dicen que si Estados Unidos entrase en suspensión de pagos las consecuencias para el resto de la comunidad internacional serían desastrosas. No se precisa entrar en más detalles.

Lo lamentable de esta situación es que el presidente Obama hace tan solo unos días hacía públicos los costes de la intervención de Estados Unidos en Afganistán. ¡8.000 MILLONES de dólares americanos al mes! Esta astronómica cifra es lo que cuesta mensualmente pagar los gastos militares por la permanencia de los soldados en este país. A esta cantidad habrá que sumarle las cuantiosas cifras que representan las intervenciones de Irak, Libia, etc., etc.

Oyendo estas cosas, viendo que los políticos se sientan en sus escaños para decir semejantes memeces, que en ningún caso son representativas de la opinión pública, conscientes de la crítica situación que vieven familias y empresas cómo no va a estar uno INDIGNADO. Vamos, es como para correrlos a gorrazos. ¿Es tan difícil entender las razones del cabreo?


viernes, 24 de junio de 2011

Gambusinos y fiscadores

Cuando recorro parajes escondidos por la naturaleza  y en ellos encuentro vestigios de antiguas labores mineras, me resulta inevitable hacerme la pregunta de cómo fue posible su hallazgo. Me pregunto, por ejemplo, cómo los romanos pudieron encontrar el oro en las Médulas o el cobre en la mina profunda de Villamanín, ambos criaderos situados en la provincia de León. Me pregunto qué extraño influjo los hizo desplazarse hasta esos territorios, algunos de muy difícil acceso. Y otra pregunta que surge es quién se ocupaba en aquellos tiempos de buscar y localizar  los yacimientos. Qué características tenía el buscador de minas.

El padre Bartolomé de las Casas en sus crónicas dejó escrito que Cristóbal Colón en su segundo viaje a las Indias embarcó más de un centenar de mineros, algunos expertos trabajadores reclutados en Almadén, y utensilios para escavar en la tierra. El inicio de la explotación minera en América corrió paralela a la marcha del descubrimiento de nuevas tierras. En el Nuevo Mundo la verdadera minería comenzó en el Golfo de México, en el territorio que los conquistadores españoles bautizaron con el nombre de Nueva España. Lo que  hoy se conoce simplemente como México. Es en este país donde aparece el término "gambusino" para designar al buscador de minas, un término con el que se designaba a algo parecido a lo que hoy denominaríamos empresario minero. Un término equivalente que podemos encontrar en Brasil es el de "fiscador". El gambusino o fiscador no sólo se ocupaba de localizar los yacimientos minerales sino que también era el encargado de planificar las labores de extracción y de financiar los costes necesarios para llevar a cabo el beneficio de la mina. Gambusino o fiscador son los términos que responden a nuestra pregunta. Son los artífices de los primeros descubrimientos mineros planificados. Los dos términos están en desuso, pero ambas palabras están cargadas de contenido minero.

Los gambusinos y los fiscadores no tenían una formación académica. Esos antiguos mineros eran una rara especie humana, formada por una compleja mezcla de cualidades, en cuyos ingredientes entraban en diversas proporciones la intuición, la imaginación, el valor y la perseverancia. También la resignación ante la adversidad. Todo minero sabía (y aún hoy sabe) que la adversidad acecha y que tarde o temprano, en algún momento de su vida, se presentará y deberá hacerle frente: cara a cara. 

Los fiscadores o gambusinos no han desaparecido del todo. Lo que hoy podríamos llamar nuevos mineros son herederos y continuadores de aquellos; pero han incorporado a su acerbo cultural y profesional el conocimiento científico, la técnica y los principios de prevención y cautela. A estos modernos mineros hoy también se les puede llamar ingenieros. O mejor dicho, un parte de la ingeniería minera recoge lo mejor de la tradición y del espíritu del gambusino y del fiscador.

En el nuevo minero se conjugan y conviven en armonía el valor y la cautela; el conocimiento y la intuición. Esta característica los hace más sólidos, más fuertes y, en mi opinión, con una preparación distinta a la de otros profesionales de la ingeniería.

En la América latina existen otros términos para designar a los buscadores de fortuna, a los buscadores de oro y metales preciosos, a los buscadores de minerales y piedras preciosas.

En el habla de algunos distritos mineros se pueden encontrar términos como "poquitreros""buscones", "berequeros", "cateadores", "rebotalleros", "garimpeiros", etc. Todas estas voces con la misma acepción: buscadores de mineral; pero a estos individuos no se les debe confundir con aquellos otros que se ocupan de localizar primeramente el yacimiento y ejercen la noble profesión del minero. No es lo mismo garimpeiro que "gambusino". No es lo mismo buscón que fiscador. Les separa un abismo.

Reivindico la valorización del términos gambusino (y también la de fiscador). España se reinventó así misma en el crisol de la Nueva España. En Nueva España, antes de transformarse en México, nació el término gambusino. Hoy tenemos la obligación de conservarlo.

miércoles, 22 de junio de 2011

En los Picos de Europa de nuevo

Esta vez han sido dos días seguidos visitando este bello paraje natural. Los cerezos ya han echado flor y los árboles se encuentran a rebosar de fruto. El cerezo se aclimata mal a estas tierras. La altitud hace que la fruta madure más tarde. Las habituales heladas en este tiempo dan muchas veces al traste con una prometedora cosecha.

Las depuradoras de aguas residuales contienen una menor carga de purines y de excretas de animales. Eso es síntoma de que las bestias han sido enviadas a los montes a pasar el verano. Por la carretera, entre Riaño y Puebla de Lillo, a la altura de los Puertos de Tarna y de las Señales, nos encontramos con el parsimonioso balanceo de vacas, yeguas y caballos por la carretera. Es un placer y un auténtico espectáculo contemplar la indiferencia con la que estos animales nos hacen esperar su paso.

Ha sido un día fresco por la mañana, caluroso a ratos, con una niebla intensa en Oseja de Sajambre. Niebla que nos incomodó y acompañó durante un buen trecho. De vuelta a Riaño contemplamos desde la lejanía la estela que las nubes bajas dejaban entre los valles.

Comimos en el restaurante "El molino de Huelde". Huelde no existe. Es una de las localidades que fueron inundadas por el embalse de Riaño. Del molino, en el restaurante, sólo queda la redonda piedra de moler. En el local, en una zona preferente, se muestra la fotografía de una visita del actor Inmanol Arias, acompañado con la que entonces era su mujer. Creo que el actor era originario de Riaño, del viejo Riaño, de aquél que se encuentra sumergido por las aguas. También recuerdo que fue Inmanol Arias uno de los muchos manifestantes que resistió hasta el último día sobre los tejados de las casas exigiendo que no se inundase el valle. Lucha que parece resultó inútil. Esto debió ocurrir a mediados de los años ochenta. Yo tengo el recuerdo de una imagen que me quedó grabada de un jovencísimo Ramiro Pinto, con una cinta en el pelo, en lo alto de un tejado retando a la policía nacional, que le exigía su inmediato desalojo.

No importan los recuerdos con los que uno se acerque a Picos de Europa. No importan las prevenciones con las que se haga. No importa la opinión que se tenga sobre la necesidad y la rentabilidad de la presa. Poco importa la belleza de los pueblos inundados y de los que quedaron al margen. La visita a Picos de Europa siempre mejora nuestro estado de salud. Pienso que la explicación sobre la formación de esas grandes masas calizas no la beberían dar los ingenieros de Minas o los geólogos sino los psicólogos. Ellos sabrán explicarlo mejor.

lunes, 20 de junio de 2011

Ángela Merkel se equivoca otra vez

He pasado buena parte del día en el campo. He comido un bocadillo y un trozo de empanada previamente encargada. He tenido tiempo para pasear por la orilla del río y leer bajo la sombra de un árbol. Tuve tiempo para todo, sólo extrañé una buena taza de café. He tenido la oportunidad de leer varios suplementos sepias, de esos en los que se recogen noticias económicas. En uno de ellos se recoge una curiosa comparativa: se indican los índices de productividad de España en comparación con los países de la zona euro y resulta que en el último año la productividad española es superior al resto de países de Europa. Según las comparativas indicadas, en España la edad real de jubilación es más alta que en Francia, Luxemburgo o Alemania y la deuda soberana no es tan alta como la del Reino Unido por ejemplo. Otros diarios hablan de los miedos de Alemania o mejor dicho, los miedos de su canciller, Ángela Merkel: miedo a votar a favor de la intervención de la comunidad internacional en Libia; miedo a facilitar la operación de rescate de Grecia, miedo a que los efectos del desastre de Fukushima se lleve por delante sus expectativas electorales, miedo a que la infección de E. Coli proceda del interior de su país y ponga de manifiesto los estrepitosos fallos alemanes en el control alimentario. Los miedos de Merkel son nuestras desgracias. Los miedos y las mentiras. Por ejemplo, dijo que la productividad española era mucho más baja que la alemana y la europea y resulta que no, que incluso es más alta. Dijo que en España había mucho vago, por la baja productividad y por los períodos de vacaciones y la edad de jubilación. Y resulta que tampoco, que en Alemania los trabajadores se jubilan antes que en España; pero lo cierto es que el discurso de Merkel ha calado en los mercados, incluso nosotros estuvimos a punto de creérnoslo. Pero resulta que nada de lo que dice es cierto o al menos nada de lo que dice está corroborado con los estudios, estadísticas y datos oficiales. Parece que la única realidad es que la mayor de las desgracias europeas es la cancillera alemana Ángela Merkel. 

En los últimos meses se ha criticado con dureza la falta de una línea de actuación clara por parte de Zapatero y de su Gobierno. A esta situación se dice que es perjudicial para España porque provoca falta de confianza. Pero qué confianza pueden tener los mercados en una Europa dominada por la Canciller alemana. Esa que prorroga la vida útil de las centrales nucleares más de 12 años de media y al día siguiente anuncia el apagón nuclear (según ella Fukushima le abrió los ojos). La misma que anuncia su oposición a la intervención en Libia y luego se apunta a ella. Dice que la infección de la bacteria E. Coli procede de los pepinos españoles y luego pone a sus subalternos a desmentirlo sin pestañear ni pedir una sola disculpa por los daños ocasionados. La misma que se resiste a pactar una operación de rescate de la economía griega, endeudada hasta las cejas con sociedades alemanas (las hojas sepias de los diarios dan la relación de acreedores de la deuda griega y resulta que aparecen sólo sociedades alemanas, además de la UE y el FMI). Los miedos, las dudas y los egoísmos de la canciller alemana son hoy el mayor problema de Europa.

Todo esto lo he sacado de los diarios de tirada nacional mientras disfrutaba de un día de campo y oía el bullicio de fondo de mis hijos correteando. La mala leche sólo se me pasó al ver la cara de felicidad de los niños y sus amigos, ajenos a todo lo que dice la Merkel. Quizás en eso consista la felicidad: en no escuchar a la Canciller alemana.

viernes, 17 de junio de 2011

Cocido maragato en Astorga

Hoy tocó cocido maragato en Astorga. Desde hace ya algunos años lo venimos degustando en la Casa Maragata. Este mismo plato lo sirven de forma espectacular en Santiago Millas o en Castrillo de los Polvazares, dos localidades maragatas muy agradables para visitar. Este manjar típico de esta tierra se prepara con abundantes carnes, siempre con más de siete tipos distintos: morro de cerdo, costilla, oreja, carne de morcillo, chorizo de la tierra, que se le conoce como chorizo de fiesta, etc. Se preparan garbanzos con patata y verdura y, finalmente, sopa. Se sirve en la mesa para que sea consumido al revés de lo que comúnmente se hace. Es decir: primero se sirve una bandeja abundante con las carnes, después se toman los garbanzos con la verdura y la patata y finalmente se sirve la sopa de fideo fino. Mientras los comensales esperan a que las viandas se distribuyan en la mesa, siempre se disponen unos platos de tomate fileteado, condimentado sólo con aceite y unos cuantos granos de sal gruesa. Para que el cocido quede redondo es preciso culminarlo con un postre de natillas caseras con un bizcocho.  El que lo prueba por primera vez es difícil que no repita.

Sobre las razones por las que este cocido se empieza a comer por las carnes, abundas las teorías. La que a mí más me gusta es aquella que dice que en tiempos de guerra contra los invasores franceses, los maragatos empezaban sus comidas por el alimentos más consistente: las carnes, porque la artillería enemiga no solía respetar las horas ni entendía de protocolos y los soldados frecuentemente debían abandonar precipitadamente la mesa para defender las posiciones. Esta defensa se hacía más llevadera si el estómago estaba ocupado por la carne en vez de la sopa. Esta leyenda dice que desde entonces en la maragatería el cocido se come del revés. Puede ser.

Por el camino, de vuelta a casa, ocupaba el tiempo del trayecto pensando en lo bien que se come por estas tierras, lo agradable que resulta pasear por sus empedradas y viejas calles y en lo mucho que disfruto, al menos una vez al año, degustando unos ricos garbanzos acompañados con su verdura. 

Me llegó un SMS al móvil, enviado desde Madrid por mi hermana. En él decía textualmente: "cuantos saben comer, son comparativamente diez años más jóvenes que los que ignoran esta ciencia". Cuando me lo envió se encontraba cenando en el restaurante "La Máquina" de la capital y, según ella, la frase es del famoso gurú de la gastronomía Brilliant-Savarin (1755-1826). Creo que ambos tienen razón: el gurú y mi hermana. Tras recibir el mensaje, la llamé para saludarla. No le pregunté qué hacía cenando fuera de casa ni qué menú eligió ni ella me preguntó qué hacía yo llegando a esas horas a casa ni qué comí; pero ambos nos reconocimos extrañamente rejuvenecidos.

miércoles, 15 de junio de 2011

Ciuden

La Ciudad de la Energía, CIUDEN, ese extraordinario proyecto que el Gobierno está desarrollando en Ponferrada, hace unos meses ha iniciado las obras de acondicionamiento del edificio que albergará la futura sede central del Museo Nacional de la Energía. Uno de los edificios elegido es el que la central térmica de ENDESA utilizó hasta hace poco como oficinas administrativas, lo que se denominaba Edificio de Mandos. En mi infancia y preadolescencia, durante el curso escolar, debía desplazarme desde la ciudad de Ponferrada a las escuelas de Compostilla. A mitad de trayecto me encontraba con el imponente edificio de cinco plantas. En muy pocas ocasiones pude visitarlo. En donde sí entré en innumerables ocasiones fue en la instalación anexa, la nave de la Central Térmica, la auténtica fábrica de la luz, el lugar donde se alojaban las calderas con sus respectivas chimeneas. Mi padre, entre otras ocupaciones, se encargaba de vigilar y alimentar con carbón las calderas. A finales de los años 60 del siglo pasado, yo le llevaba todos los días la comida en una pequeña fiambrera, con la finalidad de que pudiera ingerir algún alimento caliente durante la prolongada jornada, que como mínimo duraba ocho horas. Mi padre nunca se olvidó de gratificarme este gesto con una espléndida propina: cinco pesetas. Un duro diario que a mi me parecía toda una fortuna. Nunca entendí el porqué de la dádiva. Para mí era un auténtico orgullo cumplir con el encargo de mi madre. Lo hacía atendiendo a todas sus instrucciones; es decir, procurando no "marear" el recipiente con la comida. En definitiva recorría dos kilómetros todos los días para encontrarme con mi padre en el estado que más lo recuerdo, en su estado natural: trabajando.

La idea de aprovechar en España los menudos de carbón fue del padre Pulgar, el ingeniero jesuita del que algún día habrá que hablar: creo recordar que murió en 1939; pero dejó algunas "perlas" dignas de comentar. La instalación en Ponferrada es obra intelectual del ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, matemático, físico e ingeniero industrial, Esteban Terradas, un personaje total e injustamente olvidado en El Bierzo, y en particular en Ponferrada. Las obras se iniciaron en 1946 y concluyeron en 1949. Doy estos datos de memoria y no respondo de su exactitud. Lo que sí puedo afirmar es que mi padre trabajó con apenas 16 años como pinche de albañil en las obras de construcción. En los momentos más álgidos de las obras se llegaron a emplear más de 10000 obreros, en una ciudad que no llegaba a los 30000 habitantes, para hacerse una idea de lo que este proyecto representó para el desarrollo económico y social de Ponferrada.

Me alegra pensar que ese edificio y las instalaciones anexas no se van a demoler y se conservarán en un futuro aunque para otra utilidad. Tengo unas enormes ganas de volver a entrar en él.

martes, 14 de junio de 2011

domingo, 12 de junio de 2011

Gandingas

Hace ya algunos años que tengo un extraño librito cuyo título es "Gandingas". Está enteramente escrito por una promoción de ingenieros de Minas de la Escuela de Madrid. Su edición se remonta al año 1958. Es de difícil clasificación, probablemente por eso sus autores le han dado ese título. La gandinga es el residuos que queda después del proceso de lavado de un mineral. Está formada por el menudo del mineral lavado. Aunque en ocasiones su aprovechamiento resulte más dificultoso, se puede decir que es de la misma calidad que el producto principal. Los individuos que lo protagonizan son de una calidad excepcional.

El extraño libro celebra la efemérides de medio siglo de existencia profesional. Sus autores tienen en común pertenecer a la misma promoción de graduados de la Escuela de Ingenieros de Minas de Madrid, la única existente entonces en España. Concretamente la promoción de 1908. Es un libro de poemas, o, como diría Jesús Lizano, de "poemos". Es un libro de ripios que pretende ser el "Cronicón", la fisonomía y los rasgos definitorios de un conjunto de individuos que más allá de su individualidad construyeron un único cuerpo colectivo. Hasta tal punto esto es así que los protagonistas han renunciado a firmar cada composición con su nombre completo. Por ello, al final de cada poema sólo figuran las iniciales y el año de su creación.

El primer poema es obra de G.M. (Gustavo Morales) y consiste en una dedicatoria  del editor "a los Ingenieros de Minas de la promoción de 1908".

Pero realmente cuando empieza a escribirse la historia y el librito es en el año 1906. En este año, E.I., o lo que es lo mismo, Emilio Iznardi y Alzate, escribe un poema sobre "La clase de química en 1906". En este poema, aparte del profesor que impartía la asignatura, desfilan por sus versos todos los integrantes de la promoción que dos años más tarde concluirán estudios. Fueron en total 32. De ellos, cincuenta años más tarde, cuando en 1958 editan el libro conmemorativo ya sólo quedan 14. Impresiona contemplar la amistad y la fidelidad de todos estos hombres con el paso del tiempo.

A través de las 202 páginas que componen este extraño libro desfilan desde las primeras clases en la Escuela de Minas hasta las despedidas debidas a las sucesivas jubilaciones, pasando por las celebraciones de ascensos, premios y nombramientos de cargos, que para todo eso y más da una dilatada vida dedicada al ejercicio profesional.

Bueno, la calidad literaria no es lo más destacado de este poemario; pero no sé por qué razón cada vez que lo leo me emociona. No puedo evitar formarme una imagen de esos 14 compañeros supervivientes de una generación, reuniéndose en 1958 para celebrar como cada año su graduación, recordando a los compañeros que se han ido. Todo un ejemplo de fidelidad y amistad, valores tan necesarios en la sociedad de hoy.

Como he repetido varias veces es un extraño libro de difícil clasificación; pero de un incalculable valor ético.

viernes, 10 de junio de 2011

Ingenieros

El término ingeniero apareció por primera vez escrito en castellano a partir del siglo XVI. Se empleaba para referirse a los constructores de máquinas o ingenios. De ahí las expresiones iniciales con las que se denominaba a los que ejercían estas artes: engeñeros o machineros. Uno de estos ingenios, que gozó de gran popularidad en su época, fue el artificio diseñado por Juanelo Turriano para abastecer de agua a la ciudad de Toledo. Este novedosos ingenio, que maravilló a toda la ciudad, es citado por Miguel de Cervantes en su libro La ilustre fregona. También lo hace Quevedo en algún poema burlesco.

En la primera ocasión que visité la ciudad manchega, ocupé una buena parte de mi tiempo en localizar la ubicación exacta y las posibles ruinas del famoso Artificio de Juanelo.

Se podría decir que desde sus orígenes la función de la ingeniería, y de quienes la ejercen, ha cambiado muy poco. Da Vinci, Juanelo o Pedro Juan de Lastanosa fueron hombres con grandes ideas. Eran hombres que trabajaban con ideas, como los filósofos; pero a diferencia de estos, la función del ingeniero es cosificar, o lo que es lo mismo, convertir las ideas en cosas. Ahí radica la diferencia y el papel que le corresponde jugar al ingeniero en la sociedad actual: tomar la ideas propias o las de otros pensadores y convertirlas en una realidad tangible que reporte algún beneficio a la sociedad.

Una desventaja de los ingenieros respecto a otros trabajadores o artesanos que trafican con ideas es el juicio que sobre ellos ejerce la sociedad, que cuando lo hace, lo hace de forma implacable. Para evaluar el trabajo de un ingeniero no es necesario disponer de muchos conocimientos, basta con responder a una sola pregunta: ¿funciona o no funciona? Si funciona el ingeniero es bueno y si no funciona será objeto de todo tipo de reproches y diatribas que se manifestarán sin compasión alguna.

Durante muchos años los ingenieros fueron los vertebradores de la sociedad. Sus ingenios, sus grandes obras de infraestructura engrandecieron las sociedades, hicieron sentirse orgullosos de sí mismos a los países y reconcilió a los ciudadanos con sus gobernantes. No sería exagerado decir que fueron los ingenieros, con sus ferrocarriles y grandes obras de regadío los que le dieron personalidad a Estados Unidos de América. Sin ellos es posible que la unión hubiera sido mucho más difícil en la que hoy es la primera potencia mundial.

Esto fue así hasta 1929, año a partir del cual se inició el declive de la profesión. El crack de la economía estadounidense que se vivió en el octubre negro le arrebató el liderazgo social a los ingenieros. Fue sustituido por el valor del mercado y por quienes participan de él. Los economistas y los financieros se adueñaron de todas las esferas de la sociedad, condicionando cualquier actuación. A partir de entonces construimos un mundo basado en ideas abstractas y etéreas, una sociedad cimentada en principios de rentabilidad exclusivamente económica. De aquello polvos vienen estos lodos.

Lo que hoy reclaman los jóvenes de la Plaza de Sol, la plataforma del 15M o la autodenominada "Democracia Real, ya" es la vuelta a realidades tangibles. Rechazan esa otra realidad virtual que se nos presenta y en la que habitualmente se encuentran instalados los políticos. Dicen que ha llegado la hora de pasar de las grandilocuentes declaraciones, de las grandes ideas a los hechos concretos. Piden convertir las ideas en cosas reales. La pregunta que hacen a los que hasta ahora han dirigido los destinos de España es ¿el modelo económico aplicado, funciona o no funciona? 

Los cientos de jóvenes que a esta misma hora se concentran en las inmediaciones del Congreso de los Diputados quieren hechos. Quieren que no se pervierta el término ingeniería con apellidos como financiera. La solución hoy pasa por abordar las cuestiones que nos preocupan con una mentalidad ingenieril: ¿funciona o no funciona? Si no funciona hay que retirarlo, cambiarlo o construir otra cosa. 

jueves, 9 de junio de 2011

Jorge Semprún

Mi regalo de Navidad de 2003 llegó con más de un mes de retraso, según se inicie la cuenta el día de los Reyes Magos o en el que se celebra la llegada de Papá Nöel. En cualquier caso mi regalo llegó el día 6 de febrero de 2004. Lo sé porque dejé consignada tanto esta circunstancia como esta fecha al pie de una dedicatoria que figura en la primera página del libro, justamente al lado de la firma garabateada de mi hijo mayor que contaba con seis años y otra, que figura con mi letra, del más pequeño de tres años.

El libro que retrasó mis navidades, editado por el Círculo de Lectores, se titulaba "Veinte años y un día" del que es su autor Jorge Semprún. Recuerdo tener tantas ganas de leerlo que lo hice casi de un tirón. Desde entones permanece en mi recuerdo la descripción que el narrador hace de las tertulias en la terraza de la casa del padre de la saga de toreros Domingo Dominguín, en la calle Ferraz de Madrid. Semprún acudía entonces a aquellas divertidas citas con el nombre clandestino de "Federico Sánchez". En el mismo lugar, bajo el mismo techo, el mismo día y a la misma hora, compartían mesa y mantel el militante comunista y sin saberlo su infatigable perseguidor, el comisario Sabuesa. Entre los asistentes, el anfitrión era el único que conocía la verdadera identidad (y actividad clandestina) de Semprún. Incluso, en alguna ocasión, el diestro se permitió hacer alguna broma sobre las posibilidades de que perseguidor y perseguido finalmente se encontrasen en una finca de su propiedad. Lo más divertido de la situación era que el policía desconocía la verdadera identidad de Semprún. Disfruté con su lectura, que hoy recomiendo vivamente a todo el mundo como homenaje póstumo al gran escritor, al político, al heterodoxo Jorge Semprún, fallecido ayer después de una fecunda vida.

Hoy no me apetece recordar su injusta y prematura salida del Ministerio de Cultura por sus discrepancias con Alfonso Guerra, ni la polémica previa de su nombramiento, por afrancesado (siempre se le consideró un francés en España y un español en Francia), ni su guerra con el premio Novel, Camilo José Cela, o con Luis María Anson, etc. Hoy lo lo único que me apetece, y es lo más probable que haga, es, cuando cierre el ordenador, tomar de nuevo el libro e iniciar pausadamente su re-lectura: "Michael Leidson llegó a La Maestranza al final de la mañana. Le esperaba Mayoral, el intendente de la finca, que le atendió, ofreciéndole un café, algún refresco, lo que deseara. Leidson dijo que tal vez algo de beber, un vaso de agua fría, ¿por qué no? ¿Nada más? No, nada, un vaso de agua vale."

domingo, 5 de junio de 2011

A mi me gustan las personas curvas


Hace sólo unos días que acaba de entrar en erupción el volcán mexicano Popocatepetl. Inmediatamente me vino al recuerdo un poema de Jesús Lizano, con ese mismo título. Lizano es un poeta extraordinario. Para botón una muestra: se titula "Las personas curvas", y así lo dejó escrito su autor.

LAS PERSONAS CURVAS
Mi madre decía: a mi me gustan las personas rectas ...

Pero a mí me gustan las personas curvas,
las ideas curvas,
los caminos curvos,
porque el mundo es curvo;
y me gustan las curvas
y los pechos curvos
y los culos curvos,
los sentimientos curvos
la ebriedad: es curva;
las palabras curvas:
el amor es curvo;
¡el vientre es curvo!;
lo diverso es curvo.
A mí me gustan los mundos curvos;
el mar es curvo,
la risa es curva,
el dolor es curvo;
las uvas: curvas;
los labios: curvos;
y los sueños, curvos;
los paraísos, curvos
(no hay otros paraísos);
a mí me gusta la anarquía curva;
el día es curvo
y la noche es curva;
¡la aventura es curva!
Y no me gustan las personas rectas,
el mundo recto,
las ideas rectas;
a mí me gustan las manos curvas,
los poemas curvos,
las horas curvas:
¡contemplar es curvo!;
los instrumentos curvos,
no los cuchillos, no las leyes:
no me gustan las leyes porque son rectas,
no me gustan las cosas rectas;
los suspiros: curvos;
los besos: curvos;
las caricias: curvas.
Y la paciencia es curva.
El pan es curvo
y la metralla recta.
No me gustan las cosas rectas
ni la línea recta:
se pierden
todas las líneas rectas;
no me gusta la muerte porque es recta,
es la cosa más recta, lo escondido
dentro de las cosas rectas;
ni los maestros rectos
ni las maestras rectas:
¡libérennos los dioses curvos de los dioses rectos!
El baño es curvo,
la verdad es curva,
yo no resisto las verdades rectas;
vivir es curvo,
la poesía es curva,
el corazón es curvo.

A mí me gustan las personas curvas
y huyo, es la peste, de las personas rectas

Cacicada en la Casa del Rey

Si a un reportero de la Zarzuela se le hubiera ocurrido escribir que el Rey ha declarado que los periodistas quieren "matarlo" o que quieren "meterlo en una caja de pino" o que quieren "clavarle un pino en el vientre", diríamos que ha perdido el juicio. Bastaría el desmentido de un simple secretario del secretario del que abre la puerta del Palacio para que el medio en el que trabaja lo despidiera. ¿Quién se iba a creer que el Rey se pudiera dirigir en esos términos a una selecta audiencia? Y más si dicha audiencia está formada por periodistas. El intrépido reportero a esta misma hora ya estaría de patitas en la calle o trabajando en un periódico de provincias, cubriendo los conflictos laborales de la cooperativa de vinos de la localidad (dicho sea con todo los respetos para los viticultores). A nuestro ficticio periodista sólo le libraría de las galeras un salvoconducto: disponer de la grabación sonora de las hipotéticas palabras del monarca. Como así sucedió.

Pues bien, la Casa de Su Magestad el Rey (como se sabe la casa es suya y el rey nuestro) para evitar justamente estas situaciones ha decidido cortar de raíz la publicación de cualquier "giro idiomático" o exabrupto del jefe. Ha impuesto la censura en las audiencias. Ha ordenado la prohibición de cualquier artilugio grabador. Es decir, como si no sirviese ya con la "autocensura" impuesta por el propio periodista y el de la cadena a la que pertenece, ahora se suma la del protagonista del evento. La censura del anfitrión del acto. La Casa Real con semejante disparate pretende privar al reportero de su mejor instrumento de trabajo, su más fiel colaborador, su grabadora. ¿Qué mayor garantía de fidelidad en la transmisión de lo acontecido que grabarlo? No entendemos entonces ¿Por qué al Rey no le interesan ni la fidelidad ni la transparencia?

Recuerdo una ocasión en la que asistí en el paraninfo de la Universidad a un acto del Rey. Los servicios del protocolo en los minutos previos a la entrada del Rey en la sala impusieron un rigurosos silencio. De forma particular me viene a la memoria el "chisteo" de estos agentes invisibles. Después nos conminaron a ponernos de pie para recibir con un inducido sonoro aplauso al ilustre visitante. Nada de espontaneidad, todo puro teatro y opereta. No había ningún reportero gráfico ni de otro tipo en esos momentos que pudiera dar testimonio: sólo fotógrafos oficiales. Fue después de unos minutos cuando permitieron la entrada a los periodistas. Al día siguiente la prensa se hacía eco del caluroso recibimiento de los reyes dispensado por la comunidad universitaria.

Con motivo de esta visita real, guardo en el recuerdo una triste anécdota. Una locutora de la radio local, ante la insistencia de los oyentes sobre el lugar en el que se alojarían los reyes en la ciudad, se permitió el lujo de bromear sobre ello. La línea privada de la cadena recibió una llamada de los servicios de protocolo de la Casa Real protestando por los comentarios de la periodista y la dirección de la cadena le llamó la atención. Poco tiempo después la periodista que me lo contó fue despedida y siempre lo achacó a su "pequeño desliz" sobre la visita del rey a la universidad. A mí, visto el desarrollo de los actos que he relatado en la universidad, me pareció creíble la denuncia de la joven periodista.

De ser cierta la noticia, es inaceptable la censura impuesta por la Casa Real. Los periodistas deben rebelarse contra ello. Los dueños de las cadenas no deben permitirlo. Los ciudadanos, que no súbditos, nos merecemos disponer de una información libre. Por ejemplo: el documento sonoro que ha aparecido estos días sobre el Rey para mi tiene más valor que la mayor parte de las artificiosas y autorizadas biografía del monarca. Por  eso, de censura ni hablar. ¿Plantaran los reporteros habituales de la Zarzuela al Rey como lo hicieron sus colegas con Mouriño o una vez más se achantarán?

sábado, 4 de junio de 2011

Mladic, el carnicero de Srebrenica

Por fin el Gobierno serbio ha entregado al general Mladic, acusado por el tribunal internacional de genocidio. Hasta hace bien poco el Gobierno democrático y constitucional de aquella República no sólo le facilitó al criminal cobijo en sus fronteras sino que lo premió con una pensión vitalicia. Este militar todavía hoy es considerado como un héroe para una buena parte de la población Serbia. Por eso urge tanto esclarecer cuál fue su participación en hechos execrables de la reciente historia de aquél país. Urge sobretodo que los jóvenes conozcan la historia.

La historia es sencilla de entender: la antigua Yugoslavia fue forjada por el mariscal Tito a partir de 6 repúblicas independientes más un territorio indefinido, Kosovo. Durante el proceso de unión, durante la segunda Guerra mundial fueron masacrados los judíos, los gitanos y también los serbios. Mladic, como su mentor Karadzic (juzgado ya por el tribunal internacional), es serbio. Ambos creían firmemente en la República ex-Yugoslava de Tito. Ambos lucharon por mantener la unión de todos los territorios. No lo consiguieron. 

La República Socialista Yugoslava finalmente se dividió en sus seis reinos originales, formando otras tantas repúblicas, las mismas que Tito había mantenido unidas desde finales de la 2ª Guerra Mundial.

Mladic nunca aceptó la independencia de estos territorios.Tenía un poderoso instrumento para oponerse a ello: el ejército. Y encontró una escusa para justificar su cobarde actuación.  Como he dicho los judíos, los gitanos y de forma singular los serbios sufrieron una dura persecución étnica, Ahora a Mladic se le presentó una ocasión única para vengarse. Tenía para ello dos poderosas razones: la primera, la unión de la patria, la formación de la Gran Serbia, es decir una reformada Yugoslavia con los territorios independientes que quedaban. La segunda razón es la religiosa. Él, como el 90% de los Serbios, es cristiano ortodoxo. Los enemigos del Estado, los Kosovares son musulmanes. La venganza está servida. Nuevamente el inapelable, viejo y conocido argumento de la Santa Cruzada.

Cuando se le presentó la ocasión, Mladic con una mente fría separó a las mujeres y niños de los hombres. Reunió aproximadamente a 8.000 hombres de religión musulmana que se resistían a reconocer el predominio de la Gran Serbia y ordenó su cobarde ejecución. Asesinó a sangre fría a más de 8000 hombres. No existía ninguna razón (nunca existen razones para asesinar a nadie), pero en este caso tampoco hay que buscarlas. No fue más que el instinto por satisfacer su sed de venganza.

Por fin hoy Serbia ha dado un paso importante, no como dicen algunos para incorporarse a la Unión Europea, que había exigido como paso previo la entrega del criminal, sino para ser realmente esa  Gran Serbia soñada. Al tribunal internacional le corresponde la tarea ingrata; pero necesaria de esclarecer los hechos ocurridos en Srebrenica, de los que fue triste protagonista el carnicero de Mladic y otros 8000 musulmanes, que desgraciadamente no van a poder sentarse en el banquillo para acusarlo y dar testimonio de la brutal masacre.

viernes, 3 de junio de 2011

En Picos de Europa no hace ni frío ni calor

Dejamos bien aparcamos los tres vehículos en Oseja de Sajambre. Alguien propuso a los nueve ocupantes que nos dirigiéramos andando hasta la depuradora de aguas residuales de la localidad. A ninguno nos desagradó la propuesta y así lo hicimos. Acabábamos de comer en un restaurante próximo y ya habíamos visitado al menos otras diez depuradoras de otras tantas localidades del Parque Regional de Picos de Europa. En todas ellas se repetía la misma pregunta, los visitantes querían saber si cumplían los parámetros. Y en todas ellas nos auxiliamos de los ensayos verificados en laboratorio para contestar afirmativamente.

De Oseja fuimos a Isoba, después a Redipollos y culminamos las visitas de la jornada en Puebla de Lillo. Por el camino pudimos ver águilas, cervatillos, vacas y caballos. Las vacas, sueltas a su aire, circulaban parsimoniosas por la carretera. Esto nos obligaba a detenernos constantemente y esperar pacientemente a que se apartasen. Esto no es la India; pero estas vacas son muy conscientes de que están en sus dominios y que representan una buena parte de la economía y el sustento de muchas familias de la zona. Así que deben decir algo así como "¿no nos sacrificamos nosotras por ellos?, pues que se sacrifiquen ellos un poco por nosotras". Lo que más me sorprendió fue ver a pequeñas manadas de caballos sueltos, acompañando a las vacas, en su paseo. Los equinos eras todavía más tozudos que las vacas: se detenían desafiantes delante de nuestro vehículo como diciendo "vamos a ver quien se aparte antes". No nos importó. Ya nos ha ocurrido  otras ocasiones. Ya sabemos que el tiempo transcurre de otra manera en Picos de Europa. No sabría decir si más deprisa o más despacio, pero de lo que sí estoy seguro es que lo hace de otra manera. Lo mismo ocurre con la temperie. A ratos hacía calor y a ratos frío. Por algunos estrechos caminos flanqueados por enormes tilos se introducía por las ventanas del vehículo un agradable frescor. En otras ocasiones el aire se hacía molesto, e incluso, el frío nos obligaba a abrigarnos. En otras latitudes, contrariamente, en algunos tramos el calor se hacía sofocante. Todos advertimos que existen notorias diferencias entre los valles paralelos de Posada de Valdeón y el de Puebla de Lillo. Diferencias en el clima y hasta en el paisanaje.  

De las visitas que he realizado a esta parte del territorio leonés he sacado un conclusión: Cuando se visitan los Picos de Europa no hace ni frío ni calor hace Picos de Europa.

No lo he dicho, pero nos desplazamos hasta allí para cumplir con nuestras obligaciones laborales. Fuimos armados con nuestros aburridos informes. Llevamos con nosotros las analíticas para saber si las depuradoras "están en parámetros"; pero nada de eso tiene que ver con los Picos de Europa. Los Picos son otra cosa. Los Picos son las águilas, los cervatillos, los tilos, los cerezos, que a pesar de la época no están en flor: las cerezas llegan tarde en este lugar. Los picos son esas enormes peñas y esos estrechos desfiladeros. Picos es por donde transcurre el río Cares y donde nace el Sella. Picos es el puerto de Tarna y el puerto de las Señales. Picos son las minas de talco de Puebla de Lillo, en la Respina y Picos son las minas de cinabrio de Tarna. Picos son las fluoritas perfectamente cristalizadas. Picos de Europa son las vacas pastando a su libre albedrío, son los caballos lamiendo el asfalto, succionando los restos de sal esparcida el pasado invierno. Picos son las vacas y los caballos mirándonos fijamente y desafiante sin dejarnos pasar. 

Cuando uno se desplaza desde la ciudad a trabajar a Picos de Europa rejuvenece. Se hace más jovial. Se transforma en otro ser más tolerante. La naturaleza es allí tan grande que hace a uno necesariamente ser más humilde. Picos de Europa nos humaniza y nos hace más iguales. ¿A quién puede extrañar que el notable ingeniero de Minas, Guillermo Shulz, enamorado de sus picos y de sus valles se propusiera y aún consiguiera hacer el levantamiento topográfico de la zona, representando palmo a palmo cada trozo de terreno?

miércoles, 1 de junio de 2011

El Rey a los periodistas: "Lo que os gusta es matarme"

El Rey ha cogido un monumental enfado por las especulaciones sobre su salud. Sorprendentemente, ante las cámaras se le han oído decir cosas como que lo que quieren los periodistas es "meterlo en una caja" o que se le quiere clavar "un pino en la barriga". ¿Ironía o acidez? Me imagino que mañana se harán eco de lo sucedido la prensa escrita. Los medios más afines dirán que es la forma campechana de hablar del Rey. Es decir, la salida de tono la atribuirán a la tan conocida ironía del monarca.

Yo no estoy seguro de esto. La primera impresión que me causaron sus declaraciones fue la de ver a una persona realmente enfadada. Vi a un monarca totalmente distinto, alejado de ese cuento de hadas en el que se envuelven todas sus declaraciones. Oyendo el tono entre ácido e irónico con el que se dirige a los periodistas me surge una pregunta: ¿qué le pasa al Rey?



¿Es posible que el enfado con la prensa se deba exclusivamente al alcance de sus dolencias en la rodilla de una de las piernas? Yo creo que desde hace tiempo se ha levantado la veda contra la casa real. Cada vez son más las voces independientes que manifiestan, acertadamente o no, su opinión sin cortapisas y sin autocensuras sobre los miembros que componen la Casa Real. Creo sinceramente que detrás de la reprimenda del Rey a los reporteros hay un intento de dar un golpe de autoridad y dejar un aviso serio a estos medios para que se deje de especular con su enfermedad; pero también sobre la sucesión, sobre la capacidad de algunos miembros de su casa para representar a España y sobre las actividades profesionales que desarrollan algunos de sus miembros. El rey y su entorno empieza a dejar de ser tabú y eso se nota.

Al finalizar el acto protocolario, según se aprecia en las imágenes, intentó rectificar. Presentó nuevamente su cara más amable. Pero nos ha dejado a todos más preocupados. Se despidió diciendo "Ya hay demasiada información. ¿O no?" Pues no majestad, no. No hay demasiada información sobre la Casa Real y las actividades de sus miembros.