martes, 24 de mayo de 2011

Pactos: entre la aritmética y la incertidumbre

La mayoría obtenida por el PP en las pasadas elecciones es apabullante. Quedan pocos resquicios por los que puedan colarse el resto de formaciones políticas. Los espacios para el Gobierno autonómico y local están ocupados mayoritariamente por los seguidores de Rajoy, a excepción como es sabido de los territorios no conquistados vasco y catalán.

El PSOE ha sido prácticamente desalojado de todos los sillones presidenciales. IU pocos tenía, y a pesar del ligero aumento de respaldo electoral, hasta ese poco, es decir el califato de Córdoba, también lo ha perdido.

Parece que la única esperanza para estas formaciones es entenderse y para ello deberán recurrir a la Teoría de los Números o dicho a la manera más antigua: a la Aritmética. Hay que tener en cuenta que cuando se apela a la aritmética siempre se está pensando en la "suma", ocasionalmente en la "resta"; pero también existe la potenciación, la radicación o la logaritmación. Todas ellas operaciones matemáticas congruentes que hacen que los números se multipliquen, se dividan, etc. Los que en política apelan a estas soluciones deben sopesarlo porque las matemáticas son así de puñeteras. Cuando uno cree que está operando correctamente, se encuentra con la sorpresa de que en vez de sumar está restando o lo que es peor dividiendo.

La aritmética, desde antiguo, se basa en axiomas. Los axiomas son proposiciones que se aceptan como verdaderas sin necesidad de que sean demostradas. Por ejemplo, son bien conocidos los postulados o axiomas de Peano. Podemos formular un axioma matemático diciendo que uno es igual a uno o que dos es igual a dos, y así sucesivamente. 

La probabilidad es una parte importante de las matemáticas. Nos ayudan a predecir acontecimientos. También tiene sus axiomas asociados. Por ejemplo, si lanzamos al aire un dado diremos que de cada seis veces que lo lancemos en una ocasión saldrá el número 3. Si realizáramos la prueba un buen número de veces, y de forma reiterada, comprobaríamos que efectivamente el resultado se aproxima a la razón 1:6. Pero, ¿alguien podrá asegurar de forma categórica que va a salir nuestro número 3? Esta es la paradoja de las matemáticas. Nadie se atrevería a asegurarlo, por más que los axiomas matemáticos así lo determinen. Es decir, existe una "incertidumbre" sobre el resultado final.

La cuestión fundamental es que debe existir una íntima relación entre las matemáticas y la realidad y entre la realidad y la realidad política. Si no fuera así ¿qué otro sentido tendría para nosotros las matemáticas, si no son capaces de describir la realidad que nos rodea?

De igual manera opera la aritmética en los pactos políticos. Por más que se quiera defender que dos más dos son cuatro, a veces, en política, por el principio de incertidumbre, pueden ser tres y medio o, incluso, cinco. Todo dependerá de lo ajustado que la operación elegida esté a la realidad.

Los partidos políticos deben tener en cuenta la Teoría de Números en toda su extensión, incluidas las incertidumbres y las paradojas matemáticas, para no llevarse una sorpresa desagradable en la próxima convocatoria electoral. Las matemáticas sólo son útiles si describen la realidad. Que nadie se lleve a engaño e intente trastocarla o cambiarla a su antojo.

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