miércoles, 18 de mayo de 2011

Los museos, las minas y la memoria

Como cada 18 de mayo, hoy se celebra el día internacioanl del museo. Es una buena ocasión para visitar  con los amigos o la familia uno: prácticamente todos bonifican su entrada. Yo por ejemplo soy un asiduo visitante de los museos mineros. Debo confesar que las visitas siempre me producen un sentimiento contradictorio. A excepción de los de arte comtemporáneo (que muchas veces de contemporáneo tienen poco o nada, véase el Reina Sofía). Cuando uno acude a un museo suele encontrarse con creaciones artísticas, manifestaciones culturales, utensilios o tecnologías del pasado, que hablan de nuestra historia. De lo que un día fue y ya no es. Esto es lo que particularmente ocurre en los museos mineros. A ese sentimiento me refiero: hablar del pasado. Cuando algo se musealiza, es que se quiere conservar para la memoria porque ya no es actual. Aún así uno puede disfrutar en Logroño, en La Coruña o en Valladolid de fantásticos museos de la ciencia. O se puede acercar a Almadén a visitar las antiguas minas y el pueblo en el que nació la primera Escuela de ingenería de Minas de España, y también la primera escuela de ingeniería civil de España. Sólo espero que el visitante se encuentra el edificio que albergó los estudios de la vieja academia de Minas de Almadén en mejor estado que yo lo vi la última vez.

O si el visitante quiere, hoy también se puede acercar al Museo de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel- Dinópolis, que ha querido sumarse a la celebración del Día Internacional de los Museos haciendo protagonista de este día a las minas de azufre de la localidad de Libros, porque Teruel también existe.

Son muchas las recomendaciones que pueden hacerse: el museo minero de Guardo (Palencia), cuyo director es un entusiasta de la minería, el del Entrego, en Asturias, etc. Pero si tuviese que recomendar uno, mientras la Ciudad de la Energía de Ponferrada no concluya las obras de la antigua central térmica de la MSP, que está acondicionando ejemplarmente para albergar el Museo Nacional de la Energía, tengo que inclinarme por el Museo de la Sideriurgia y la Minería de Sabero, en León.

Afortunadamente hay otras muchas alternativas, por supuesto; pero lo importante es que hagamos honor a la efeméride del día y si no es hoy mañana no dejemos de visitar en algún lugar ese trocito de nuestra historia que se recoge en los muchos museos mineros que existen en España.

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