sábado, 21 de mayo de 2011

Enrique Ruano con el movimiento 15M

El 21 de marzo de este mismo año, la Universidad Complutense de Madrid presentó un libro homenaje sobre la memoria del joven estudiante de 5º de Derecho, Enrique Ruano.  En 1969, durante las revueltas de estudiantes que se iniciaron en 1968, Enrique fue asesinado. Después de torturarlo, los tres policias que lo custodiaban durante el registro a una vivienda dijeron que se suicidó arrojándose por la ventana  desde un séptimo piso. ¿Qué ironía, un joven de 21 año, en plena vitalidad, comprometido con la lucha antifranquista, se quita voluntariamente la vida? A los tres policias responsables de su custodia, tras su muerte, los condecoraron hasta 26 veces. Se jubilaron plácidamente en puestos de alta dirección.




Su familia y su novia de entonces todavía lo lloran. Ha habido más víctimas de la represión de los gobiernos contra las justas reivindicaciones de los sectores más jóvenes de la sociedad. Enrique Ruano es, quizás, el más conocido. Por eso estos días me resulta inevitable recordarlo.

Los estudiantes que se están manifestando en las calles de toda España probablemente tengan la misma edad que Enrique, probablemente atesoren la misma inocencia e ingenuidad, probablemente reivindiquen el establecimiento de la misma democracia y probablemente, aunque algunos estudiantes de hoy ni siquiera hayan oído hablar de él, están levantando la misma bandera y haciéndole el mayor homenaje que se le puede hacer, aún sin saberlo: no resignarse.

Produce alegría acercarse a las plazas en las que se concentran tantos jóvenes cansados de ser ignorados. Están cansados de que nunca pase nada y todo siga igual. Hoy a pesar de algunos políticos miopes, a pesar de algunos medios de comunicación la protesta se ha consolidado como un clamor de toda una generación.

Hemos hecho referencia a los medios de comunicación, indudablemente no todos, solo algunos. Por ejemplo, el Diario de mayor tirada en León, abría hoy a cuatro columnas titulando que "El aeropuerto de León sigue sin cafetería después de cuatro meses". Me pregunto qué es lo que dirán los jóvenes acampados en las plazas de Ponferrada y León sobre la sensibilidad y visión de quien dirige este medio. ¿Qué debate tendrían en la mesa de redacción para consensuar el título de la portada?

De la misma manera podríamos decir de algunos políticos, tan sólo preocupados por las consecuencias inmediatas para las elecciones de su partido este domingo: todo un ejemplo también de visión de futuro. En definitiva, mirando para otro lado del problema, para no verlo. ¿Son estos los dirigentes que nos merecemos?

Hoy en cada plaza, con cada joven, con cada uno de los que se manifiestan y acampan hay un Enrique Ruano, son tantos que no hay edificios de siete plantas suficientes en España para deshacerse de todos.

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