domingo, 17 de abril de 2011

Estado de Guerra en España contra el paro

España está preocupada por los libios. Europa entera está preocupada por el estado en el que se encuentran los libios. Estados Unidos de América, la OTAN, la ONU y el resto de organismos que completan esa extraña sopa de letras en la que en ocasiones se convierten las relaciones internacionales, están muy preocupados todos ellos por los libios. Todas estas fuerzas demócratas de pro se han puesto inmediatamente de acuerdo en decretar la exclusión del espacio aéreo libio para proteger a la población de una muerte segura: una muerte segura y su aniquilación física, nos dicen los voceros oficiales. 

¿Cuántas formas hay de aniquilar físicamente a un individuo? Una de ellas es descerrajarle un tiro en la nuca a escasos metros como hacen los asesinos de ETA. También se puede bombardear indiscriminadamente a un núcleo de población como hace el Gobierno de Gadafi. Se pueden envenenar suministros de consumo básico como ha hecho algún mafioso ruso. No soy un experto, pero todas estas son formas de aniquilar a la población. La característica singular que las identifica es que son formas rápidas. De efecto inmediato. Sin demora en el tiempo.

Pero no hay que olvidar que también existen otras fórmulas más sutiles e igual de eficaces, que consisten en la aniquilación por inanición. Es decir, dejar que el pueblo se empobrezca hasta tal extremo que se muera sólo. Por ejemplo, un 20% de paro en cualquier país roza el exterminio moral. La sociedad te excluye y te envía un mensaje: no sirves para nada. Eres una rémora. Eres una carga. En los telediarios hablan de ti, porque eres un problema. Los periódicos publican unas pésimas estadísticas por tu culpa. España está en esta situación: más del 20% de sus ciudadanos en edad para trabajar no pueden hacerlo y están en paro forzoso. Forman un ejército de cerca de cinco millones de hombres y mujeres.

Para la izquierda política, la administración pública debe ser el motor de generación de empleo. Para la derecha política el empleo lo debe crear la empresa privada y sus dirigentes empresariales. Corresponda a quien corresponda el hecho evidente es que esta tarea no se está haciendo.

Por tanto, lo que se trata de dirimir, para solventar esta situación, es si el Gobierno debe declarar el Estado de Excepción, el de Guerra o el de Sitio, por tratarse de un asunto de su incumbencia, o si por el contrario corresponde a la Comunidad Internacional declarar el Estado de exclusión aérea. De lo que no hay duda es que hoy en España, en estos momentos, se está masacrando a un porcentaje muy elevado de su población. A más de 4,5 millones de personas. ¿A qué esperan todas las instituciones para tomar cartas en el asunto? Yo soy firme partidario de declarar el Estado de Guerra ya. Un estado de guerra contra la indignidad del paro.

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