viernes, 11 de marzo de 2011

Ante las próximas elecciones municipales

No cabe esperar muchas sorpresas. Los partidos están a lo suyo. Esto es a conformar sus listas de candidatos y si se puede, de paso, a desgastar a su adversario. Hasta ahora propuestas, pocas. Relativas al Medio Ambiente, ninguna. Lo cual, dependiendo por donde se mire, a lo mejor es la mejor noticia que nos pueden dar. La resignación nos lleva a suscribir el popular refrán "Madrecita, que me quede como estoy". Hace unos días un amigo me decía que el plan de inversiones impulsado por el Gobierno, el denominado Plan E, había servido para aliviar, en parte, las penurias económicas de las empresas consultoras y de ingeniería; pero no había servido para invertir ni un solo euro en proyectos de plantas de reciclado de residuos de construcción y demolición, RCD´s, que es el sector que él conocía. Cuando le preguntó a un alcalde por esta circunstancia, el conspicuo corregidor le dijo algo así como: ¡Hombre con la que está cayendo como para pedirle a las empresas que se gasten dinero en reciclar sus residuos! Hay otras prioridades, concluiría diciéndole el munícipe. Yo no tengo medio alguno de comprobar la certeza de la información, aunque el informante es de absoluta solvencia. Lo que sí sabemos es que con la crisis se han producido recortes en todas las administraciones y donde más ha afectado la merma de recursos es justamente en las políticas ambientales. Para ahorrar, se han suprimido departamentos e incluso se han fusionado  ministerios; pero rara es la administración que no ha tocado su servicio de Medio Ambiente, hasta reducirlo a la mínima expresión. Hoy se puede afirmar más que nunca que el derecho constitucional a disfrutar de un ambiente sano y saludable es cosa de las clases pudientes, de las que se lo pueden pagar. El resto deberá conformarse con la Ley antitabaco.
La crisis económica ha hecho aflorar el verdadero rostro de nuestra conciencia ecológica: llegado este mal momento para las economías domésticas, debemos prescindir de todo lo superfluo, nos dicen desde todos los frentes. Aparentemente el argumento parece impecable. Lo terrible es que el medio ambiente ha resultado ser una vez más el gran damnificado, lo que demuestra que no hemos sido capaces de integrar el discurso de la sostenibilidad, que tanto hemos cacareado a los cuatro vientos, en la arquitectura básica que sostiene el  desarrollo económico del país. Qué lástima que no hayamos aprendido nada. ¿Habrá algún partido que, pese a la que está cayendo que decía aquél primer edil, defienda sin dobleces ni ambages la máxima de," en Medio Ambiente, hay que pensar globalmente y actuar localmente". ¿No estamos en un mundo globalizado? y ¿no se trata de unos comicios locales? Pues la ocasión la pintan parda: que se retraten, los unos y los otros.

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