viernes, 18 de mayo de 2012

Los mercados se han vuelto locos

Ayer por la tarde, la agencia de calificación Moodys expulsó a todos los bancos españoles del paraíso. A media tarde toda España, toda Europa y todo el mundo pudieron contemplar cómo los ejecutivos del sistema financiero español se tapaban sus vergüenzas con una hoja de parra. Eso sí, las parras en unos casos eran de cepas de Tempranillo y en otros de Cabernet Sauvignon, que son las uvas con las que preferentemente se hace el Vega Sicilia.

Por la noche entré en las ediciones digitales de varios periódicos sepias y el denominador común de todas ellas era la ubicación de España sólo un peldaño por encima de los denominados despectivamente como países PIG. Así no hay quien concilie el sueño, pensé.

Hoy por la mañana fui a una Caja de Ahorros a realizar algunas gestiones y le pregunté al Director por la situación de los bancos y de las cajas y por la prima de riesgo y por los activos tóxicos y por el peso del ladrillo y por muchas cosas más. Me dijo que todo iba bien. Sin problema y a continuación, como si la anterior conversación no hubiera tenido lugar, me aconsejó invertir algunos ahorrillos en productos de una gran rentabilidad.

¡Ah, no!, hasta ahí podíamos llegar, repuse. Esa declaración de normalidad no se la puedo permitir yo a nadie, y menos aún después de la noche que he pasado pensando en la grave situación económica del país. Y mucho menos que ese alguien se permita el lujo de aconsejarme dormir bien y desentenderme del asunto.

Le hice una demostración de mis conocimientos de macroeconomía y le reproché: "¿Todo bien...?¿Y qué pasa con la bolsa?, ¿y con la prima de riesgo? y ¿con BANKIA?"

Él me contestó: "de eso justamente te estoy hablando. Las acciones de BANKIA a esta hora de la mañana han subido un 27%, la prima de riesgo se ha relajado y la Bolsa está cerrando en positivo".

Joder, ¡Qué día!

Llamé a mi hermano para que me diese su opinión sobre la inversión que me acababan de aconsejar, y me dijo que era buena, que no tenía riesgos y que aparentemente no le veía pegas. No obstante, me recomendó que vigilara la fiscalidad del producto y si el banquero que me la proponía era una persona de confianza, aceptara.

Banqueros, personas de confianza, inversiones seguras, sin riesgos, valores positivos, primas de riesgo relajadas...Hasta hace sólo unos minutos pensaba que algunos de esos términos encerraban una contradicción irresoluble y otros eran simplemente irreales.

Al llegar a casa abrí el ordenador, comprobé que efectivamente la bolsa había cerrado en verde, que BANKIA recuperó un 23% y que la prima de riesgo se había relajado.

Pensé: el mundo se ha vuelto loco. Esta noche tampoco dormiré pensando dónde se habrán dejado eso que eufemísticamente llaman los mercados y los inversores la cordura.

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