lunes, 21 de mayo de 2012

Alegato contra el cierre de la Escuela de Minas de Almadén

El edificio de la imagen no es un edificio cualquiera. Para los amantes de la profesión minera es un edificio singular cargado de simbolismo. Es el que se conoce con el nombre de ACADEMIA DE MINAS DE ALMADÉN. En él no sólo estudiaban, sino que, además, se alojaban en régimen de pensión los jóvenes matemáticos que a finales del siglo XVIII, becados por el Gobierno, pretendían obtener una formación especializada en Geometría subterránea y laboreo de Minas. Este fue el primer edificio propio que albergó los primeros estudios de ingeniería civil en España, que datan de 1777, y que se iniciaron en aquella misma localidad manchega.




Los jóvenes estudiantes residían en las habitaciones habilitadas para ello en el propio edificio. Debían acudir a las clases debidamente vestidos, cada uno con su uniforme de CABALLERO CADETE, otorgado a este colectivo por una real orden. A estos jóvenes se les distinguía del resto de estudiantes por los cordones que colgaban de sus prendas. Con el tiempo, el uniforme adoptó un corte y un color azul muy similar al que actualmente visten los oficiales de la Marina. 

Hoy día constituye una costumbre que los jóvenes recién graduados en las Escuela de Minas, en homenaje a aquellos pioneros de la ingeniería, cuando concluyen su estudios, confeccionen una orla con todos los miembros de la promoción. Para ello, posan para la foto vestidos de chaqueta azul marino, portando en las hombreras el escudo que distingue la ingeniería de Minas.

Estos días existente mucha inquietud en toda la comarca de Almadén. Según he leído, el rector de la Universidad Regional de Castilla-La Mancha pretende cerrar el histórico dentro de estudios de Minas. Desde la distancia, y sin conocerlas, me imagino que las razones serán de orden económico.

¡Qué lástima que en decisiones de esta trascendencia sólo pesen las cuestiones económicas y no otras! La escuela de Almadén es patrimonio no sólo de una región, yo diría que ni tan siquiera del Estado Español. La Academia de Minas, las antiguas minas y todo el entorno es Patrimonio de la Humanidad.

Esa Escuela, en su actual ubicación, los estudios que se imparten en ella, la reforma y el acondicionamiento de la vieja Academia, así como el Parque Minero debería ser una prioridad del Gobierno de Castilla-La Mancha.

Yo soy un firme partidario de la movilización de todo el colectivo minero para impedir el dislate de que desaparezcan los estudios de Minas de Almadén. Lo digo desde la distancia, desde el Norte de España. Y lo digo desde la convicción. Para que quede claro, yo ni soy de Almadén, ni tengo intereses en esa localidad ni en la Región de Castilla-La Mancha ni he estudiado Minas en sus aulas. Lo digo desde la distancia y desde la independencia: la pretensión de cerrar la escuela de minas de la histórica ciudad de Almadén es una BARBARIDAD, que rompería una cadena que ha durado más de dos siglos y ha dado continuidad a los estudios de minas desde sus orígenes en 1777 hasta nuestros días.

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