lunes, 21 de noviembre de 2011

Histórico


Todo lo que en estos tiempos ocurre a nuestro alrededor recibe el calificativo unánime de "histórico". No hay duda de que es la palabra de moda. Ya he perdido la cuenta de los récords que hemos batido. Todo lo que nos pasa es histórico: miremos al lado que miremos, a cada paso, hay quien nos recuerda que vivimos momentos históricos. En el bar, en la tele, con la familia, en la oficina es la voz que más se repite: ¡hacemos historia! Lo dicen los periodistas a sus lectores en sus ediciones digitales e impresas, lo dicen los camareros a sus clientes mientras les ponen el café, lo dicen los profesores a sus alumnos. Lo decimos los padres a nuestros hijos. Y claro, de tanto repetirlo hemos terminado por creérnoslo. 


La selección española de fútbol ha hecho historia al ganar el mundial que se disputó el pasado año. Leo Messi ha hecho historia con el Barcelona. Iker Casillas ha obtenido un resultado histórico como jugador internacional, defendiendo la camiseta roja, al superar los 126 partidos de Zubizarreta. La prima de riesgo española cada día alcanza nuevas cotas históricas, elevándose por encima de los 500 puntos básicos respecto a la alemana. El desempleo en España es una realidad descarnada, que afecta a millones de ciudadanos. Las cifras de las encuestas de paro arrojan valores también (dramáticamente) históricos.


Parece que en España todo lo hacemos a lo grande. No lo sabemos hacer de otra manera. Todo lo que tocamos en estos días nos parece digno de figurar con letras doradas en el gran libro de la historia.


En las elecciones celebradas en la jornada de ayer todo fue histórico. Empezando por la abultada victoria del Partido Popular, que nadie duda en calificar de histórica. De igual manera, se puede calificar de histórica la derrota del Partido Socialista Obrero Español. Históricos fueron los resultados de CiU en Cataluña, los de Amaiur en el País Vasco o los de UPyD e IU en el resto de España.


No sé qué manía nos ha entrado a todos con pasar a la historia. Lo que sí sé es que hay que tener cuidado porque tanta euforia y exageración conlleva un peligro. Y este es confundir dos términos antitéticos, dos conceptos contrapuestos: histórico y fabuloso.


Histórico es aquello que por la trascendencia que le damos al acontecimiento merece figurar en la historia, lo fabuloso es justamente el término contrapuesto, sinónimo de legendario, refiriéndose a una realidad no comprobada y de la que no hay garantías de certeza.


Muchas de las cosas que están ocurriendo en este país en estos días, sin duda, son fabulosas y formarán parte como tal de la leyenda de los partidos políticos y del imaginario de todos los ciudadanos; pero yo espero, por el bien de todos, que en los próximos años estos acontecimientos los recordemos como un mal sueño y que en ningún caso pasen como algo digno de reseñar en la Historia. Espero que las cifras del paro, la prima de riesgo, el pelotazo inmobiliario, la desmoralización como país que soportamos estoicamente en estos días pasen rápido y no ocupen una sola línea en los libros de historia que deban estudiar nuestros biznietos. En caso contrario, quienes lleguen a esas edades (a la edad de tener nietos y aún biznietos), ¿Cómo lo van a explicar? ¿Quién puede batir tanto récord histórico en tan poco tiempo, sin levantar fundadas sospechas de dopaje? 


Digo yo, ¿acaso no andaremos los españoles algo dopados? Porque tanta plus-marca a mí no me parece natural, no a vosotros.




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