miércoles, 5 de septiembre de 2012

La tristeza de Cristiano Ronaldo nos hace llorar

Cristiano Ronaldo dice que está triste. ¿Qué le pasará? Hay un romance que canta desde  hace muchos años Amancio Prada que dice algo así: "Doña Juana está muy triste, sabe Dios por qué será". Y continúa diciendo: "cuando a tantos se persigue, ya no es de cuerdos amar".

¿A quién amará y a quién perseguirá el futbolista, para perder de esta manera la cordura? Porque el hecho es que en la mayor parte de medios de comunicación al astro madridista le dan como para al zorro. Algunos comentaristas, incluso, han manifestado su indignación por las declaraciones de Cristiano.

Desde la ignorancia, porque no sigo los acontecimientos futbolísticos (a excepción de la marcha de la Ponferradina, que hasta ahí podíamos llegar), a mi la actitud de Ronaldo no me sorprende. Cristiano, aparte de a sí mismo, lo único que ama es el Vellocino de Oro. La situación económica de España y Portugal es la que es. Cualquier persona con un mínimo sentido común, cuando conoce las cifras astronómicas que reciben los futbolistas que juegan en la liga española se echa las manos a la cabeza. Son sencillamente escandalosas. Hace mucho tiempo que este debate está en la calle. El asunto se suele zanjar diciendo que también ellos, los futbolistas, generan una cantidad ingente de ingresos para los clubs, de la que deben participar. Sin embargo, esta realidad se contradice con las declaraciones que realizan esos mismos clubs a la administración de Hacienda. Esa casa en la que vivimos todos. Son muchas las voces que se alzan exigiendo que los clubs paguen sus deudas a la seguridad social como el resto de los mortales. Son muchos (somos muchos) los que denuncian un trato de favor a los clubs de fútbol de elite respecto a otras empresas que también generan riqueza y empleo en el país. Yo mismo, en privado, me he hartado de criticar el trato de favor que se da a los futbolistas en las retenciones que se le practican en sus abultadas nóminas en concepto de IRPF. Y ello sólo para que vengan a jugar a España. Eso sí en beneficio de ellos y en perjuicio de otros profesionales y consecuentemente de todo el país.

Todo esto era soportable en una sociedad dominada por la opulencia,  que vivía en una burbuja, un país en el que las cosas marchaban divinamente. Pero ahora, con la grave crisis que afecta a todos los sectores, cuál es la expectativa de un profesional que se quede a trabajar en España. ¿Qué puede esperar? ¿Que le suban el salario? ¿Que le aumenten las primas? ¿Que mejoren sus contratos de publicidad?

Cristiano Ronaldo es una máquina de hacer billetes de quinientos euros (que hay quien dice que existen, incluso quien los ha visto) y deberá desplazarse allí donde pueda conectar su máquina para imprimirlos. Y deberá hacer lo que otros muchos futbolistas españoles ya han hecho: marcharse para Alemania, que es donde están los que mandan en el Banco Central Europeo y quienes tienen el interruptor para enchufar la corriente que hará posible que la máquina de Ronaldo funcione. Ya conocen el dicho: a enemigo que huye, puente de plata. Es decir, le deja la corona y el cetro a su gran rival Mesi. Ronaldo huye. Ronaldo abandona. Ronaldo ya no se mide con Mesi.

¿Cómo no va a estar triste Cristiano Ronaldo? Imagínenselo haciendo su maleta, embalando en una caja de cartón sus recuerdos, sus trofeos, y, sin conocer el idioma, tener emigrar a un país tan poco parecido a la idiosincrasia mediterránea como es el teutón. Y jugar en una liga con otros emigrantes españoles, que no están a su nivel. Vamos, una tragedia.

Sólo de pensar lo que debe estar pasando el pobrecito se me abren las carnes y se me ponen los pelos como escarpias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario