domingo, 22 de marzo de 2015

El 11 de marzo, como es lógico, pasó

El miércoles día 11 de marzo ya pasó. Y el jueves 12, también. Esto en los días anteriores era previsible pensar que ocurriría, y visto desde la perspectiva de los días que les sucedieron, también. Y esto siempre ocurrirá así. El tiempo no hay quien lo pare, avanza inexorablemente hacia adelante sin remedio. Sin embargo, conviene tener en cuenta que el tiempo al igual que el espacio no es un valor absoluto, depende de la posición y de la velocidad del observador. Einstein lo explicó muy bien a principios del siglo pasado, y en fechas muy recientes pudo ser demostrado.

En un ejemplo clásico, si tenemos a dos observadores: uno en posición fija en una estación de ferrocarril viendo pasar un tren a toda velocidad y a otro dentro del propio tren dirigiéndose al vagón de la cafetería, el primero, sentado en el banco de la estación, dirá que el segundo se desplazaba a una velocidad endiablada, mientras que el pasajero del tren dirá que lo hizo como siempre a paso parsimonioso. En función de la posición del observador y de la velocidad, el espacio y el tiempo que transcurre entre dos eventos será mayor o menor. Es decir, el tiempo es una magnitud relativa.

Todo esto es coherente con las sensaciones que a veces tenemos ante acontecimientos importantes o a los que por la razón que sea les damos esa cualidad de importancia. Para los estudiantes, generalmente, la fecha del día del examen se acerca a velocidad vertiginosa. Las semanas son días y los días son horas (especialmente en los últimos instantes). Sin embargo, a veces esperamos hasta la desesperación a que llegue una fecha señalada del calendario. En ambos casos el tiempo debería transcurrir a la misma velocidad, pero no sucede así o, al menos, esa es nuestra sensación.

Lo sé. Sé que todo esto no son más que sensaciones y sé también que para que el tiempo transcurra más despacio deberíamos ir a la velocidad de la luz. Lo sé. Pero en el último año han ocurrido tantos acontecimientos que en algunas ocasiones creo haber llegado a alcanzar esa velocidad. 

La espera se me hizo larga. El día llegó y ahora la fecha se aleja en el recuerdo a una velocidad vertiginosa. Misterios de la física... y de la naturaleza humana.

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