jueves, 9 de agosto de 2012

El Monte de Castropetre



En el día de ayer tuvo lugar en la localidad de Castroprete un acto sencillo; pero de gran calado. Un grupo de vecinos tomó la iniciativa de constituirse en asociación para gestionar de forma mancomunada un Monte. Es la primera iniciativa de esta naturaleza que surge en la provincia de León y esperemos que no sea la única.

Esta forma de gestión es innovadora. En Castilla y León se ha ensayado con éxito en la provincia de Soria.

En alguna ocasión, en este mismo espacio, nos hemos referido al deterioro y falta de cuidado de nuestros montes. Hoy la madera apenas tiene valor. La orografía y la falta de cuidado del monte dificulta su extracción lo que encarece aún más  el proceso de tala y transporte, y desanima a los posibles compradores. Esto hace que los árboles y la maleza terminen por colonizarlo todo, y aquellas veredas  del río Selmo que antes eran tan luminosas hoy apenas reflejan los rayos de luz en sus aguas.

El mantenimiento y cuidado de estos montes era y es un clamor.

En el acto de presentación de la nueva gestora del monte, uno de los intervinientes manifestó su convicción de que el primer hombre de la historia nació junto al primer árbol, de la misma manera que, en su opinión, el último hombre que quede en la faz de la tierra perecerá con el último árbol. Yo soy de la misma opinión. El monte es y nos da vida.

El monte de Castropetre perteneció al Marqués de Villafranca. Su aprovechamiento desde hace siglos estuvo vinculado a la explotación de su Herrería. Inicialmente se inscribió en los libros de registro como Monte de PUENTE PETRE. Quizás por error del escribano, del notario o de quien ordenó su matriculación; pero no me extrañaría nada que ni siquiera el propio propietario, el Marqués de Villafranca conociera la denominación del paraje. En las sucesivas ventas y transmisiones de este monte cambió la denominación adaptándola a la conveniencia de sus nuevos compradores. A partir del año 1910, la finca figura inscrita como Monte de la Herrería de Oencia. Ayer los sucesores de los propietarios y actuales legítimos herederos, algunos biznietos de aquellos veinte vecinos de Castropetre que la compraron en 1920, decicieron denominarla Monte de Castropetre.

Se llame como se llame el monte o la finca o la herrería que allí hubo y de la que ya no queda ni rastro, la iniciativa pionera en la provincia de León, de constituir en Castropetre una asociación de vecinos para gestionar el cuidado de este paraje me parece una idea sensacional, digna de encomio.

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