sábado, 25 de febrero de 2012

La leyenda roja

MIL CIENTO UNO es el último número que se conoce de combatientes cubanos que vinieron, entre 1936 y 1939, a España a defender el Gobierno de la II República. Alejo Carpentier en su momento lo situó en 1200. Según Denise Urcelay, autora de la "Leyenda Roja" el contingente cubano fue uno de los más numerosos. Durante la fase de redacción del trabajo manejó un número inferior de voluntarios. A pesar de ello, la cifra de cubanos se aproxima en valor relativo a la de los franceses, que según esta autora era la más numerosa. En tanto por diez mil, el contingente francés representaba el 2,56 frente al 2,53 de los voluntarios cubanos. Incluso, si tomamos el último dato aportado por Denise (1101), el contingente cubano superaría en valor relativo al francés, al alcanzar el 2,6363 por diez mil. ¡Sorprendente!

El número importa, porque detrás hay personas y porque da buena cuenta del compromiso de la antigua colonia con la decadente metrópoli en una de las horas más bajas de la civilización. Los cubanos vinieron a defender la República; pero sobretodo vinieron a defenderse de los imperialismos y de una ideología que empezaba a ser imperante en Europa: el fascismo. En la década de los 30, la isla se defendía contra su propia dictadura y de alguna manera sufría un proceso político similar al de la península. Allí también extendió su red la Falange española y desplegó su aparato de propaganda. Por tanto, pienso que al cubano no le era ajeno nada de la que ocurría en España.

Pero todo esto no es suficiente para explicar por qué el contingente cubano fue tan numeroso ni por qué los intelectuales cubanos, en el Congreso de escritores celebrado en España, en 1937, se posicionaron de una manera tan clara y rotunda a favor de la República o por qué el Gobierno dictatorial cubano mantuvo una posición a priori aparentemente neutral y no favorable al denominado alzamiento nacional.

Hasta ahora lo que yo había leído era que la participación de voluntarios cubanos no fue de carácter nacional, ni lingüístico, ni siquiera ideológico, sino que resultó ser la consecuencia de un cúmulo de circunstancias que tenían más que ver con el origen geográfico de los participantes que con otra cosa. Según esta visión, los cubanos residentes en España, algunos de ellos exiliados, participaron en la contienda civil circunstancialmente, por el mero hecho de "estar". Es decir, fruto del azar más que de la voluntad de colaborar con una cusa por la que se sentían concernidos y en la que creían.

Sin embargo, esto parece que no es así. La investigadora Denise Urcelay encuentra la amalgama que les une  y que caracteriza al contingente cubano. Encuentra el denominador común a todos ellos. Aporta una explicación razonada y creíble para la presencia armada cubana en la defensa de la república española. En la Leyenda Roja, Denise Urcelay pone luz propia sobre esta cuestión. Sostiene que la participación cubana en la Guerra Civil española, en el bando republicano, debe entenderse como una guerra de "Sustitución". Los cubanos que por diversas razones no habían sido capaces de articular una insurrección en la isla contra la dictadura de Machado, se alistaban en las brigadas internacionales para defender la democracia en España y, a su vez, para luchar contra el imperialismo y el fascismo que recorría Europa y el continente americano. El asunto les concernía. Se consideraban preparados y maduros para iniciar una acción más contundente contra la tiranía. 

Para mí, además, esta nueva posición es mucho más tranquilizadora y reconfortante porque nos reconcilia a los españoles con la antigua colonia. Hace que cobre el sentido simbólico original la llave que figura en el escudo nacional de Cuba, en el que aparece la isla caribeña como la puerta de entrada de la vieja Europa en el nuevo mundo.

¿Puede entenderse también esta guerra de sustitución como un ejercicio previo de preparación para fortalecer el movimiento de insurrección en la isla de Cuba? Habría que preguntárselo a la autora y pedirle además que nos ampliase cómo fueron posteriormente recibidos y tratados los excombatientes repatriados a la isla. Lo dijo el escritor cubano Juan Marinello en Valencia, en 1937: "España, levantada en armas, no es un cuartel, es una escuela..." 

Los cubanos vinieron a España a luchar contra Pizarro, el general Weyler y Franco; pero también contra Machado, Musolini y Hitler. Por eso su participación tiene aún mayor mérito. Todo esto queda al descubierto en la obra de Denise, redactada con un estilo propio, franco y ameno. 

1 comentario:

  1. Estimado amigo de los cubanos,

    Acabo de descubrir con sorpresa y placer su análisis de mi texto: La Leyenda Roja (Lobo Sapiens, León, 2011). Gracias por haber dedicado tantas líneas a un trabajo que pretende dar a conocer una solidaridad ignorada , "olvidada" por les grandes historiadores de la GCE.
    Sin embargo, quisiera añadir a su lectura que no fue solo un combate de sustitución. Algo más se observa: es la nueva visión de España y de los españoles que nace frente a la resistencia de parte del pueblo español contra el golpe de Estado mlitar fascista. Lejos del antiespañolismo que reinaba en la isla desde las guerras de independencia de Cuba, el pueblo español, el primero en levantarse contra el fascsimo, aparece entonces por esencia un pueblo revolucionario que no tuvo nada que ver con los conquistadores que esclavizaron a los pueblos de América. De tal modo que los cubanos, amenazados en su identidad por la penetración norteamericana, se identifican con los españoles y reivindican su filiación con la España verdadera, la que amaba José martí, contra la España Negra de autos de fe, y garrote. De tal modo que el combate en España, permite rechazar los viejos complejos de la decadencia latina e indígena, y recobrar su dignidad y su identidad .

    En cuanto al movimiento insurreccional en los años 40 y 50 en la isla , he intentado tratarlo en el capítulo "¿ El adiós a las armas? pero careciendo de fuentes queda abierto para otros investigadores.

    Le agradezco por su análisis esperando que muchos españoles descubran la gesta cubana en la defensa de la República española.

    La autora: Denise Urcelay-Maragnès

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