jueves, 8 de septiembre de 2011

Una reflexión a propósito de la exposición de meteoritos en Sabero

El Museo de la minería, ubicado en la localidad leonesa de Sabero, acaba de inaugurar una extraordinaria exposición de meteoritos. No es la primera vez que lo hace; pero sí la más completa y en la que más ejemplares expone. Debemos felicitar al director del establecimiento por esta brillante iniciativa, que entre otras virtudes tiene la de poner en valor una impresionante colección particular, propiedad de José Vicente Casado.

José Vicente, probablemente, él lo sabrá mejor que nadie, sea el individuo que dispone de la colección más amplia y más importante de meteoritos de España y me atrevo a decir que incluso de Europa. Su obsesión por estas raras piedras llega a límites insospechados. En una ocasión, en una visita que le hice en su casa, me mostró el dispositivo que había montado entorno a los canalones y las bajantes de aguas pluviales para retener el "polvo" sideral, procedente del espacio exterior. No hay duda de que José Vicente es un entendido y un enamorado de los meteoritos; pero también de los minerales, de los fósiles y de todo aquello que tiene que ver con la naturaleza.

Siempre me ha parecido un auténtico despropósito que las instituciones públicas no muestren interés por la impresionante colección de minerales, fósiles y meteoritos de este joven leonés que ha hecho de su búsqueda, clasificación y conservación su proyecto de vida.

La directora del Museo del IGME, Isabel Rábano, conoce la impresionante colección de José Vicente. De igual manera, muchas de las autoridades locales han visitado su casa y los almacenes en los que la alberga. Incluso, la iniciativa privada, a través de importantes empresarios mineros, se ha interesado en innumerables ocasiones por  la impresionante colección particular (de ello han surgidos proyectos de Museos en el Bierzo). No obstante, todas las iniciativas se han estrellado en el mismo muro: la insuficiencia de fondos y presupuesto para poner en valor las valiosas especies conservadas por José Vicente Casado. Y esto ha sucedido así tanto en tiempos de crisis como en tiempos de bonanza económica. Nunca se ha encontrado una partida presupuestaria adecuada sobre la que fundar un museo a la altura que merece la colección. Es una pena.

Yo particularmente considero que la razón de los múltiples fracasos, en los diversos intentos de formalizar un acuerdo con el propietario de las piezas para que puedan ser expuestas, exhibirlas y ponerlas a disposición de investigadores no depende de José Vicente, su propietario, quien siempre ha manifestado su buena disposición a la colaboración, ni tampoco de la falta de presupuesto, cosa que no deja de ser la habitual disculpa de las administraciones cuando algo no les interesa. Pienso que la razón fundamental radica en la desidia de las Autoridades locales a las que por pereza, por desconocimiento de la importancia y magnitud de la colección o por simple desinterés, cualquier inversión en estos asuntos les parece muy cara. Quizás porque no vean una repercusión directa en el voto. O eso creen ellos, claro.

Urge que desde la Dirección General de Minas, desde una institución museística o académica, universitaria o no. Desde una administración pública o desde cualquiera de los múltiples departamentos de cultura de las múltiples administraciones públicas leonesas: Diputación, ayuntamiento, Consejo Comarcal, delegación territorial de la Junta, etc., se muestre interés alguno y se adopten las medidas necesarias que conduzcan a la formación de una EXPOSICIÓN PERMANENTE de los ejemplares de meteoritos, minerales y fósiles recolectados por José Vicente Casado, de los que sólo una parte (los meteoritos) hoy de forma extraordinaria, como ya he dicho, muestra en una valiosa iniciativa el Museo de Minería de Sabero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario