viernes, 29 de mayo de 2015

Lizania

Casi como si fuera una premonición, la entrada anterior en este post la dediqué a Jesús Lizano (10 de mayo de 2015). El poeta sobrepasaba los ochenta años y me preguntaba qué sería de él. Recordaba lo que me costó encontrar un libro suyo (tuve que esperar meses). Recordaba el regocijo y la felicidad de mis hijos cuando les leía-interpretaba alguno de sus poemas o "poemos". Alguna de sus composiciones las he reproducido y repartido por la oficina al resto de compañeros: "a mí me gustan las ideas curvas, las manos curvas, los culos...curvos". Jesús Lizano un poeta marxista, existencialista, anarquista, un pensador, un filósofo, un HUMANISTA, un escritor con mayúsculas, nos abandonó físicamente el pasado 26 de mayo de 2015. No tenía ni idea que estaba enfermo. A estas alturas todavía no sé de qué murió. De lo que estoy seguro es que su obra perdurará en el tiempo. También me gustaría que su creación póstuma, Lizania, viera más pronto que tarde la luz.

Sin meter ruido, este barbudo inconformista, este iconoclasta artista de la belleza nos ha dejado a todos un poco huérfanos. Se nos ha ido otro grande de la palabra. Ahora me lo imagino donde sea disfrutando de la compañía de Chicho Sánchez Ferlosio y de Agustín García Calvo. ¡Qué trío de poetas, de filósofos, de humanistas! ¡Qué grandes los tres!


Que descanse en paz. Que descansen en paz.

2 comentarios:

  1. Estimado Secundino Prieto,
    mi madre de 89 años recordó una poesía escrita por Secundino Prieto titulada La oración de Jesus en el huerto de Getsemaní.
    La escribió Ud. o algún familiar suyo?

    Gracias desde ya...


    Avanza lenta la estrellada noche
    duermen las aves en el huerto umbrío
    cierra la flor su perfumado broche
    que se ha de abrir al beso del rocío

    Entre las auras que el follaje agita
    suspirando en los verdes olivares
    vagos murmullos de dolor palpitan
    como notas de fúnebres cantares

    Es voz doliente que en la sombra gime
    y en la que un corazón levanta vuelo
    con la oración mas pura y más sublime
    que se alzó nunca de la tierra al cielo

    Si sobre ti tomaste mis pecados,
    porqué es justo que tu padre así te vea,
    cual reo de pecados infinitos
    y que infinito ese castigo sea

    Ay, no dejes que ciego peregrino
    siga la antigua senda temerario
    y porque no me quede en el camino
    llévame tras ti, mártir divino
    hasta la altiva cumbre del calvario.

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    1. Adriana, el poema no es mío. Ni tampoco de ningún familiar. Un saludo.

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