martes, 30 de diciembre de 2014

2014

Cuando me he asomado a esa ventana tan indiscreta como virtual que es Facebook para fisgonear las publicaciones de los amigos, me he encontrado con una agradable sorpresa: en muchas de ellas aparece un mensaje, que digámoslo claro, se reproduce de forma automática, en el que se informa que para el susodicho éste que se acaba "ha sido un año fabuloso", para a continuación darme las "gracias por haber formado parte de él". No sé en qué medida he podido yo contribuir a tanta felicidad; pero, en cualquier caso, si así fuera, me alegro de ello, para eso estamos. No obstante, en lo que a mi respecta, diga lo que diga Facebook, el 2014, insisto, para mi, no ha sido un buen año. Puedo consolarme pensando que el 2013 ciertamente fue peor. Cuando empezó el año que mañana acaba me parecía que la cosa no podía ir a peor. De hecho ya lo he contado alguna vez, no ofrecí resistencia a la adversidad y esperé a capear el temporal posicionando la proa de cara a la ola, para entrar más fácilmente en ella. También lo he dicho, la gran ola, el anunciado tsunami, nunca llegó, pero la mar siguió "embravecida". Y por lo que sé así va a seguir estando durante una larga temporada. No me equivoqué. El 2014 no iba a ser un buen año y finalmente no defraudó las expectativas. Me gustaría decir otra cosa, como por ejemplo que "este año ha sido fabuloso", pero no puedo. Para eso ya está Facebook.
En el 2015, voy a decirlo rápidamente, no tengo puesta ninguna esperanza en que la situación cambie radicalmente. En algún momento tendrá que mejorar la racha, sin duda, pero he llegado al convencimiento de dos cosas. La primera que lo hará poco a poco. Y la segunda que de aquí no se sale solo: va a ser necesario el esfuerzo de unos cuantos. Digo de unos cuantos y no de todos porque descuento los brazos de la sediciosa Quinta Columna, siempre en guardia, siempre dispuesta a poner su granito de arena para revertir la situación, para lastrar el progreso.
Para mí una buena forma de entrar en el 2015 sería hacerlo hablando de la Quinta Columna. Supondría casi un Auto de fe. Una liberación. Una buena forma de decir adiós a un pasado horroroso. Una manera de decir ahora sí empieza un nuevo ciclo. Ya veremos, si encuentro la forma de hacerlo sin molestar a nadie, tal vez lo haga.

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