domingo, 17 de junio de 2012

¿Quen non xime?

Hollande vs Merkel

En mi opinión la historia se repite. La solución al crecimiento de las economías de Europa está en manos de los franceses y de los alemanes. De los alemanes y de los franceses. Es decir, de lo que decidan Hollande y Merkel.

Tras la Segunda Guerra Mundial, estas dos grandes potencias, cuya rivalidad histórica les había llevado a enfrentamientos armados en innumerables ocasiones, se sentaron a discutir cómo asentar las bases que garantizasen un sostenido crecimiento de sus economías. De este gran acuerdo bilateral surgió en el año 1952 el tratado CECA, la Comunidad Europea del Acero y del Carbón.  A esta iniciativa se sumaron otros cuantos países. La CECA fue la primera institución europea. La experiencia positiva y las ventajas de la unión propició nuevos espacios para el encuentro y la cooperación. La fórmula dio resultados y animó a sus promotores a constituir la Comunidad Económica Europea, CEE. A partir de ahí ya conocemos todos la historia.

Hoy todos los países integrados en la Unión Europea viven momentos de incertidumbre. Yo creo que la crisis económica no sólo afecta a los países de la unión, sino también al resto del mundo. Pero creo que la salida para los que se encuentran en Europa es fortalecer las instituciones europeas. La salida es más cooperación y menos egoísmo. Hasta ahora, la impresión que tengo es que las recetas puestas en práctica, elaboradas en la cocina de la canciller alemana, sólo perseguían establecer un cordón higiénico que evitara la contaminación de Alemania; pero que en absoluto iban dirigidas a solucionar el problema local. Para la canciller alemana, no pasa nada porque los griegos, los portugueses o los españoles vivamos peor, pasemos estrecheces o penurias económicas: nosotros nos lo hemos buscado, dice de forma machacona Merkel. Sin embargo, hoy no parece que los griegos o los portugueses estén mejor que al inicio de la crisis, lo que demuestra que la receta Merkel no sirve. El aceite de ricino que nos hace tomar es una purga que sólo sirve para castigarnos por nuestra mala conducta económica, pero no para aliviar nuestras maltrechas cuentas.

Para algunos la solución es cambiar radicalmente de política y hacer justamente lo contrario de lo que predican los mercados, que es lo que se viene haciendo. Con este nuevo ideal, donde se practicaban políticas de austeridad ahora se debería promover políticas de crecimiento. Es decir, pasar de un extremo al otro. Para mi eso es tanto como jugar a la ruleta rusa. Y mientras tanto, esperando el acierto, los más débiles e indefensos sufren las dramáticas consecuencias de los experimentos de nuestros grandes timoneles. Sin embargo, yo creo que la solución pasa por el pacto y el acuerdo.

Afortunadamente, hoy existen dos tesis bien definidas y distintas para salir de la crisis: la propuesta por el francés Hollande y la defendida contra viento y marea por la alemana Merkel. De esas dos propuestas debe salir la solución. Para ello es imprescindible la cooperación de estas dos economías. Sin ellas el euro no tiene ningún futuro. Así es como lo veo yo.

viernes, 15 de junio de 2012

Pobre edición del TECMA

El TECMA es la Feria Internacional del Urbanismo y del Medio Ambiente que se celebra cada dos años en la capital del Reino. La organiza la Feria de Madrid. Probablemente sea el encuentro del sector más importante de España. Yo, desde hace muchos años, acudo regularmente a todas sus ediciones. Nunca se sabe, a veces, incluso, uno recibe la sorpresa de encontrarse con una innovación. Es una feria de "cortesía", en la que para los asistentes no es tan importante vender como relacionarse. Es una buena ocasión para charlar amigablemente  con los profesionales del sector sin el estrés que impone el régimen diario. Uno tiene la sensación de no estar presionado por la necesidad que muchas veces tienen los comerciales de materializar una venta. De tantas visitas realizadas hemos hecho amigos, que esperamos ver en cada edición.

Uno se puede sentar en el stand del "adversario" a compartir inquietudes y confidencias con un cafelito o una cerveza por medio, dejando de lado diferencias propias de la posición que cada uno ocupa en el sector.

Ni cuando los tiempos eran buenos ni cuando han sido malos he tenido tiempo para disfrutar de este encuentro con toda la tranquilidad que me hubiera gustado. Siempre me quedaba algo por ver. Siempre dejaba de contactar con alguien con quien me hubiera apetecido hacerlo.

En estas condiciones nunca necesité organizarme especialmente para realizar la visita: sabía lo que me iba a encontrar. Iba y venía en el día, lo que significaba una "paliza" de coche. Pero una paliza que merecía la pena. Después, en la oficina, ordenaba todos los papeles, catálogos y direcciones de correo que había conseguido. Leía alguna de las novedades que se presentaban y me sentía con todo ello algo más preparado que el día anterior.

La edición de este año ha sido decepcionante. Si esta es la mejor Feria sectorial que existe en España, ¿Cómo debe estar España? Ha sido un auténtico fiasco. Más aún, creo que se ha tomado el pelo a unos cuantos profesionales como yo, que despistados, hemos acudido como de costumbre, sin haber sido advertidos previamente que no íbamos a ver nada y que en todo caso lo único que sacaríamos de la experiencia es más horas y más kilómetros de coche. Profesionalmente, absolutamente decepcionante.

Los únicos responsables de este fiasco son los organizadores. Es decir, la Feria de Madrid. Sus responsables deberían reflexionar sobre lo ocurrido y sobre el bochornoso espectáculo ofrecido. Había algunos stands institucionales de Méxijo o de Potoí, etc.; pero un vacío absoluto de representación española y ni mucho menos de otros países. Ausencia de firmas de relevancia. Ninguna novedad. Visto lo visto, entonces, ¿Para qué nos ha convocado la Feria de Madrid? ¿Para qué nos han enviado la invitación? ¿Qué es lo que pretendían que viéramos?

La Feria (los organizadores de la feria) debe marcarse un nivel de calidad mínimo. Por debajo de este nivel no debe convocarse a la gente. Y la edición de este año, tal y como se ha presentado, hubiera sido un gran acierto si no se hubiese celebrado. Estoy seguro que todos lo hubiésemos agradecido.

lunes, 11 de junio de 2012

El agorero de Paul Krugman

Por favor, si pueden permitírselo no lean a este tipo. La última vez que lo hice estuvo a punto de paralizarme el corazón. Creo que fue  a mediados del mes de mayo. Entonces, este profesor de la Universidad de Princeton, se permitió el descaro de decir la frivolidad de que España estaba a punto de ser rescatada. Más aún se aventuró a fijar una fecha concreta y ésta fue mediados de junio.

Su artículo, escrito en Estados Unidos, tuvo una amplia difusión en España. No faltó quien pensó que el Premio Nobel se había vuelto loco. Otros pensaron que era excesivamente pesimista (prácticamente como todo lo que escribe. Todo está impregnado de ese mismo tono pesimista). Yo sencillamente no me lo creí. Recordé aquello de que España es demasiado grande para ser rescatada. Y esta artimaña me sirvió para pasar la noche tranquilo.

En el artículo que recoge hoy el diario "El País", Paul Krugman vuelve a la carga. En él inicia su particular reflexión sobre la situación económica en Europa y en el Mundo con un poco de sorna. Creo que terminará cayéndonos simpático. Dice Krugman: "Vaya, otro rescate bancario, esta vez en España. ¿Quién se lo habría imaginado?" Esto es como empieza el artículo; pero ¿cómo acaba?. Sí, se lo voy a estropear, no les voy a dejar con la incertidumbre, les voy a desvelar el final para que no se queden con la inquietud. El Premio Nobel de Economía 2008 concluye con la siguiente reflexión: "Pero no desesperen: al paso al que van las cosas, especialmente en Europa, la catástrofe sin paliativo podría estar a la vuelta de la esquina".

Se lo repito, ahorrénse la lectura. No lo hagan. Sean felices, por favor.

domingo, 10 de junio de 2012

Spain to accept rescue

España acepta el rescate. Con este inapelable título se pueden resumir prácticamente todos los titulares de los periódicos extranjeros sobre lo que ha ocurrido en España en las últimas horas. Una vez más hay que ir a buscar las noticias fuera de España para conocer la realidad de la situación, porque en nuestro país la información es escasa y confusa. Ayer mismo, ante la negativa del ministro De Guindos en la rueda de prensa a desvelar la cuantía del rescate, los periodistas tuvieron que recordarle en directo al miembro del Gobierno que el Eurogrupo ya lo había hecho público (100 000 millones de euros).

Yo pensé que a partir de ese momento se habían acabado las escusas y los eufemismos para calificar la situación económica de España y que los problemas se afrontarían por fin de cara. Pues, no. Basta con echar un vistazo a los titulares de hoy de la prensa española para darse cuenta que esto ni es así ni va a ser así. 

Hoy podemos leer perplejos cómo un importante periódico de tirada nacional, en su primera página, titula que "España despeja el rescate". Por otro lado, asistimos  a los machacantes anuncios de los voceros del Gobierno que nos inundan de nuevos eufemismos con la única finalidad de disfrazar la realidad: "asistencia financiera", "ayuda financiera", "préstamo en condiciones favorables", etc. Todo menos pronunciar la palabra  maldita "Rescate" o que se proyecte una imagen de España que nos ponga en una plano de igualdad con el resto de países rescatados.

Pero si uno se atiene a lo estrictamente expresado por el ministro, deberíamos estar todos batiendo palmas de alegría. Este es un asunto de tan escasa relevancia que ni siquiera lo ha anunciado el propio presidente del Gobierno (más ocupado en hacer la bolsa de viaje para asistir a la Eurocopa). Éste ha dejado que sea su mano derecha económica De Guindos el que nos anuncie la buena nueva. "No existe ninguna razón para preocuparnos". ¡Nada más verle la cara al portavoz económico del Gobierno ya se me ha contagiado la alegría!

¿Cuántas veces hemos oído eso de "España NO puede ser rescatada"? Nuestro país no es Irlanda ni Grecia ni Portugal. Ahora bien, si por azares de la vida nos rescatan o nos "ayudan financieramente", inmediatamente decimos que este rescate o esta ayuda es distinta a Grecia o a Portugal, por poner dos ejemplos. Lo nuestro es una simple ayuda o si se quiere un rescate blando o un rescate frío. Dónde va a parar, lo nuestro es en condiciones mucho más ventajosas que las dadas al resto de países. Si es que somos más listos que nadie.

Lo que no ha explicado el ministro, ni ningún otro miembro del Gobierno, incluido el simpático Montoro (el que tiene en su agenda las direcciones y teléfonos de los Hombres de Negro), es que si todo es tan favorable y la solución hallada es tan ventajosa para los intereses de España, de Europa y del resto del Mundo, ¿por qué se ha tardado tanto en pedir la ayuda o por qué se ha negado la posibilidad de solicitarla hasta la saciedad?

Una cosa está muy clara, la credibilidad de nuestros políticos cotiza hoy a la baja, a la par de las acciones de Bankia. O dicho de otra manera, es nula.