Acaba de fallecer el loco de Leopoldo María Panero en el manicomio en el que estaba internado, aunque, según cuentan las crónicas, sólo iba a pernoctar. Es el día de hoy que todavía no sé hasta qué punto su actitud se debía a un trastorno mental o a puro fingimiento. ¿Era el mediano de los Panero un fingidor? Supongo que no del todo, aunque a veces estoy convencido que había bastante de pose e impostura.
No hace mucho estuve visitando la casa familiar de Astorga. De hecho la foto que figura en mi perfil está realizada en una de las estancias de la casa. Esa casa en la que cuando llegaba el cabeza de familia, el escritor reputado por el anterior régimen, Leopoldo Panero, y se cerraba la puerta sólo ellos: la madre y los tres hermanos sabían lo que ocurría, porque nunca hablaron de ello. Era demasiado grande el peso de la fama, el honor de la familia para mancillarlo. Es posible que ese obligado y auto impuesto silencio fuese el gozne de la puerta que se abrió a un mundo interior dominado por la locura. Todos los hermanos, Juan Luis, Leopoldo y Michi estaban desubicados, los tres vivieron una realidad paralela. Los tres escribieron versos propios y criticaron los ajenos. Los tres, cada uno de ellos a su manera, lucharon contra la memoria de su padre. Los tres, cada uno a su manera, mató a su padre.
No hace muchos meses fui a ver las ruinas que quedan de la casa de campo de la familia en Castrillo de las Piedras, su lamentable estado es una metáfora del ocaso de esta familia.
Ayer, por fin, la CIA terminó su trabajo y acabó con la vida del poeta. Leopoldo nos lo dijo: la CIA le perseguía para acabar con él. Vio agentes de esta central acechándole en bares y plazas, hasta que por fin lo consiguieron. Lo que nunca sabremos es a qué corresponden estas siglas. Con todo, yo seguiré leyendo a Leopoldo María, eso sí en pequeñas dosis para sufrir lo justito. Los otros dos hermanos no me interesen lo más mínimo. 45 años encerrado en diferentes psiquiátricos. Tantos años luchando contra sus propios fantasmas. Ya era hora. Que descanse en paz.
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