miércoles, 5 de diciembre de 2012

Controversias técnicas

Mi hermano me ha hecho llegar un artículo recientemente publicado sobre una asignatura que se imparte desde hace más de 10 años en la prestigiosa escuela de Minas de París. La asignatura está relacionada con la "descripción de controversias técnicas y científicas". La existencia específica de la formación del ingeniero en esta materia ha sido para mi todo un descubrimiento. La limitada extensión del artículo firmado por Katharina Schlierf, no permite conocer en toda su magnitud el alcance de los conocimientos que adquiere el alumno en este ámbito en el período que dura su formación; pero en cualquier caso, me interesa resaltar lo novedoso y la importancia del planteamiento de la Escuela parisina, que debería ser paradigmático y producir efectos inmediatos en la elaboración de los programas de estudio de las Escuelas de ingeniería españolas.

En este mismo espacio, desde otra óptica, ya hemos abordado cuestiones relacionadas con la resolución de controversias en proyectos de ingeniería, sobre todo a aquellos que afectan a los recursos naturales o al medio ambiente.

En este mismo espacio nos hemos referidos a los "Síndromes limitantes" que debe superar todo proyecto ambiental para que pueda ser ejecutado. Hemos dejado constancia del Síndrome NIMBY ( No In My Back Yard), cuya traducción no literal sería: "En el patio de atrás de mi casa, no"; del Síndrome NIMEY (No In My Electoral Year), cuya traducción inmediata sería "tampoco en mi año electoral". Y también hemos hablado del Síndrome BANANA (Building Absoluty Nothing Anyware Near Anybody), es decir, "No hacer nada nunca en ningún lugar". Estas tres expresiones, con todas sus derivaciones, son todo un clásico al que debe enfrentarse cualquier proyecto controvertido. Da igual que se trate de un vertedero de residuos, una cementera, una central nuclear, una central hidroeléctrica, una línea de alta tensión, etc., etc.


Frente a esta oposición social, ¿qué puede hacer el ingeniero proyectista? Siempre hemos dicho que para que un proyecto sea realizable debe ser a) económicamente posible, b) ambientalmente sostenible y c) socialmente aceptable. Pero nada hemos dicho de cómo conseguirlo, y sobre todo, cómo superar los síndromes descritos.


La respuesta científica y técnica a estos desafíos la podemos encontrar en el curso que realiza la Escuela de Minas de París sobre la "DESCRIPCIÓN DE CONTROVERSIAS". El objetivo de la asignatura es fomentar una cultura intelectual que ayude al futuro ingeniero a comprender el contexto social en el que se desenvuelven sus propuestas ingenieriles. Desde este punto de vista, el papel del ingeniero no consiste sólo en elegir una única solución técnica, sino en identificar el conjunto de soluciones posibles y cartografiar el tipo de compromisos sociales y técnicos involucrados en la decisión que se adopte.

Realmente desconozco si actualmente existe alguna escuela de ingenieros española que haya incorporado a su plan de estudios esta disciplina; pero desde luego es una buena ocasión para reflexionar sobre la conveniencia de incorporarla a los planes de Grado y Máster que se están implantando.





No hay comentarios:

Publicar un comentario