lunes, 20 de octubre de 2014

Vidas encontradas

El pasado sábado fui a la librería habitual con la intención de adquirir la dosis semanal de letras. Compré Alabardas de Saramago y Prosas encontradas de Leopoldo María Panero. Las dos obras, los dos libros de dos genios de las letras. Los dos publicados póstumamente, tras la desaparición de sus autores. Las dos, obras inacabadas. Una, la de Saramago, porque es obvio y él mismo lo dice. Conocemos la última frase, que cierra el libro, porque nos la dijo su autor en vida: "vete a la mierda" (aunque no aparezca escrita en el libro). La otra obra, la de LMP, inacabada también porque la prosa del loco de Leopoldo María Panero es inabarcable.
En un suspiro terminé de leer Alabardas, alabardas, espingardas, espingardas de Saramago. Tenía tantas ganas de que por fin se publicara la traducción del portugués, que en cuanto apareció, apenas dejé tiempo para reposar la lectura. Ahora tendré que releerla.
Sin embargo, el libro de LMP me lo tomaré con más calma y tranquilidad. He empezado a leerlo, pero aún, ni siquiera, sé en qué orden lo leeré. No me apetece hacerlo en el que los artículos aparecen en el libro. Tampoco sé cuanto tiempo le dedicaré. Leopoldo María Panero es como ese bosque oscuro del que nos habla: cuando uno se adentra en él sabe que ya nunca saldrá. LMP te atrapa. Te ocupa. Te invade y no te deja marchar.
Leopoldo, vete a la mierda.