viernes, 22 de agosto de 2014

Qué es lo más ecológico

"Lo más ecológico es leer el periódico por internet", me decía hace unos días un amigo. "Con este sencillo gesto ahorramos toneladas y toneladas de papel, y con ello la deforestación del Planeta", remachaba. Al oírlo me quedé de piedra. Yo habituado como estaba a leer todos los días las noticias en formato papel, me entraron remordimientos por la contribución que había hecho durante tantos años a la destrucción del Planeta. No es un asunto para tomárselo en broma. De hecho yo ya me he habituado a leer la prensa en las ediciones digitales y prescindir de la impresa, aunque, a veces, el romanticismo me pueda, y compre los periódicos en su edición impresa más que para leerlos, para tocarlos.

Por lo general, a todos nos mueve en nuestras decisiones una buena acción, impera en nuestros actos el positivismo, el dar nuestra conformidad a lo que la mayoría ya da como un hecho positivo. Damos el sí rápidamente, sin cuestionarlo. Lo dicho, es más ecológico leer los diarios digitales que la prensa escrita.

Pero yo me pregunto por qué. Me pregunto si esto es realmente así. Si detrás de esa afirmación existe una razón que la sostenga. A mi amigo, ante mis dudas, le bastó remitirse al "sentido común". Porque, efectivamente, para él, era una cuestión de sentido común. Si no se consume esa cantidad ingente de papel que requieren las editoriales para distribuir sus períodicos, no es necesario fabricarlo y si no es necesario fabricarlo tampoco lo es talar miles, cientos de miles de árboles todos los años. Ahora no vamos a entrar en las minudencias de que una buena política de reforestación puede ayudar a paliar los efectos o que el empleo de papel reciclado también puede contribuir a mitigar los efectos adversos para el medio ambiente. Dejémoslo ahí.

Ahora bien, me hago otra pregunta, los que consultamos las noticias a través del teléfono móvil, ¿cuánto tiempo dedicamos a ello?: cinco minutos al día, diez, veinte, una hora...No lo sé, que cada cual haga sus cuentas. Y cuánto tiempo nos dura nuestro móvil. Es decir, me refiero a la vida útil del "cacharro". ¿Alguien maneja un teléfono móvil, una tablet, un ordenador de hace más de 10 años, de 5 años, de dos años?

Con esto quiero decir que para fabricar nuestros dispositivos electrónicos se deben emplear materiales que es necesario extraer de la naturaleza. Y que renovarlos supone un nuevo consumo de materias primas. No voy a entrar aquí ahora a describir las circunstancias en las que se comercializa alguno de estos materiales, como pueda ser el caso del mineral llamado COLTAN, imprescindible para los móviles; pero de lo que no cabe la menor duda es que la fabricación de todos estos dispositivos suponene una reducción de las reservas naturales de estas materias y por tanto afecta de forma muy directa a los recursos abióticos del planeta y a la calidad del medio ambiente. Otro tanto podemos decir del consumo energético que precisa el funcionamiento de estos equipos: bien sea mediante baterias o mediante la conexión a la red eléctrica. Los aparatos tienen un consumo de energía que es preciso producir. Y para producirla necesitamos emplear nuevas materias primas: combustibles fósiles o no fósiles.

Por tanto, sin entrar en muchos más detalles, debo rechazar de plano la teoría de mi amigo de que los períodicos digitales sean menos contaminantes y más respetuosos con la naturaleza que los tradicionales impresos en papel. No estoy en condiciones tampoco de decir lo contrario; pero sobre este asunto, como en el resto de las ocasiones, la cuestión se reduce a contabilizar las cargas ambientales de un sistema y de otro y compararlas. Pero para hacer este análisis comparativo es necesario conocer los impactos ambientales de cada una de las etapas que intervienen en el proceso, desde la cuna hasta la tumba, desde que se extraen los recusrsos naturales para fabricar los elementos hasta que estos llegan al final de su vida útil y se reciclan o se desechan, pasando indudablente por el coste ambiental a lo largo del período de uso. Sólo así podremos afirmar, con ciertas garantías, cual de los dos sistema es menos dañino y más respetuoso con el medio ambiente.

Y dando una vuelta de tuerca más al asunto, pienso que, con carácter general, deberíamos adoptar nuestras decisiones teniedo en cuenta y valorando el análisis de todo el ciclo de vida, tanto de los productos que consumimos como de los servicios que se nos prestan. Incorporando este concepto de ánilisis de ciclo de vida adoptaríamos las decisiones de una forma más responsable y respetuosa con el medio ambiente.

jueves, 7 de agosto de 2014

¿Se recicla menos en verano?

Acabo de leer un magnífico estudio de una conocida cadena española de supermercados en el que se afirma que en el periodo estival en nuestro país se recicla hasta un 12% menos que el resto del año. El estudio no se limita a facilitar ese dato sino que además entra a analizar las posibles causas que lo originan. Entre atras, destaca que los potenciales usuarios, de vacaciones, desconocen la ubicación exacta de los contenedores para el reciclado de envases o que en el período vacacional se "relajan" los hábitos de reciclado. Hasta ahora todo lo que he leído me parece sensato y razonable. Para no hacer trampas, debo señalar que los autores del informe al que me refiero han obtenido las causas de este relajamiento mediante encuesta a pie de calle. Todo esto lo digo para remarcar que no le pongo ni un pero al estudio, que como ya he dicho me parece magnífico.

Sin embargo, yo no me atrevería a hacer esta afirmación en la provincia de León. Yo no puedo constatar esa "relajación" en los hábitos de reciclado en la provincia de León durante los meses de verano. Si estudiamos las curvas de aportación de residuos en esta provincia observaremos que la forma de la gráfica se repite todos los años. La cantidad de residuos aportada a lo largo del año se mantiene prácticamente constante, con dos puntos de inflexión: uno en el mes de febrero, que al tener un par de días menos, se generan menos residuos, y en el mes de agosto en el que la curva de generación experimenta el punto más alto. En términos matemáticos, el mes de febrero es un mínimo y el mes de agosto es un máximo. La curva de generación de residuos empieza a incrementar su valor en junio, en agosto tiene el máximo y a partir de este mes empieza a descender hasta octubre.

Por tanto, en la provincia de León, en todos los municipios que la forman es en los meses de verano cuando más residuos se generan, salvo en dos o tres casos singulares. Uno es la ciudad de León. En la capital la generación de residuos es una constante prácticamente todo el año. La curva que describe es una recta horizontal paralela al eje de abscisas. Otra localidad que tiene este mismo comportamiento es Ponferrada y otra San Andrés del Rabanedo. Es decir, las tres ciudadaes mayores de 20 000 habitantes. La causa de este comportamiento habría que buscarlas en el turismo estacional. En los pueblos y en las localidades más pequeñas, la llegada de turistas en verano aumenta la generación de los residuos. En los pueblos grandes, entiéndase ciudades, el efecto de la llegada de turistas se amortigua o compensa con la salida de la población que se va de vacaciones, probablemente a los pueblos.

En el cómputo global, si analizamos el reciclaje de los residuos, en la provincia de León, yo no percibo que en verano se recicle menos que en los meses de invierno. La lógica nos dice otra cosa, los estudios que he leido y al que he aludido, también; sin embargo, los números son tozudos y no corroboran esto en la provincia de León.

Yo no me atrevería a realizar la afirmación que de forma rotunda he leído estos días en la prensa sobre la relajación de los hábitos ambientales en los meses estivales. Prometo estudiar el tema, analizarlo y reconsiderar los datos de generación de residuos que manejo para poder extraer una conclusión al respecto.