miércoles, 22 de julio de 2015

Fin de la emisión

Si estás leyendo esto, te recomiendo que busques algo más provechoso, porque hoy se cierra este espacio que inauguré en el mes de marzo de 2011. Desde la primera entrada de salutación que publiqué han pasado ya cuatro años y medio. El blog, sin tener por ello que dar más detalles, cumplió su función. Me quedan cosas por decir. Me había propuesto cerrar el círculo que en su día abrí; pero también me había propuesto hacerlo sin dañar ni molestar a nadie. Ahora no estoy seguro de poder continuar escribiendo sin herir el sentimiento de algunas personas o provocar malestar en otras. Lo que me queda por decir, quizás éste no sea el medio apropiado para divulgarlo. Antes de hacer daño o molestar a alguien prefiero retirarme. Hace algún tiempo, en otra plataforma de las redes sociales, anuncié que tenía la intención de desaparecer del mundo virtual y entregarme a otras actividades que me llenaran más, quizás más tangibles, más pegadas a la realidad (incluso anuncié algunas de ellas). Hoy he sentido la necesidad de culminar ese deseo, que lo he mantenido vivo desde entonces: el deseo de desligarme en cuanto pudiera de este intríngulis cibernético, plagado de "postureo" (una horrorosa expresión que he aprendido en esta andadura). Hoy puedo, y lo hago materializando de esta forma la despedida.

!Se acabó¡ Esta aquí hemos llegado. Ha sido un auténtico placer.


jueves, 9 de julio de 2015

La Real Academia Española y el carbono

Hace ya más de siete años que me dirigí a la Real Academia Española para sugerirles un cambio en su diccionario de la lengua. A los pocos días me contestaron que no sé qué comisión estudiaría el asunto: hasta hoy. Ni una palabra más. Desde entonces han renovado su diccionario y ya van por la 22ª edición. Y mantienen el mismo error. Esto quita las ganas a uno de seguir mandándoles sugerencias, sobre todo en el ámbito de las ciencias de la tierra y de la ingeniería. En estos temas los errores de definición y concepto del DRAE son proverbiales.

La sugerencia no atendida a la que me refiero es la que hice en su día a la definición de "carbono". El diccionario (22ª ed.) trae textualmente la siguiente: 

"carbono. 1. m. Elemento químico de núm. atóm. 6. Es extraordinariamente abundante en la naturaleza, tanto en los seres vivos como en el mundo mineral y en la atmósfera. Se presenta en varias formas alotrópicas, como el diamante, el grafito y el carbón [...]" 

Porque me interesa, he subrayado las palabras "elemento químico", "formas alotrópicas" y "carbón" con la finalidad de remarcar en primer lugar que el CARBÓN no es ningún elemento químico, como se puede desprender de la lectura del texto. El carbón es, como el petróleo (y como todo el mundo sabe), una roca. Por tanto, el carbón, al no ser un elemento químico, dificilmente puede ser una forma "alotrópica" de nada. Las formas alotrópicas del carbono son sólo algunas de las que se cita como el diamante y el grafito. Pero si la Real Academia quiere completar la lista (además de retirar la molesta intrusa) debería también incorporar el "fullereno". Lo que ya sería mucho pedir es que también tuviera en cuenta como forma alotrópica del carbono, que lo es, al "grafeno". A eso esperaremos a la corrección del diccionario que hagan en el siglo que viene.

Lo que a estas alturas, después de tantos años de protesta, no tiene ninguna explicación ni ningún sentido es mantener con contumacia y contra viento y marea que el carbón es una forma alotrópica del carbono. Esto es un ejemplo de lo que me refiero cuando hablo de un error de concepto proverbial: el verlo daña la vista.

martes, 7 de julio de 2015

Cuando Alemania locuta, causa finita

Acabo de conocer una noticia de alcance. La actual crisis de Grecia tiene una fácil solución. Y ésta ha sido desvelada a modo de revelación hoy mismo por la mañana por el ministro de finanzas alemán: "Todo depende de la decisión que tome el Gobierno griego", ha dicho. Schäuble conoce perfectamente y mejor que nadie cuál ha sido la respuesta mayoritaria dada por los griegos en el referéndum celebrado el pasado domingo. El ministro alemán ha realizado estas declaraciones nada más conocer que el Gobierno griego, tal y como se había comprometido, ha realizado una nueva propuesta para poner en marcha el tercer rescate, ya que el segundo finalizó con el resultado que todo el mundo conoce. El portavoz económico de Merkel también ha avanzado que la reestructuración de la deuda y de los plazos que pretenden los griegos no es posible. Alexis Txipras ya tiene la respuesta. Sin anestesia. Sin necesidad de esperar a que se reúna el Eurogrupo, FMI, etc. No es necesario ni videoconferencia. NO. ¡Cuando Alemania locuta, causa finita!
El Eurogrupo, las videocoferencias, el FMI, etc. no son más que lugares comunes en los que Alemania reúne a la prole para darle las instrucciones precisas. ¿Qué posición debe adoptar Portugal o España respecto a las nuevas propuestas griegas? Espérense, hombre, a que el ministro Alemán haga unas declaraciones en clave interna o a que convoque una videoconferencia. No sean ustedes impacientes. Ya se les dirá lo que tienen que hacer (y decir).
Aquí cada vez está más claro cual es papel de Alemania como señor feudal y el del resto de los estados integrantes de esta ficticia Unión como vasallos. Esta Unión Europea no es un consorcio de socios iguales, es una relación feudal de vasallaje, en la que uno dispone y los demás obedecen.
Schäuble se lo ha dicho bien claro hoy a los griegos: "todo depende de ellos". Es decir, de si aceptan o no la rendición incondicionalmente. Esa es la única decisión que deben tomar. Y entonces habrá tercer rescate o lo que es lo mismo un nuevo paquete de deuda, recortes y obligaciones para los griegos. ¡Planazo!

miércoles, 1 de julio de 2015

El politiqués

Solamente ganaron cuando sus rostros no eran conocidos y sus nombres se perdían en una lista encabezada por un hombre del pueblo, cargado con una mochila de ideales. No tardaron en aprender el oficio. Llegaron para quedarse. Sustituyeron, no siempre de la mejor de las maneras, a los que les precedieron. No les dolieron prendas a la hora de acuchillar a los que les abrieron camino, para hacerse sitio entre las telas del poder. A diferencia de los primeros estos venían desprovistos de mochila de ideales, pero traían las alforjas vacías, dispuestos a llenarlas. Y las llenaron. Durante más de treinta años hemos soportado sus caras en todos los carteles electorales. Da la impresión de que si no existieran ellos no habría democracia, aunque es justamente al revés: su insistencia en mantenerse al timón y considerarse los timoneles es la que ha terminado casi por hundir el barco y por deteriorar la democracia. En treinta años no han aportado nada. Ni una idea. Ni una sola propuesta que haya mejorado la vida de sus conciudadanos. 
Cada día que pasa resulta más insoportable su presencia, pero no se dan por aludidos. Ellos no se van.  Pero, adónde habrían de irse, si no tienen otro oficio y todavía no han llenado las alforjas. Lástima de país. Lástima de nosotros. Sólo cuando terminemos con los políticos profesionales: los que llevan en las instituciones 30 años o en la dirección de los partidos otros tantos, se abrirá el cielo, surgirá un rayo de luz y este país empezará a tener una esperanza. Hasta entonces que nadie espere nada. Estos que nos gobiernan son de otro planeta, no hablan nuestro mismo idioma. Hablan el politiqués: un dialecto que sólo ellos conocen y dominan, que se aprende por transmisión oral de padre político a hijo político.