domingo, 9 de marzo de 2014

Chicho Sánchez Ferlosio

Confieso que llevó ya unos cuantos meses obsesionado con este personaje, con sus composiciones poéticas, con su música, con el ejemplo ético de su lucha. Además, este año se cumplirán 50 de la aparición en Suecia del disco grabado artesanalmente por Chicho con el título "Canciones de la Resistencia Española". A pesar del impacto que en su momento, y en toda Europa, tuvo el disco, en España, su autor sigue siendo un gran desconocido.

Era hijo de Rafael Sánchez Mazas y la italiana Liliana Ferlosio.

El periodista y escritor del régimen franquista, Rafael Sánchez Mazas, padre del filósofo y matemático fallecido en el exilio, Miguel Sánchez-Mazas Ferlosio, padre de Gabriela, esposa que fue del columnista del diario El País, Javier Pradera y madre del también periodista Máximo Pradera; padre del eximio escritor, autor de la novela el Jarama galardonada con el premio Nadal, Rafael; padre de Máximo y por supuesto del cantautor, Chicho Sánchez Ferlosio, como todo el mundo sabe fue uno de los fundadores de la Falange Española. Un camisa vieja. Enemigo declarado, por ejemplo, del poeta Federico García Lorca. De entre los militantes de esta formación política, de corte fascista, tenía el carnet nº4. Los titulares de los otros tres carnets que le precedían eran ilustres camaradas:

  • José Antonio Primo de Rivera, fusilado por el Gobierno de la República en 1936
  • Julio Ruiz de Alda, piloto, fusilado por el Gobierno de la República en 1936
  • Onésimo Redondo, fusilado por el Gobierno de la República en 1936.

Chicho nació en 1940, según contó su propio padre gracias a un soldado de la república que le perdonó la vida instantes después de haber sido (mal) fusililado en Gerona junto a otros 49 falangistas. Javier Cercas narra de forma novelada esta historia en "Soldados de Salamina", obra que fue llevada magistralmente al cine en 2003 por David Trueba.

Superado el trance, recién terminada la Guerra Civil, el falangista vivo más antiguo, el ahora flamante ministro sin cartera del nuevo régimen, Rafael Sánchez Mazas y su esposa Liliana Ferlosio quisieron rendir un homenaje a los tres compañeros fundadores de la Falange. Por eso bautizaron a su hijo con el nombre de los tres "mártires": José Antonio Julio Onésimo Sánchez-Mazas Ferlosio: "Chicho".

Uno de los hermanos de Chicho, Máximo, murió pronto. El filósofo y matemático, Miguel se afilió a UGT y al PSOE. Terminó sus días en el exilio, en una Universidad suiza. Gabriela se casó con un comunista y Chicho militó en la clandestinidad, a los veinte años, primero en el PCE, después en el Partido Comunista Marxista-Leninista y después en el Frente de Liberación Popular, más conocido como FELIPE. Se convirtió en un cantautor de referencia para la reistencia antifranquista y en el azote del régimen. Murió en el verano del año 2003, pocos días después de prestar su colaboración en la película de David Trueba. Dejó, que yo sepa, al menos dos viudas: Ana Guardione y Rosa Jiménez Díaz. Con la primera tuvo varios hijos: El mayor de ellos, Marcos, murió antes de cumplir cuatro años ahogado en la piscina en la casa extremeña propiedad de su madre. La niña y única hija murió  también muy joven a consecuencia de una caída de caballo. El pequeño Pablo, alumbrado en 1975, según denunciaba Chicho nació con una grave parálisis cerebral provocada por la negligencia de "al menos tres médicos". El cuarto de los hijos, aunque por edad el segundo de ellos, fue el único que parece que ha sobrevivido a esta trágica historia: Andrés Sánchez Guardione.

Chicho es un gran desconocido. Su monumental obra se reparte de forma generosa y casi anónima en los repertorios de muchos cantautores que disfrutaron de su amistad. La generosidad de Chicho estaba al nivel de su genialidad.

Han transcurrido cincuenta años, pero la palabra de Chicho está de plena actualidad.

sábado, 8 de marzo de 2014

El loco de Leopoldo María Panero

Acaba de fallecer el loco de Leopoldo María Panero en el manicomio en el que estaba internado, aunque, según cuentan las crónicas, sólo iba a pernoctar. Es el día de hoy que todavía no sé hasta qué punto su actitud se debía a un trastorno mental o a puro fingimiento. ¿Era el mediano de los Panero un fingidor? Supongo que no del todo, aunque a veces estoy convencido que había bastante de pose e impostura. 
No hace mucho estuve visitando la casa familiar de Astorga. De hecho la foto que figura en mi perfil está realizada en una de las estancias de la casa. Esa casa en la que cuando llegaba el cabeza de familia, el escritor reputado por el anterior régimen, Leopoldo Panero, y se cerraba la puerta sólo ellos: la madre y los tres hermanos sabían lo que ocurría, porque nunca hablaron de ello. Era demasiado grande el peso de la fama, el honor de la familia para mancillarlo. Es posible que ese obligado y auto impuesto silencio fuese el gozne de la puerta que se abrió a un mundo interior dominado por la locura. Todos los hermanos, Juan Luis, Leopoldo y Michi estaban desubicados, los tres vivieron una realidad paralela. Los tres escribieron versos propios y criticaron los ajenos. Los tres, cada uno de ellos a su manera, lucharon contra la memoria de su padre. Los tres, cada uno a su manera, mató a su padre.

No hace muchos meses fui a ver las ruinas que quedan de la casa de campo de la familia en Castrillo de las Piedras, su lamentable estado es una metáfora del ocaso de esta familia. 

Ayer, por fin, la CIA terminó su trabajo y acabó con la vida del poeta. Leopoldo nos lo dijo: la CIA le perseguía para acabar con él. Vio agentes de esta central acechándole en bares y plazas, hasta que por fin lo consiguieron. Lo que nunca sabremos es a qué corresponden estas siglas. Con todo, yo seguiré leyendo a Leopoldo María, eso sí en pequeñas dosis para sufrir lo justito. Los otros dos hermanos no me interesen lo más mínimo. 45 años encerrado en diferentes psiquiátricos. Tantos años luchando contra sus propios fantasmas. Ya era hora. Que descanse en paz.