Cavalo Morto es un lugar que
existe en un poema de Lèdo Ivo.
Un
poema de Lèdo Ivo es una luciérnaga que busca una moneda perdida. Cada moneda
perdida es una golondrina de espaldas posada sobre la luz de un pararrayos.
Dentro de un pararrayos hay un bullicio de abejas prehistóricas alrededor de
una sandía. En Cavalo Morto las sandías son mujeres semidormidas que tienen en
medio del corazón el ruido de un manojo de llaves.
Cavalo
Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.
Lèdo Ivo es un hombre viejo que
vive en Brasil y sale en las antologías con cara de loco. En Cavalo Morto los
locos tienen alas de mosca y vuelven a guardar en su caja las cerillas quemadas
como si fuesen palabras rozadas por el resplandor de otro mundo. Otro mundo es
el fondo de un vaso, un lugar donde lo recto tiene forma de herradura y hay una
sola tarde forrada con tela de gabardina.
Cavalo
Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.
Un lugar que existe en un poema
de Lèdo Ivo es un río que madruga para ir a fabricar el agua de las lágrimas,
pequeñas mentiras de lluvia heridas por una púa de acacia. En Cavalo Morto los
aviones atan con cintas de vapor el cielo como si las nubes fuesen un regalo de
Navidad y los felices y los infelices suben directamente a los hipódromos
eternos por la escalerilla del anillador de gaviotas.
Cavalo
Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.
Un poema de Lèdo Ivo es el
amante de un reloj de sol que abandona de puntillas los hostales de la mañana
siguiente. La mañana siguiente es lo que iban a decirse aquellos que nunca
llegaron a encontrarse, los que aún así se amaron y salen del brazo con la
brisa del anochecer a celebrar el cumpleaños de los árboles y escriben
partituras con el timbre de las bicicletas.
Cavalo
Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.
Lèdo Ivo es una escuela llena
de pinzones y un timonel que canta en el platillo de leche. Lèdo Ivo es un
enfermero que venda las olas y enciende con su beso las bombillas de los
barcos. En Cavalo Morto todas las cosas perfectas pertenecen a otro, como
pertenece la tuerca de las estrellas marinas al saqueador de las cabezas
sonámbulas y el cartero de las rosas del domingo a la coronita de luz de las
empleadas domésticas.
Cavalo
Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.
En Cavalo Morto cuando muere un
caballo se llama a Lèdo Ivo para que lo resucite, cuando muere un evangelista
se llama a Lèdo Ivo para que lo resucite, cuando muere Lèdo Ivo llaman al
sastre de las mariposas para que lo resucite. Háganme caso, los recuerdos
hermosos son fugaces como las ardillas, cada amor que termina es un cementerio
de abrazos y Cavalo Morto es un lugar que no existe.
(Poema de Juan Carlos Mestre)
(Poema de Juan Carlos Mestre)