viernes, 26 de agosto de 2011

Reforma exprés de la Constitución o Despotismo ilustrado


El Gobierno y el partido mayoritario de la oposición han decidido modificar la Constitución. Y lo quieren hacer ya. La grave crisis económica que soporta este país no ha sido argumento suficiente para que los partidos del gobierno y de la oposición se pongan de acuerdo en una sola medida que sirva para paliarla. Cada uno ha mirado por sus intereses y para su lado. Y ello a pesar de que España, según los especialistas, debe hacer frente al pago diario en concepto de intereses por los préstamos recibidos de más de 60 millones de euros. O lo que es lo mismo, más de 10.000 millones de las antiguas pesetas. Esta desorbitada cantidad es a la que debe hacer frente España ¡cada día! para abonar sólo los intereses por los préstamos recibidos. Durante estos dos últimos años, a los partidos políticos no les ha sido posible encontrar un lugar común que actúe de cauterio para atajar esta sangría económica del país. A ninguna de las administraciones, gobernadas por partidos de distinto color político, les ha sido posible cumplir con la legislación vigente en materia de déficit público. Todas ellas, en menor o mayor medida, sin excepción, lo han incumplido. Algunas incluso han anunciado que en los años venideros seguirán incumpliendo los objetivos marcados.

No es la primera vez que surge la idea de meter mano en la Carta Magna. En diversas ocasiones se ha puesto sobre la mesa la necesidad de reformar la Constitución: para adaptarla a las exigencias de la incorporación de España a la Unión Europea, para establecer un nuevo orden de prelación en la sucesión a la Corona, con la finalidad de incorporar criterios de igualdad para ambos sexos, etc.

Sin embargo, a la hora de la verdad, todas esas pretendidas reformas constitucionales, aparentemente necesarias y que gozaban de consenso mayoritario, han quedado aparcadas. La razón fundamental es el miedo escénico de los Gobiernos a abrir el melón constitucional: una fruta muy delicada.

Eso hasta ahora. De repente, el presidente Zapatero anuncia la necesidad de reformar la Constitución para incorporar un límite al déficit máximo que pueden alcanzar las administraciones públicas. Lo anuncia un día y al cabo de dos más su proyecto de reforma ya ha encontrado el consenso necesario y ha iniciado la tramitación parlamentaria. Todo ello en pleno mes de agosto, en vacaciones y con el anuncio de unas elecciones generales a la vista. ¡ Un récord, sin precedentes! Lo más paradógico es que con la reforma se pretende incorporar a la constitución una obligación que ya figura en la legislación vigente. Una reforma cuyo único objetivo explicado es el de "tranquilizar" a los "mercados". Única y exclusivamente tranquilizar la voracidad de los mercados.

Desde mi punto de vista, en todo este asunto sólo hay un hecho incontestablemente cierto y este es que el país, España, vive una auténtica situación de EMERGENCIA nacional. Sino cómo es posible que el presidente del Gobierno se descuelgue al final de su mandato con semejante iniciativa y encuentre inmediatamente, en ese mar de desencuentros que ha sido la última legislatura, el consenso del partido mayoritario de la oposición y cuando menos la comprensión de prácticamente, salvo alguna excepción, del resto del arco parlamentario.

El argumento más sólido que existe para mantener esta posición es que no hay nada más contrario a una situación de emergencia que la "pérdida" de tiempo en consultas populares o referémdums. Pero si esto es así. Si la situación tan delicada exige un reforma exprés a qué esperan a decirlo a los ciudadanos. Por qué se empeñan en seguir durmiéndonos con cuentos. ¿Es que acaso no ha quedado claramente expresado el interés de los ciudadanos en participar de forma activa en las decisiones que les incumben? ¿No habíamos quedado en que necesitamos más democracia y menos tutelas?

Nuestros gobernantes, remando a contracorriente, practican la misma filosofía política que la del despotismo ilustrado: "todo para el pueblo, por el pueblo; pero sin el pueblo". Ya veremos que leche da esa vaca. 

Para los pesimistas como yo rescato del baúl de los recuerdos un viejo poema de León Felipe, titulado "Sé todos los cuentos". Dice así:

Yo no sé muchas cosas, es verdad. 
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan
con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.

jueves, 25 de agosto de 2011

Saberse mayor


A cierta edad, que no sabría concretar cual, los años tienen mil o dos mil días. Todo depende de la constitución de cada uno y de la ilusión con la que se vivan. El tiempo transcurre tan despacio que los días se alargan de tal modo que parecen nunca acabarse, se nos presentan eternos. Una semana es un tiempo que se nos antoja realmente amplio y un año no sabríamos definir con certeza cuanto tiempo abarca. No podemos posponer la realización de las cosas para dentro de un año, porque probablemente cuando llegue la fecha nuestra vida habrá cambiado de tal modo que ya no sepamos cual era la razón que nos impulsaba a esperar, o simplemente el aplazado suceso carece de interés para nosotros.

Poco a poco, sin darnos cuenta, el tiempo acelera su paso, los años se transforman en meses, los meses en semanas y las semanas en días. Todo transcurre tan rápido y a tal velocidad que apenas hemos terminado de fregar los platos de la cena de Navidad, cuando la televisión ya nos bombardea con anuncios publicitarios para que seleccionemos los regalos de la siguiente.

El tiempo transcurre plácidamente. Con sus vaivenes. Con sus idas y vueltas. De vez en cuando surge un sobresalto: el esguince del niño jugando al fútbol, las malas calificaciones de este trimestre, la incertidumbre del futuro de nuestros vástagos…Cosas de la vida; pero inmediatamente se instala en nuestras vidas de nuevo la normalidad. Los hijos en gran medida son los responsables de esa normalidad que comúnmente llamamos rutina. Tras los meses de verano, comienza la rutina: los libros del “cole”, el chándal nuevo, recuperar aquella ropa de invierno que todavía les vale, los zapatos de una talla más, los planes, las buenas intenciones, el ruido y el bullicio, etc. A partir de entonces, la rutina impone su ritmo, marca los hitos y los acontecimientos más destacados de nuestras vidas: el inicio del cole, la fecha de los primeros exámenes, las vacaciones, los cumpleaños, las fiestas de guardar, los fines de semana para descansar, etc. Podríamos decir que en esta rutina hasta los disgustos están sabiamente programados.

Pero llega un buen día en el que se cierra la puerta y tras ello surge un ensordecedor silencio, miramos a nuestro alrededor y no vemos a nadie. Por primera vez en muchos años, ese silencio y la calma que le sigue y se instala en nuestra casa nos proporcionan una placentera paz. Nos parece una ocasión propicia para dedicarnos una tarde a nosotros mismos, porque después de tantos años nos la merecemos. Tenemos todo hecho. Nadie espera por nosotros. Las luces están apagadas. El teléfono ya no suena. Nos levantamos, nos acercamos al baño para peinarnos y componernos un poco y…advertimos con sorpresa la imagen que nos devuelve el espejo de una persona mayor, con las evidencias y las marcas que ha dejado en su rostro el paso del tiempo. Hemos envejecido.

Poco a poco nos damos cuenta que a partir de este instante, de este gran hallazgo, las cosas van a ser muy distintas. Nuestros tiempos y nuestras rutinas serán distintos, como también serán distintas nuestras inquietudes y nuestras ilusiones. El espejo nos ha devuelto la imagen de un ser totalmente extraño para nosotros, que no conocemos y que a partir de este mismo momento tenemos que descubrir, comprender y aprender a convivir con él. Debemos descubrir una nueva forma de mirar y de mirarnos. Tenemos que empezar una nueva vida y esto a veces nos puede dar una enorme pereza. Pero, sin duda, para quien encuentra la vía y el modo de hacerlo, esta etapa de la vida será una de las más fructíferas de las que nunca haya disfrutado. No hablo de soledad; hablo de la vejez; pero también hablo del atardecer en un día de otoño en El Bierzo.

lunes, 22 de agosto de 2011

Barbacoas, arepas y caciques

Cuando los españoles capitaneados por el almirante Cristóbal Colón llegaron a América, con los primeros habitantes que se encontraron fue con el pueblo indígena Taíno. Probablemente los taínos procedían de Venezuela; pero rápidamente se extendieron y poblaron las islas del Caribe. Hoy la lengua taína está extinguida. Los españoles deberíamos sentirnos avergonzados del exterminio al que de forma sistemática sometimos a los pobladores de aquellas tierras; pero eso es otra historia, en la que hoy no quiero entrar.

A pesar de haber desaparecido la lengua aborigen, afortunadamente sí han llegado hasta nuestros días expresiones que han permanecido vivas en el tiempo. Una de ellas es "barbacoa".  La palabra es de procedencia venezolana aunque también podría provenir de las islas de Cuba o de Puerto Rico. Los primeros españoles que la oyeron fue probablemente a los habitantes de la isla La Española (hoy formada por los estados de Haití y de la República Dominicana). Los nuevos americanos, me refiero a los pobladores actuales de los Estados Unidos de América, la popularizaron y la pusieron en valor. Hoy ha vuelto después de muchos años a España, importada desde los Estados Unidos.

A mí me gusta. Me gusta la palabra y el contexto en el que se produce. Como todo el mundo sabe, una barbacoa consiste en una parrilla instalada al aire libre para asar carnes y pescados. Combina a la perfección dos aficiones muy saludables como son la ingesta de alimentos y el disfrute del campo. Y algo que no se dice; pero que se sobreentiende: una reunión de amigos. Porque si alguna característica tiene la barbacoa es que requiere la colaboración de todos los participantes. No porque sea una obligación inexcusable, sino más bien porque no hay quien se resista a no acercarse al fuego a dar una vuelta al asado del chorizo criollo o al secreto. Es un acto individual y voluntario que hace comunidad. Constituye una actividad cooperativa. Para mí esta es una característica intrínseca de las barbacoas, estimula la participación, coadyuva a integrar a los miembros dispersos del grupo. No sería posible una parrillada entre "enemigos". Esto sería una contradicción de términos. Sería un fracaso ( o a lo mejor el inicio de una nueva amistad).

Por tanto, quien degusta los asados preparados en una barbacoa, aunque les falte sal, es feliz. Aunque sólo sea porque la convocatoria en la que se dan cita todos los comensales reúne todos los requisitos e ingredientes necesarios para serlo.

Yo he disfrutado este fin de semana de tres: una el viernes por la tarde, con los amigos, y otras dos el sábado, con la familia: para comer, una; y para cenar, otra.

Se podría pensar que este fin de semana he sido "feliz"; pero lo cierto es que la respuesta correcta es que he sido "muy feliz" porque la barbacoa da pie para otras muchas actividades y sensaciones: la conversación, el paseo por el campo, las pequeñas confidencias, el intercambio de experiencias y conocimientos, etc. Por ejemplo: en Castropetre, lugar en el que participé de una de ellas en compañía de familia y amigos, subí hasta unas ancestrales fuentes a las que sus vecinos atribuyen propiedades curativas, bebí sus aguas cristalinas ferruginosas y aproveché para acercarme hasta unos yacimientos de hierro y recoger unos magníficos ejemplares de Goethita. ¿Qué más puedo pedir?

"Barbacoa" es un préstamo lingüístico de los taínos venezolanos o caribeños. Lo usamos con su permiso. Tenemos otros préstamos como son "arepa" o "cacique". En la aplicación de algunos de estos términos nos hemos especializado; pero la primera lección que nos llegó desde América, con el primer barco de vuelta de Colón, fue la "barbacoa". Por entonces los españoles sólo se fijaron en el indio que el almirante traía como "souvenir" de muestra. Esto me recuerda al dicho popular "cuando un niño señala con el dedo la Luna, sólo los idiotas miran al dedo". Pues bien, el indio era el dedo.




miércoles, 17 de agosto de 2011

Pliegos de Cordel

Los PLIEGOS DE CORDEL eran hojas volanderas o sueltas que se usaban para difundir noticias, sucesos, historias fantásticas, canciones de moda, etc. Estas hojas fueron impresas en prácticamente todos los establecimientos tipográficos de España  y fueron distribuidas por todos los rincones por ciegos cantores, vendedores callejeros y buhoneros. De esta manera se podían sacar unos cuantos céntimos para malvivir. La trasmisión no sólo era por escrito, sino que también tenía una importancia capital la trasmisión oral. Algunos de estos romances se recitaban o se cantaban por las calles para llamar la atención del público en general.

La Imprenta Prieto de Ponferrada también contribuyó a su edición y distribución. Estos pliegos, en su época, fueron un excelente medio de comunicación que compitió ventajosamente con los primeros diarios del siglo XIX, llegando incluso en los últimos años  a convivir con la poderosísima televisión.

Uno de estos pliegos de cordel, el que se inserta a continuación, titulado "HORROROSO CRIMEN OCURRIDO EN LA PROVINCIA DE MURCIA", fue impreso en una sola hoja, por las dos caras, en la Imprenta Prieto de Ponferrada, en una fecha que no hemos podido determinar, en la década de los años 40 o de los 50 del siglo pasado.




lunes, 15 de agosto de 2011

El sueño perdido de Julio Lazúrtegui

No sé cuantas veces habré pasado en toda mi vida por esa carretera. Me refiero a la N-120, la vía que une Ponferrada con León. A la altura de Astorga, en una localidad muy próxima que se llama Brimeda hay un coto minero llamado San Bernardo. Como digo, para mí esta es una vía de comunicación familiar, que he usado infinitas veces. Siempre que paso recuerdo la ubicación de estas minas de hierro. Siempre quise parar a visitarlas; pero nunca lo hice. En esta ocasión no había nada que me lo impidiera. Aunque mi destino era otro, en este caso las explotaciones de hierro del coto Wagner, el Coto San Bernardo me pillaba de camino y esta vez no iba a desaprovechar la ocasión de visitarlo.

Me desvié en Astorga y enfilé en dirección a Brimeda. A pocos metros de esta localidad ya se puede ver la escombrera de la mina, y un poco más arriba, por un camino de tierra, me acerqué a las ruinas de lo que un día fueron las instalaciones mineras (hoy reducidas a escombro). Allí encontré un magnífico afloramiento de magnetita (que juré no desvelar su ubicación, para evitar lo que el insigne ingeniero de Minas Lucas Mallada denominaba minería de rapiña) y recogí los ejemplares que me pareció para mi colección particular (y también para regalar a algún amigo curioso que lo solicitase).



Continué el trayecto por la autovía en dirección a San Miguel de las Dueñas. Pasé por Calamocos y Onamio en dirección a Paradasolana. A la vuelta tuve tiempo de parar en el poblado minero y reponerme del calor soportado durante toda la jornada. Por la carretera todavía se ven las infraestructuras correspondientes al teleférico que transportaba los baldes cargados de mineral de hierro al cargadero de San Miguel de las Dueñas.



Cerca del pueblo de Onamio, en la carretera que nos lleva a Paradasolana, se aprecia el enorme agujero abierto en la tierra como consecuencia de los hundimientos provocados por el laboreo de las minas del Coto Wagner.





Sin llegar a Paradasolana, desde la misma carretera advertimos la enorme mole que se alza de acero de los hornos del Coto Wagner. Parece un paraje lunar. Perdido en un hermoso valle, se levantan las impresionantes infraestructuras para beneficiar la capa de hierro más importante de la provincia de León y, en estos momentos, de España. Estas mineralizaciones de hierro las estudio de forma pormenorizada el polígrafo Julio Lazurtegui. Fue él también el primero en registrarlas y ponerle el nombre que hoy tienen: Coto Wagner, en honor al compositor contemporáneo, que se decía que era el músico del porvenir. A Lazúrtegui estos yacimientos también le parecía que serían el porvenir de toda una comarca: El Bierzo.




Finalmente, por diversas razones que requerirían una pausada explicación, Julio Lazúrtegui no vio cumplido su sueño de crear una pequeña Vizcaya en el Bierzo. Pero lo más lamentable es que sus herederos tampoco. Ni siquiera su proyecto de levantar una industria siderúrgica en el Bierzo, en los terrenos que había adquirido la MSP para ello, vio la luz. Cuando ahora se recorren estos parajes y se aprecia, incluso a simple vista, la enorme riqueza mineral existente, ya desde la nostalgia es inevitable hacerse una y mil veces la misma pregunta: ¿Cómo es posible que en los años 40 ó 50 España se permitiera el lujo de no aprovechar la abundancia de estos recursos naturales? ¿Cómo es posible que España exportase el volframio para endurecer el acero? ¿Cómo es posible que la hacienda pública pagase enormes cantidades para obtener lingotes de hierro?

Me resulta inevitable hacerme estas preguntas. Recorrí despacio las instalaciones. En esta ocasión, incluso, me atreví a subir varias plantas. Recogí algunos ejemplares de "Siderita" y puse rumbo al poblado minero, en donde me refresqué y dejé las nostalgias allí guardadas hasta la próxima visita.


domingo, 14 de agosto de 2011

Más educación

Todo el mundo ha visto cómo la policía inglesa ha abortado las protestas de los jóvenes en los suburbios de Londres y en otras ciudades británicas. Y de igual manera todo el mundo ha oído al primer ministro británico explicar las causas de las revueltas en las que han participado también menores de edad. La explicación sólo puede ser una: falta absoluta de valores. Visto lo ocurrido todos estamos de acuerdo con el diagnóstico acertadamente realizado por el mandatario.

Pero ¿quién o cuál es la institución que debe infundir los valores a los que se refiere Cameron? Pronto nos pondremos de acuerdo en que las instituciones educativas de cualquier país de Europa viven, probablemente, su momento más dulce. Mi hijo que en estos días se encuentra en aquellas tierras está gratamente sorprendido por la calidad de las enseñanzas. Sean instituciones públicas o privadas la instrucción que se da en cualquiera de ellas es exquisita y refinada. Además, sobre este punto parece que existe un amplio consenso. Me refiero acerca de que esta generación de jóvenes es la mejor preparada de la historia. Una preparación que no es gratis. En Inglaterra, por ejemplo, un colegio privado de secundaria alcanza las 4000 libras al mes. Entonces ¿qué es lo que falla?

En mi opinión lo básico. Falla lo básico. Falla la educación. La escuela primaria, la secundaria, los institutos de bachillerato o la Universidad lo que proporciona, en el mejor de los casos, es una esmerada instrucción y, en el peor de los casos, ni eso. Podremos discutir sobre esto. Es decir, si la instrucción recibida es suficiente y de calidad o no; pero de lo que no hay duda es de que ninguna de estas academias e instituciones proporcionan "educación" alguna a los alumnos que por ellas pasan. Y ello, en primer lugar, porque los maestros y profesores no están preparados para ello, y si se me apura tampoco la sociedad les ha encomendado esa función, la función de educar.

En mi opinión, donde se le debe educar a los jóvenes es, en primer lugar, en el seno de la familia. En segundo lugar a quien corresponde esta responsabilidad es a la sociedad entera y, en tercer lugar, al propio individuo quien debe modificar, orientar y, en su caso, acrecentar el patrimonio ético recibido. El período de instrucción, en todo caso, lo que puede hacer es consolidar o ayudar a acrecentar aquellos valores morales que a uno ya le han inculcado; pero a la escuela hay que llevarlos puestos ya de casa. Por eso creo en la eficacia del Ministerio de instrucción Pública, y dudo de la eficiencia del mal llamado Ministerio de Educación.

Se da la circunstancia que en estos azarosos tiempos la familia ha renunciado a este ineludible deber, bien porque no sabe o bien porque no quiere. O bien porque sencillamente no tiene tiempo. Los jóvenes son "educados" en unos falsos valores basados en el enriquecimiento fácil, en el ascenso en la escala social sin esfuerzo ni sacrificios personales. Los jóvenes hoy más que nunca viven en la sociedad de la deseducación. ¿Qué resultado se puede esperar de ello? Sé que no se puede generalizar. Sé que no todos los jóvenes son equiparables a ese prototipo de individuo en el que predomina la ausencia de valores éticos y en definitiva faltos de educación. Sé que las revueltas de Londres han sido protagonizadas por una minoría que se sitúa en los extremos. Pero una minoría que representa una muestra suficientemente representativa para que prestemos atención a lo ocurrido. Una minoría que debe hacernos reflexionar sobre quién en estos momentos está asumiendo la tarea de educar a nuestros hijos y de el papel que jugamos en ello los padres.

Equivocadamente los padres, deseado un futuro mejor para nuestros hijos, nos preocupamos de que reciban una esmerada instrucción; pero descuidamos inculcarles unos valores morales sólidos que les permitan orientar y dirigir en un futuro de forma honrada su vida, que es justamente en lo que consiste la educación: en dirigir y en orientar a partir de valores morales y éticos. Falta educación en nuestros hijos y los responsables de ello somos nosotros, no miremos para otro lado ni para otro país ni para otra institución: somos nosotros, los padres, los primeros responsables y la sociedad desvalorizada que hemos creado los segundos responsables.

David Cameron haría bien reflexionar sobre su condición de padre, sobre su contribución a fortalecer esta sociedad sin valores éticos y no echar balones fuera, hablando de la tardía o blanda respuesta dada por la policía o las conductas faltas de ética de los jóvenes protagonistas de las violentas manifestaciones de estos días. ¿O es que el Primer Ministro británico piensa realmente que el único responsable de lo sucedido son algunos de esos niños de 10 años que han participado en ellas?

Por tanto, instrucción sí; pero EDUCACIÓN también. ¿Está preparada esta sociedad para ellos? ¿Y nosotros los padres?

Por ejemplo: ¿Qué piensa Belén Esteban de todo esto? Empecemos por aquí, por las preguntas sencillas, que son las que nos harán entender un fenómeno tan complejo como lo ocurrido estos pasados días en el Reino Unido.

jueves, 11 de agosto de 2011

La idea higiénica. Jesús Lizano

Jesús Lizano ya ha visitado este espacio en otro tiempo. Hoy he recuperado su viejo poema sobre la necesidad de inventar LA IDEA HIGIÉNICA, tan necesaria en estos días. No me identifico del todo con el poema. Antes pensaba que toda las ideas por el mero hecho de serlas son higiénicas. Hoy no estoy convencido de poder mantener esta opinión; pero las cosas andan tan mal que uno se agarra ya a un clavo ardiendo.

Oigamos cómo lo dice el autor de Lizanote de la Mancha.



miércoles, 10 de agosto de 2011

Lechuguinos

Para mi hermano y para mí no supuso ningún género de duda la elección: se trataba de cenar con una señora de buenas maneras o con un caballero elegante que exhibía una extrema exquisitez. No lo dudamos. Nos decidimos inmediatamente por lo segundo. Nos provocaba curiosidad el conocer cómo se desenvolvía en la vida cotidiana un individuo de estas características, tan alejado de nuestros usos. Es decir, una persona muy preocupada de su compostura y de su elegancia en el vestir. La cena no nos defraudó. Se comportó como lo que realmente era: un auténtico “petimetre”. Esta es una palabra procedente del francés, que podría traducirse por “pequeño señor” o “señorito”. Y en el trato con él esa fue realmente la sensación que tuvimos, me refiero a la de haber compartido viandas con un auténtico señorito.

Esta expresión ya no se lleva. Ahora a los jóvenes (del sexo masculino) seguidores de la moda y muy preocupados por su aspecto físico se les llama “metrosexuales”. Acuden regularmente al gimnasio del barrio para cuidar su condición física, se ponen cremas que mejoran el estado y mantenimiento de su piel y visten con elegancia, adaptándose a la moda imperante en cada momento. Yo no soy de esos; pero es una forma de vida sobre la que no tengo nada que decir, allá cada uno con su vida.

Lo que realmente me preocupa, y motiva este comentario, es la gran cantidad de chicos jóvenes que parecen esclavizados por la tiranía de la moda. Cuando se desplazan en grupo parecen clones: el peinado, los pantalones, las camisetas, las deportivas que calzan, etc. Todos los complementos idénticos y de rigurosa modernidad. Especialmente me indigna contemplar esos pantalones de talle bajo que dejan ver los calzoncillos, cuando no otras vergüenzas. Pero esto sólo es una cuestión de gusto. Su forma de actuar no es la del “petimetre”. Hoy puede ser una y mañana, según dicten los nuevos usos del Dios moda, otra y, en ningún caso, pueden definirse sus modales como exquisitos, sino más bien todo lo contrario. Si alguien piensa que esto me escandaliza, debo decir que no; pero sí me inoportuna, me hastía y me repugna. Y, en definitiva, me preocupa. Por más que me lo proponga, cuando uno está a punto de saborear los postres de una deliciosa cena, no termino de ver el lado estético que puede tener el contemplar del individuo desconocido que está comiendo frente a tu mesa esa parte baja en la que termina la espalda.

A estos individuos lo único que les preocupa es el componerse mucho y seguir de forma rigurosa la moda. No hay filosofía en su conducta. No existe premeditación en su comportamiento. No marcan tendencias. Simplemente hacen lo que la moda les dicta que tienen que hacer. Como decía hace muchos años un titular de la revista Ajoblanco, es más americano comprar que pensar. Para esto el diccionario de la Real Academia Española tiene una hermosa palabra: “lechuguinos”. Estos individuos son unos LECHUGUINOS. 

Mi hermano y yo nos divertimos en la cena que compartimos con el petimetre. No voy a negar que este tipo peculiar de individuos ha sido a lo largo de la historia objeto de no pocas chanzas; pero estos otros a los que me refiero, los lechuguinos, se conducen por la vida con un aparente éxito social. Es algo asombroso: exhiben su nadería como lo hacen con el culo, con un orgullo verdaderamente portentoso, dentro de un grupo de devotos entregados a esa misma falta de criterio. ¡Qué pena!

viernes, 5 de agosto de 2011

La prima de riesgo y los riesgos de la prima

Estos días tenemos el corazón en un puño. Estamos pendientes de las cotizaciones de las acciones en bolsa y del diferencial del bono español con el alemán. Cuando las cosas parecen que empiezan bien; por ejemplo ayer, terminan mal. O cuando las cosas empiezan mal, por ejemplo hoy, parece que marchan (a estas alturas) bien. Pero ocurra lo que ocurra al final de la jornada, nada termina de tranquilizarnos. Nuestra economía se siente débil. Es decir, la percepción que nosotros tenemos de nuestras propias cuentas no es muy elevada y la que tienen los de fuera tampoco. Falta confianza. Esa falta de confianza es justamente lo que  mide el diferencial de la prima de riesgo.

la confianza es un concepto psicológico. No es posible restaurarla con meras declaraciones de intenciones: se confía o no se confía según uno empatice o no con el otro. Pero imaginémonos que el otro termina por empatizar con nosotros. Imaginémonos que se hacen todos esos recortes tan anunciado del gasto público. Imaginémonos que se realizan las reformas pendientes. Imaginémonos que se flexibiliza el mercado laboral y se reducen los impuestos para reactivar la economía. Imaginémonos que por fin cumplimos con todas las demandas del Mercado. Imaginémonos que en ese escenario ideal hemos reestablecido la confianza en la economía española, baja nuestro diferencial con el bono alemán y la bolsa sube a 12 ó 13 mil puntos. ¿Se han resuelto todos nuestros problemas?

Una pregunta más ¿las decisiones que se han adoptado y que de aquí a las elecciones se deberán tomar, reestablecerá la confianza de los españoles en su Gobierno, en los partidos políticos que los sustenta, en el País? Otra pregunta: ¿Puede tener futuro un país en el que sus ciudadanos no tiene confianza ni en sus representantes ni en sus instituciones?

Una estadística hecha pública en estos días indica que un trabajador español aporta a la economía nacional un 73% de lo que hace un trabajador sueco. Sin embargo, la aportación de las grandes fortunas españolas al sostenimiento económico es sólo del 19% de lo que lo hacen las grandes fortuna suecas a su país. Esto indica que en España el peso de la crisis no se reparte por igual. Si finalmente la situación económica se recupera, y esta recuperación es a costa de reducción de gastos y sacrificios de los asalariados, sin tocar para nada los ingresos de los que más deben aportar, la fractura social se producirá inevitablemente. Y francamente no sé cual es el peor de los escenarios: el dibujado por la crisis económica que padecemos y el de la fractura social que está planeando.

Ayer una vecina me hizo reflexionar. Me dijo: lo que tiene que hacer el gobierno es reducir los gatos, quitar políticos y echar a sus países a los trabajadores emigrantes. A los trabajadores emigrantes. Por fin, ya hemos encontrado al chivo expiatorio. En realidad siempre lo tuvimos a la vista. El emigrante. Ese es el gran responsable de nuestra situación. Ahí estaremos totalmente de acuerdo los que más tienen y los que menos, eso sí todos españolitos de, al menos, tercera generación. Así se empieza y ya veremos cómo acabamos si seguimos por esa senda. A mí por ejemplo, como no tengo vecinos de otros países próximos, me molesta uno que vive alado que es de Cáceres y ocupa una plaza en la Universidad de León, que bien podía ocupar yo.

miércoles, 3 de agosto de 2011

¿Qué fue del movimiento 15M?

Alguien puede cometer el error de pensar que a estas alturas el Movimiento 15M se desinfló o simplemente desapareció. En las últimas imágenes ofrecidas por las televisiones se muestra a un pequeño grupo de jóvenes desplazados por la fuerzas del orden sin mayor dificultad . Les han obligado a abandonar soportales y plazas y los han desalojado de los improvisados campamentos. Da la impresión que el movimiento ya no tiene ni la fuerza ni la vitalidad de los comienzos. El símbolo más visible de esta situación se produjo ayer. Las televisiones daban cuenta de cómo los servicios municipales de limpieza retiraban cualquier vestigio de la acampada, incluido el denominado Punto de Información, sin apenas resistencia.

Todas estas imágenes pueden inducir a pensar que el movimiento está acabado, que las reivindicaciones que a la mayor parte de la población en su momento les parecían justas están encerradas en el baúl de los recuerdos y éste acabó con el resto de los enseres de los indignados en Rivas Vaciamadrid, en el vertedero.

Creo que pensar de este modo es un error. Las causas que motivaron la indignación de los jóvenes, la chispa que les hizo saltar de sus casas, de las aulas, e incluso, los pocos privilegiados que disponen de él, de sus puestos de trabajo, siguen hoy vigentes. Nada ha cambiado. Los problemas de toda una generación siguen sin atenderse y sin resolverse.

Estos días todos estamos pendientes de la bolsa, de la prima de riesgo y del bono alemán en los que visualizamos mayormente la crisis; pero no hay que olvidar que aparte de la crisis económica existe otra más o menos soterrada política y social. Si esta última no recibe la atención debida y, finalmente, revienta, no habrá solución para el resto de las cuestiones.

Bien harían los dirigentes políticos de uno y otro signo en escuchar atentamente las reivindicaciones de los jóvenes e incluir en sus programas electorales que presentarán a la vuelta de verano, algunas de las sensatas propuestas de ese colectivo: reforma electoral, listas abiertas, regeneración de la vida política, regulación de los mercados, etc. Pero en cualquier caso una cosa está clara: los políticos deben ceder o mejor dicho devolver parcelas de poder a los ciudadanos. A esos mismos que un día se las delegaron. Ahora los ciudadanos no quieren prescindir de su voz y su voto durante cuatro años, hoy los ciudadanos quieren conocer de primera mano las propuestas a la solución de sus problemas, y además quieren participar activamente en la elección  de la alternativa que más les convenga. No se trata de que los ciudadanos no se fíen de los políticos, aunque sea evidente la desafección, se trata de que ha cambiado el modo en el que los votantes entienden su derecho a intervenir en las cuestiones que les afecta cuando les plazca o más les interese.

Si los políticos no son sensibles a esta demanda, es posible que esa falta de atención provoque la chispa que encienda la gasolina acumulada durante muchos años por toda una generación de jóvenes a los que hoy no se le ofrece ningún futuro. Y si se enciende todo el combustible de indignación acumulado esto ya no hay quien lo pare.

martes, 2 de agosto de 2011

Hacia la sociedad del reciclado


El pasado 29 de julio el Boletín Oficial del Estado publicó el texto con la nueva Ley de residuos y suelos contaminados. Esta nueva Ley es consecuencia de la obligación del Gobierno de España de transponer al derecho interno la Directiva Marco de Residuos europea (que debía haberse materializado con anterioridad al mes de diciembre de 2010). En este mismo espacio ya hemos hablado de la urgente necesidad de acometer una profunda reforma de nuestra legislación en materia de residuos y en consecuencia aprobar una norma de estas características. Allá por el mes de marzo de este mismo año escribíamos en este blog sobre lo que denominábamos “La segunda Revolución de las Basuras” y advertíamos de las consecuencias que necesariamente debía tener para nuestros usos y costumbres y las repercusiones positivas para el maltrecho medio ambiente.

La Ley recientemente aprobada es prácticamente un calco de la Directiva Europea, con pocas novedades y aportaciones a mayores. No obstante, y pese a las críticas formuladas contra ella por las asociaciones ecologistas, las cuales querían ir más allá, estoy convencido de que su redacción va a suponer un avance positivo en la gestión de los residuos. Entre los aspectos más relevante de la nueva norma destacan el objetivo de reducción en la generación de residuos del 10% en un horizonte previsto para el año 2020, la implantación de los sistemas de depósito, devolución y retorno (SDDR) como sistemas de gestión de envases, la posibilidad de aplicar un canon a la incineración y al vertido o la certificación forestal de envases y etiquetas. Otra de las novedades más destacadas es la reducción paulatina del empleo de bolsas de un solo uso (las famosas bolsas del supermercado) hasta su desaparición definitiva que se cifra en el año 2018.

Sin embargo, han quedado fuera del texto mejoras que a los grupos ecologistas durante el trámite parlamentario les parecían imprescindibles, como son la implantación obligatoria de la recogida selectiva de la materia orgánica, la prohibición de la distribución gratuita de las bolsas de plástico de un solo uso o la exclusión de la incineración, como opción de gestión.

Uno de los hechos más destacados y controvertidos de la ley lo constituye la implantación de los sistemas de Depósito, Devolución y Retorno para la gestión de los envases. Un dato relevante que sin dudad ha condicionado la decisión del Gobierno es el hecho que en los países de la unión europea que tienen implantado este sistema se recuperan más del 80%  (hasta un 98,5% en Alemania, por ejemplo) de los residuos de envases, frente al escaso 30% que se recogen en España a través de los Sistemas Integrados de Gestión. La Asociación Retorna, impulsora de esta modalidad de gestión, defiende que la eficacia de los SIG es inferior a la de los sistemas de devolución y retorno.

Habrá que esperar al oportuno desarrollo reglamentario; pero yo personalmente considero esta ley como una oportunidad y no como una ocasión perdida para acercarnos a eso que se ha dado pomposamente en llamar la “Sociedad del Reciclaje”. Ahora bien, tendremos que esperar todavía un par de años para ver los efectos que esta norma trae a los sistemas municipales de gestión de residuos. Solo entonces estaremos en condiciones de hacer un nuevo balance de la situación y analizar los resultados obtenidos. De entrada, en los 12 años de vigencia de la anterior norma, el balance, en cuanto a reciclado de residuos, es bastante pobre. España durante los últimos años se ha resignado y ha abandonado la posibilidad de abanderar el liderazgo en materia de reciclado de residuos, incluso ha renunciado a situarse en los mismos niveles de aprovechamiento alcanzados por el resto de países de la unión europea. A partir de este mismo mes de agosto renace una nueva oportunidad. A ver si ahora sí la aprovechamos.

lunes, 1 de agosto de 2011

Ex-presidentes

Zapatero se va. El guión que hace tiempo escribió se ha cumplido renglón a renglón. Quizás la única alteración consista en la magnitud del varapalo en las municipales. Hay quien dice que ya lo pronosticaban las encuestas y por tanto hay que dar por descontado que Zapatero tenía una idea previa de lo que iba a ocurrir. Sin embargo,  y a pesar de ello, yo creo que la dimensión que alcanzó la derrota precipitó la convocatoria de las elecciones Generales. Con la crisis remitiendo o sin la crisis la presión se haría más pronto que tarde insostenible para el Gobierno. Eso que se ha dado en llamar "confianza" de los mercados, que ha adquirido una relevancia capital en los dos últimos años, exige la colaboración y el apoyo del partido mayoritario de la oposición. Y está claro que el PP no está dispuesto a facilitar esa tarea al Gobierno. No hay más que escuchar las declaraciones del expresidente Aznar para rememorar aquel archiconocido "Váyase Sr. González" en la versión más actual de "Váyase Sr. Zapatero".

Zapatero se va; pero adónde. ¿Qué función le queda en España? Es joven, está en plena madurez política y acumula un caudal de conocimientos y experiencias nada desdeñables como corresponde a un hombre que ha alcanzado las más altas magistraturas del Estado. Sin embargo en España, a diferencia de otros países, no está resuelto el papel que le toca jugar a los expresidentes. Uno tiene la sensación de que cuando finalizan sus mandatos se quedan en un limbo. Los partidos Gobernantes, ya sea del mismo color político o del opuesto, hasta ahora no les han encargado ninguna tarea constitucional conocida. Lo más que puede ocurrir es que ellos mismos, para garantizar los garbanzos, sus garbanzos y su cocido, soliciten incorporarse a ese cementerio de elefantes llamado Consejo de Estado.

Felipe González en una ocasión comparó su nuevo estatus de expresidente con el de un "jarrón Chino", muy valioso, muy apreciado; pero que nadie sabía adónde colocarlo o qué hacer con él.

Me pregunto si tal y como está la situación, desde el punto de vista personal, tiene algún interés para un expresidente permanecer un sólo día más en España después de abandonar la Moncloa. Haga lo que haga molesta. Si no molesta a su sustituto y a su propio partido, molesta al resto del país, que nunca ve con buenos ojos las intromisiones del ex en los asuntos de la gobernanza diaria. Creo que incluso molesta la mera presencia en los medios de comunicación. El ciudadano se dice para sus adentros, "míralo, tan relajado, sin dar un palo al agua". ¿Y qué otra cosa puede hacer? ¿Pedir perdón por existir o por haber dedicado una etapa importante de su vida al servicio de España?

Este es un asunto todavía no resuelto. El día que quede definitivamente zanjado y sepamos qué papel jugarán en el futuro los inquilinos de la Moncloa cuando acaban sus mandatos, entonces podremos presumir de haber construido una democracia madura. Mientras tanto, no creo que a un expresidente joven, con plena vitalidad, le merezca la pena ni le quede otra alternativa que emigrar lo más lejos posible de la política nacional. ¿En el extranjero? desde luego, y a ser posible con los antípodas, lo más lejos e invisible posible.